Capítulo VI Paradoja

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*A diferencia de lo que analizamos en los recuerdos de Kaory mi historia es bastante normal, de hecho yo la vería un tanto patética...

[Un bonito cielo azul y una brisa que acaricia tu piel. Era todo tan perfecto cuando... un balón golpeo mi cabeza...

-Oye no estorbes.- Me dijo con tono altanero.

-La acabas de golpear y todavía le gritas ¿Acaso eres idiota?-

Santiago me ayudo a levantarme.

- Esta bien, hay que dejarlo así Santiago, vámonos.- no quería que mi momento tan perfecto se arruinará de esa manera.

- Abigail..- soltó un suspiro- Esta bien, vámonos- Sólo me sonrío.

Él era imperfecto.

Se enojaba fácilmente, no era organizado, era un tanto presumido, arrogante, a todo mundo trataba mal o con indiferencia... pero conmigo... conmigo se reía, se divertía, trataba de ser lo mejor para mi... y lo era.

Lo conocí de la forma más idiota posible: Me golpeo con un balón de fútbol.

Yo en ese tiempo mantenía una relación con Santiago el cual era lindo, atento, divertido, daba todo por los demás, él era perfecto... pero yo, sencillamente, no me sentía feliz.

Inventaba pretextos para no verlo,

Prefería salir con mis amigas a salir con él.

Lo quería, no lo amaba.

Él anhelaba ser un Guardián del mañana, creía que una sociedad podía ser perfecta, pensaba que lo que estaba mal hay que eliminarlo, erradicarlo. Yo por mi lado, pensaba que lo imperfecto podía apreciarse de diferente manera; pensaba, que la gente necesitaba en momentos sufrir.

Un día pasé por una callejón algo oscuro, me dirigía a mi casa, no era de aquellas chicas que me vestía exuberante, me vestía un poco femenina pero sin exagerar, lo normal, lo común.

Escuchaba risas a carcajadas, eran las 11 de la noche y eso era raro, gracias al sistema de la "sociedad" la gente tenía que estar dormida temprano, para poder rendir bien y ser unas personas felices.

Yo amaba desvelarme.

Sentí como las miradas se multiplicaron en mí, en mi cuerpo, avance un poco más rápido. Es asqueroso sentir como una mente te mira.

Comencé a casi correr, escuchaba muchos pasos detrás de mi.

De repente un tipo me tomo del brazo, me pregunto a donde iba, le dije que me soltará. Llegaron sus amigos.

-No, por favor... yo no he hecho nada.-

-Soy un Guardián, tengo que llevarte a tu casa.- El tipo no podía aguantar la risa.

-Por favor... sueltenme, ustedes se supone que deben de cuidarnos.-

-Tú, ramera barata, se supone que debes estar en tu casa.-

Sentía el pecho frío y el estomago caliente, como si estallará hielo... y quemará.

Comenzaron a tocarme.

Comenzaron a besarme.

-No te resistas, sé ve en lo puta que eres que lo disfrutarás.-

Yo sólo lloraba, estaba casi totalmente desnuda, ellos hicieron lo suyo y quedaron a la par de mi; Extendieron mis brazos y piernas, un tipo se acerco a mí, sentí que aquellos Guardianes, harían cualquier cosa, menos proteger mi mañana.

Entonces él llego...

Vio como todos tenían sus manos sobre mí... y sólo se río

-Muchachos, hay que castigar a esta mujer, nadie debe estar después de las 9 afuera de su casa.-

PARANOIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora