CAP 27 JESSIE

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Intentaba abrir los ojos pero se me complicaba demasiado, abrí los ojos lentamente y todo alrededor me mareaba y estaba confuso. Entonces mire las paredes blancas y supe que estaba en el hospital. Tenía insertada en mi vena una vía de suero que servía para cualquier cosa, como por ejemplo mantenerme hidratada, tenía un respirador en mi rostro, en mi dedo índice de la mano derecha tenía puesto un oximetro. Tener el respirador en mi boca ya me estaba molestando, pero también sabía que relajaba mi respiración. Me sentía muy incómoda al estar aquí, sabía que no estaba bien algo pero no sabía con certeza que era. Intentaba moverme pero mi cuerpo me dolía y la cabeza me estallaba. Mis brazos estaban moradas, verdes entonces supe que aquí había pasado muchos días porque me habían colocado demasiados sueros. Intente sentarme pero fracase en ese momento estaba muy débil. Entonces imágenes corrían por mi mente a toda velocidad, el rostro de muchas personas se dibujaba en él, intentaba reconocer y unir las piezas pero no podía. Unas sonrisas vi y era la de Dana y Victoria, después apareció Dylan ahí y quería comprender pero no podía. Entonces la imagen se aclaró y vi a Dylan con el ceño fruncido. Ya no eran imágenes solamente estaba recordando con mucha fuerza Dylan me estaba gritando ellas se estaban riendo y yo estaba llorando, no Dios mío ya entendí, no por favor que no sea cierto por favor, esto dolía como el infierno si era verdad, me saquee el respirador de mi rostro y si bien era cierto que respirar se hacía dificultoso y más cuando empecé a llorar sin parar, me senté en la cama y cubrí con mi mano mi boca y las lágrimas eran inevitables aquí cuando afuera estaban personas esperando por una explicación. La puerta se abrió de golpe y en mi campo de visión aprecio Lucy con una sonrisa tierna que se esfumo en el momento que me vio llorando, se acercó hasta mí y toco mi hombro con amabilidad, intento ponerme el respirador de nuevo pero lo rechace, ella no entendía, ni sabía.
—Jess tienes que ponerte el respirador, no estas respirando correctamente—dijo ella mientras me miraba con miedo, de nuevo.
No le respondí solo seguí llorando, ella volvió en su intento de ponerme el respirador pero no quería que lo haga quería que me dejara en paz, asi que tire el respirador al piso, ella me miro aterrada.
—No quiero el respirador, no quiero, quiero morirme—susurre, ella me miro con calidez y negó con la cabeza.
—Oh, no Jess eso no.
—No entiendes nada no lo haces, estaban esperando a que despertara para acribillarme asi—dije mientras lloraba.
—Nadie quiere hacerlo—dijo ella con seguridad.
—Quiero largarme de aquí—dije y arranque la vía de mi mano, ella se movió rápidamente e intento ponerme una mano encima pero no me deje, me tomo de los hombros mientras decía: —No hagas eso no lo hagas—negué con la cabeza y esta vez retire con mucha urgencia el oxÍmetro de mi dedo y aleje sus manos de mis hombros.
—No me trates como si supieras que todo estará bien, yo sé que no es asi—le dije, ella me miro desconcertada salió de la habitación a toda prisa, mire mi mano de donde había arrancado la vía y me había lastimado la vena, estaba sangrando. Cuando mire de nuevo hacia la puerta vi al Dr. Landau junto a Lucy. El camino rápido hacia mí y dijo: —Jessie, ¿estás bien?
— ¿Por qué pregunta eso?, usted ya sabe la respuesta—le respondí mientras lo miraba.
—Oh Jessie mira lo que te has hecho, te has lastimado—dijo tomando mi mano brazo que sangraba.
No duele, esto no dolía, me dolía el alma, me dolía seguir mintiendo y engañándome, haciéndole daño a los que amo, destruyendo mi vida simplemente por complacer y hacer lo que decían mis padres. Esto no podía seguir asi, yo no podía seguir en este camino asi, no cuando me humillaron y me hicieron llorar, no cuando atacaron en mi contra y no me escucharon, no cuando sé que el mundo me va a dar la espalda, no cuando sé que esto está muy complicado, no cuando ya no quiero seguir aquí.
Lucy cerró la puerta y ella se colocó al lado del Dr. Landau mientras acercaba algodón con antiséptico en la herida, mordí mi labio intentado reprimir el ardor que sentía.
—Después que Lucy termine de curar esa herida, tendremos que hablar ¿quieres hacerlo aquí o en mi consultorio? —dijo el Dr. Landau mientras se movía de un lado a otro en la habitación.
—Quiero ver a mis padres—dije omitiendo su preguntando, alce la mirada y lo vi girando su cuerpo para acercarse de nuevo.
—Perfecto será en mi consultorio—dijo el haciendo caso omiso a mi pedido. Lo mire y le fruncí el ceño.
—Espera porque omites lo que te digo, no lo hagas no quiero hablar contigo sino hablo con ellos primero—aclare, el me miro y asintió.
—Lucy trae a los padres de la señorita Jessie Cooper en este momento—ordeno, Lucy asintió coloco una bandita en la parte lastimada para después botar el algodón sucio. Salió de la habitación.
— ¿Cuánto tiempo he pasado aquí? —pregunte, el me miro y sonrió.
—Los suficientes como para que despertaras—contesto, enarque una ceja—está bien, está bien 3 días.
— ¿3 días? —dije abriendo los ojos como plato.
—Asi es Jessie y pensábamos en algún momento que te tardarías un poco más en hacerlo pero ya lo hiciste y estoy muy contento por eso.
Baje la mirada, sabía que él me estaba mirando, sabía que el intentaba mantenerme aquí y que no hiciera una locura lo sabía. Pero esto ya no dependía de mí, ni de él, ni de nadie. Yo ya no quería.
La puerta se abrió y estaban ellos ahí, con sus vestimentas de siempre, tan elegantes, tan relucientes, tan glamurosos.
—Buenos días, Landau—dijo mi padre mientras caminaba y junto a el mi mamá. Se quedaron en un lado de la habitación, el Dr. Landau tuvo que dejar de mirarme para pararse en un punto en los que pueda estar con todos.
—Buenos días señores—escuche la voz del doctor Landau que se hacía tensa, gire mi rostro y me encontré con la mirada de mamá ablandada y con sus ojos cansados. Estuvo aquí, estuvo aquí solo de pensarlo me hacía feliz, de imaginar que haya entrado a esta habitación me hacía inmensamente feliz.
—En esta habitación hay alguien que desea hablar con ustedes, ¿pueden? —dijo el doctor Landau, volví a bajar la mirada no quería ver sus reacciones después de las palabras pronunciadas por él.
—En este momento...
—Si podemos—escuche cuando mamá interrumpió a papá, alce la mirada y la mire asombrada. Papá por el otro endureció su rostro y apretó los dientes. Ella me miro y asintió.
—Entonces háganlo. Yo me iré...
—No es necesario, puede quedarse aquí a la final usted sabe más de ella que nosotros—dijo mamá y quería llorar, quería reír, quería lanzarme en sus brazos. Ella camino despacio mientras yo seguía sus movimientos, mi corazón se encogía, mis ojos picaban, lagrimas querían desbordarse pero no podía hacerlo no ahora. Ella llego hasta mi cama, me miro no era una mirada de enojo ni llena de crueldad ni temor. Sino una mirada llena de compasión y de amor. Papá por el otro lado se quedó parado, el doctor Landau se acercó hasta él y susurro algo en su oído, él lo miro y frunció el ceño.
—Hola—dijo mamá con la voz arrastrada, estaba conteniéndose las ganas de llorar.
—Hola m-mamá—tartamudea, mis manos me temblaban me sentía inestable y expuesta.
—Sé que sonara extraño pero me hace muy feliz que estés aquí despierta y hablándome—susurro mamá, la mire y una sonrisa tímida se dibujó en mis labios.
—No dudo de ti, me hace a mi más feliz que me estés escuchando y me estés respondiendo—respondí, ella asintió y se mordió el labio inferior.
—Sé que estas sufriendo, sé que quizás me odies, sé que no merezco tu perdón, sé que fui una mala madre, se también que no te mereces esto—ella comenzó a decir todas esas y me dolía, quería que parara—, pero quiero que me perdones, yo no sabía que esto iba a suceder, yo nunca quise que la pasaras asi, odie con toda mi vida que tu vida se destruyera asi odie tanto eso que sin darme cuenta comencé a odiar a cada cosa alrededor mío—lagrimas cayeron y se resbalaron por sus mejillas, yo acerque mi mano derecha lentamente y limpie sus lágrimas.
—No te odio mamá quiero que lo sepas, te amo y te extraño, te necesito aquí conmigo en mi vida, cuidando mis pasos. No quiero que me dejes sola, yo también odie al mundo por haberme hecho esto, yo también me odie a mí, pero ya no mamá ya no—dije y unas cuantas lágrimas cayeron por mi rostro.
—Perdóname a mi niña mía, perdóname por no escucharte, perdóname por cerrarme y hacerte a un lado, perdóname por saber que sufrías y no hacer nada al respecto, perdóname por haber hincado en tu llagas y no curarlas perdóname cariño—musito mamá entre lágrimas.
—Te amo mamá—respondí mientras lloraba, ella se abalanzo a mis brazos, acepte su abrazo como no hacerlo si lo necesitaba, como no recibirlo si se sentía tan bien, tan acogedor, tan tranquilizador, tan perfecto.
—Todo esto acabara mi vida lo juro, ya no quiero que llores más, ya no quiero que te tengas que esconder más, quiero que seas feliz y si decir la verdad es necesario lo hare, lo prometo—dijo mamá después del abrazo, yo asentí y sonreí.
—A veces es necesario darse cuenta de cuan equivocado estas y que puedes perder a las personas que amas—comenzó a hablar el doctor Landau, mamá se hizo a un lado para que lo pudiera ver y asi lo hice, el seguía parado al lado de papá—sino te retractas, sino liberas tu alma, sino eres sincero contigo mismo. No por perdonar las cosas están solucionadas al contrario el camino sigue, las batallas continúan claro está que vas a estar acompañado y seguro. Jess, ¿Cuántas veces pensaste en suicidarte?, ¿Cuántas veces querías tomar pastillas para dormir?, usted señora Cooper, ¿Cuántas veces no se sintió mal por no estar al lado de su hija? El tiempo es corto no lo podemos perder en cosas innecesarias, sino perdonas ahora no lo harás nunca. Te hablo a ti en especial como a un amigo, no como el doctor psicólogo y consejero de tu hija—se dirigió a papá, el giro su rostro para mirar al doctor Landau, tenía la mandíbula apretada, estaba en un punto muy crucial papá—, yo sé que fue difícil, yo sé que lo es pero no puedes darte el lujo de perder, apreciar las cosas maravillosas que es capaz de hacer Jess. Ella no tiene la culpa, yo sé que la amas, que quieres que ese espacio vacío de tu corazón se vaya, aun estas a tiempo de hacerlo. Pide perdón ahora no digas adiós ni desaproveches la oportunidad de tener una verdadera familia.
—Yo tengo una familia, no necesito que me vengas a mí a tratar de alimentar ni lavarme el cerebro con tus palabras dulces y frágiles. Yo sé lo que quiero y lo que tengo, no entiendes que si decimos la verdad todo se va al diablo—refuto papá, mire a mamá quien solo lo miraba sin comprender.
—Pero esto se trata de nuestra hija—intervino mamá, su tierna voz como la extrañaba—, ya no me importa el que dirán, la sociedad tiene que entender que ella sufrió y que no es culpable, ella solo es una víctima de todo esto.
—Muy bien dime, ¿Cómo le vas a hacer a entender a la sociedad que Jess es la victima aquí y que no ocasiono todo esto? —dijo papá poniendo en tela duda mi posición.
—Tu también estas dudando de tu hija—chillo mamá sorprendida, mientras caminaba hacia él y lo enfrentaba—. Es nuestra hija, se te olvido acaso todo lo que paso, todo lo que lloro, todo lo que suplico. Ya no recuerda eso es que acaso te has convertido en un maldito ogro.
—Estoy siendo realista, nadie nos va a creer—le grito papá frente a mamá—. Y no se me ha olvidado, no lo he hecho. Pero yo no puedo hacer que el mundo cambie de parecer.
—Empieza por cambiar de parecer tú, está siendo muy negativo y fatalista. Esto no es correcto—dijo el doctor Landau, mientras trataba que ambos se calmaran—. Si quieres que el mundo cambie, empieza por hacer el cambio tú, si quieres que el mundo sea mejor, se una mejor persona tú, no le pidas a los demás lo que no tu eres capaz de hacer.
—Yo solo quiero que seamos la familia de antes—dije casi en un susurro lamentable, mamá se volteo y me miro. Mientras que papá quería ablandar su rostro pero no se lo permitía quería que dejara de ser tan duro con el mismo—Quiero que...—mamá vino hacia mí y no dejo terminar mi oración.
—Lo seremos mi amor, seremos la familia unida de antes lo prometo mi cielo—me dijo mamá mientras tomaba mis manos entre las suyas, y las lágrimas caían por su rostro.
—El primer paso ya está dado, el del arrepentimiento y el perdón, pero aún falta alguien más—hablo el doctor Landau.
—Te estaremos esperando—dijo mamá mientras lo miraba por el rabillo del ojo.
—Que tengan buen día—escupió papá, seguí sus pasos y vi cuando abrió la puerta salió de la habitación y la cerro fuertemente.
Aun seguía mirando la puerta, mientras imaginaba que papá volviera aquí y dijera que todo era una broma de mal gusto y que si quería volver a reconstruir la familia que éramos antes—No te martirices ya Jess, el volverá y se arrepentirá—musito mamá, volví mi vista hacia ella y le sonreí con timidez.
—Yo las dejare sola para que puedan platicar—escuchamos al doctor Landau hablar, salió de la habitación.
Solo éramos mamá y yo, en un silencio acogedor, en una habitación solas donde nos mirábamos y nos contemplábamos. Como la extrañaba, como quería irme de aquí y volver a casa, como extraño las sonrisas y abrazos en familia, como te necesite mamá. Ella lo sabe, yo sé que también le hacía falta pero el dolor por un tiempo fue su refugio, el de todos. Ahora ya entendimos que no podemos seguir asi, que no podemos continuar asi, que somos más que heridas, somos más que llantos entre la perturbación y la agonía, somos una familia que se necesita complementar, estar en unión, dejar atrás los prejuicios tontos de la sociedad. Hable con un mamá un par de horas más, mientras recordábamos pequeñas travesuras y anécdotas familiares, no quise tocar el tema respecto a lo de la Universidad sentía que era un tema muy delicado y que aún no era el momento no quería arruinarlo.

—M-Mamaaaaa nooo por favor—sentía que gritaba y que a la vez no lo hacía—. Mamá nooooo, Lisa déjenla a ella por favor. No me hagan daño por favor...Ya bastaaa. Noooooooo.
—Jessie, cariño despierta, Jessie mi vida despierta—escuchaba la voz de mamá aquí, quería abrir los ojos pero tenía miedo de lo que pudiera ver, tenía miedo de que mamá se hubiese vuelto la misma de antes y no quería eso. Entonces abrí los ojos y mamá estaba aquí, removiéndome para que me despertara.
—Mamaaa—chille con euforia por tenerla aquí, por saber que estaba aquí.
—Jessie, mi niña—dijo ella mientras, acariciaba mi cabello y secaba mis lágrimas— ¿Qué soñaste esta vez?
—Lisa estaba en el sueño y le querían hacer lo mismo que a mí—dijo mientras lloraba y me sentía asqueada al imaginarlo.
—Oh, no a ella no le sucederá eso. Yo estoy aquí con ustedes dos mis princesas, las cuidare y no permitiré que nadie te vuelva a lastimar a ti ni a Lisa, tienes que confiar en mí, ¿si princesa? —pidió mamá, mientras me daba un beso en la frente.
—Creo en ti, gracias por quedarte conmigo velando mis sueños.
Ella asintió y se recostó conmigo en la cama, mientras me abrazaba.
—Conocí a tu enamorado—dijo ella después de unos segundos.
—Dylan—susurre al recordarlo.
—Si, a él y es un joven muy apuesto. Ha estado aquí desde que ingresaste al hospital no se ha despegado ni un segundo de la puerta—comento mamá, sonreí al imaginar eso.
— ¿Cómo esta él? —pregunte con curiosidad.
—No te voy a mentir, diciendo que se lo ve bien porque no es asi, nadie estaba bien hasta que no despertaras—objeto ella, como extrañaba esas conversaciones como mamá, amiga, consejera.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2015 ⏰

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