PARANOIA

Capítulo XXVII Miedo

Desperté. Lentamente abro mis ojos, pareciera que he dormido unas 50 horas.
¿Dónde estoy?
Me levanto para mirar de un lado y hacia a otro, parece que me encuentro en un bosque. Me vuelvo a recostar boca arriba para poder mirar más detenidamente los árboles, es de noche, está muy oscuro, casi no puedo ver por mi pésima visión nocturna y porque acabo de despertar.
De repente, un pensamiento recorrió mi mente como balde de agua fría.

¡La carta!

Me levante exasperado, buscandola de un lado a otro.

—Esta bien, sólo te desmayaste por la impresión.—Di un brinco exagerado, no sabía que estaba acompañado.—No te espantes, tranquilo, sólo soy un fantasma.—Me dice la hermosa chica de cabello azul.

—¿Quién eres tú? ¿Cómo llegué hasta aquí? ¿Dónde está la carta?—Mis manos sudaban frío. Siento como se me oprime el pecho al saber que he perdido una carta muy, muy importante.

—Ignoraste lo que te dije sobre que era un fantasma, al parecer la carta debe ser muy importante.—La chica no dejaba de sonreír.

—¿Eres un fantasma?—Me atreví a preguntar incredúlo.

—¿Ya te olvidaste de la chica que salvaste?—su mirada me recorrió el cuerpo primero de una manera pícara pero luego triste al saber que no la recordaba.

—¿Yo te salv...

No me dejó terminar la frase cuando ella estaba encima de mí, abrazandome, podía oler su fragancia, un olor a moras y fresas. Dulce.

—Gracias, Dante.—Me dijo poniendose a un lado de mí, soltandome apenas, con una sincera sonrisa.

—¿Cómo sabes mi nombre?—Ella me confundía cada vez más.

—Osea, ¿Puedo detener las balas con la mirada pero no puedo saber sólo tu nombre? ¡Que extraño eres!—Exclamó, como si de algo obvio se tratara.

—Espera, espera, espera, ¿Eres un fantasma? ¿Qué coños eres? ¿Puedes saber el nombre de las personas?—Ya no trataba de ser amable, quería respuestas.

—En primera, no, no soy un fantasma, aunque quisiera estar muerta.—Hizo un puchero, cómo si de una niña pequeña se tratara.—Me llamo Allison. Y no, tampoco soy un shinigami para leer tu nombre en tu cabeza, sólo leí los registros de los prisioneros de "La Fosa".—Su mirada se impregnaba en mi piel, era rara la sensación al estar con ella.

Gracias a Dios, su explicación me dejo un poco menos confundido, sólo un poco menos.

—Creo que entiendo.

—No, no entiendes.—Allison comenzó a reírse de mí.

—Explícame entonces.—Sus burlas me comenzaban a molestar.—¿Cómo es que puedes detener balas con las balas?

—Mira, pequeño Dante.—puso su dedo índice en mis labios, haciendome el gesto de que me quedara callado.—Soy una chica que estuvo en una sección muy particular de la fosa.

—No me digas que[...]

—Sí, estuve en la sección de experimentación humana, puedo manipular objetos, su manera de comportarse. Puedo detenerlos, puedo moverlos a mi antojo.—Una sonrisa melancólica se dibujó en su rostro.

—Lo siento mucho.—La abracé, sentí como se estremeció su cuerpo, la quería proteger, estabámos ahora arrodillados abrazados en medio de un bosque oscuro.

—¿No me tienes miedo?—Unas lágrimas se derramaron por sus blancas mejillas.

Me dispuse a limpiarle las lágrimas para después contestarle:

—No, no te tengo miedo.—Le sonreí.

Un fuerte viento paso rozando nuestros cuerpos. Me froté los brazos con mis manos. Tengo frío y estoy seguro que ella también, no creo que la ropa que trae puesta le sea muy útil.
Ella tiene un pequeño vestido blanco, muy maltratado, que le llegaba por encima de las rodillas. Yo traía sólo una playera de manga corta y un pantalón desgastado, ambas cosas color gris. El uniforme de "La fosa".

—¿Quieres que te caliente?— Allison se puso como un pequeño gato frente a mí. Me puse más que rojo de mi cara.

—¿Q- Qué haces?—me tiemblan los dientes, por frío, pero más que nada por nervios.

—Iré a hacer una fogata, ya hasta estás tartamudeando.—Se paró rápidamente y se fue corriendo a las entrañas del bosque.

La ví poco a poco adentrarse en el bosque, no me dejo ni si quiera poder acompañarla, se fue demasiado rápido.

Esta chica me da escalofríos, ternura, me da risa, me confunde. Es muy extraña la sensación cuando estas con ella, como si un psicópata se fuera a enamorar de ti.

Además, ahora estoy solo en el bosque oscuro. No es que sea miedoso ¡eh!, he vivido cosas peores, pero aún así, puede que salga un monstruo o algo parecido.

Unos minutos después...

Allison esta tardando mucho...

¡Joder!

Parece que será una larga noche...