Cap 12 DYLAN

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Nuestro destino está escrito, hay cosas en esta vida que no se pueden cambiar. Solo hay que dejar que surjan no podemos controlarlo es el destino contra nosotros. En este caso el destino me arrebato a la persona que me amo, a la única figura materna que tenía. Pero no puedo culpar de todo al destino, yo decidí odiar a mi padre, yo decidí alejarlo de mi vida y el también de una manera lo hizo. Ambos lo hicimos, somos unos completos desconocidos que un día se conocieron tanto se quisieron y compartieron tantos momentos.
Tengo que dejar todo atrás, empezando dejando de odiar a quien un día me amo, me protegió. No te culpo por abandonarme yo no sabría qué hacer en esa posición. Pero no fue la mejor opción, te necesitaba papá, necesitaba verte, escucharte, consejos. No tuve a quien acudir. Algún día espero sanar mi corazón, perdonarte. Pero por ahora dejare que sea el destino quien me guie.

Estaba conduciendo, mientras conducía de vez en cuando observaba por mi ventana a padres llevando a sus hijos a la escuela, mujeres embarazadas, familias. Nunca tuve una familia, solo tuve un lugar en el que me refugiaba, en el que me escondía. Por la cual la mayoría de las noches me la pasaba desvelado. No me quiero mentir a mí mismo cuando viví con mi abuela me sentía extraño, no me acostumbraba a vivir en su hogar, pero al menos ella quiso darme una familia, calor de mamá y puedo decir que estuvo cerca de lograrlo. Ahora entiendo abuela, tus abrazos, tus besos en mi frente, cuando era un niño, cuando no podía dormir porque extrañaba a mi papá y me quedaba llorando, tú te quedabas conmigo me decías que todo iba a estar bien.

Parquee mi auto en el estacionamiento de la universidad, Salí de mi auto y me eche a caminar, en el camino me topé con Tyler íbamos conversando sobre Ash como iban las cosas con ella. Cuando se lo proponía resultaba ser todo un cursi, yo estaba escuchando las estupideces que decía de vez en cuando reía ante sus comentarios.  A veces bromeaba que ya no me veía mucho, ya que ahora andaba con Jessie, ante su tonto comentario le golpee en el brazo. Llegamos a los pasillos y pude observar a Jessie que estaba registrando algo en su locker y Ash también. Tyler me miro y me sonrió en complicidad, avanzamos lentamente y cuando estuvimos cerca de ellas lo hicimos: yo agarre a Jessie por la cintura y Tyler a Ash y la hicimos dar vueltas. Ellas al principio chillaron pero después comenzaron a sonreír. Luego de unos segundos de hacerlo decidimos bajarlas, Tyler y Ash ya se estaban besando. Mientras Jessie y yo solo nos miramos y sonreíamos.

—Es una bonita forma de decir: Buenos días—dijo y sonrió.
—Lo es, ¿Te asuste? —pregunte, mientras colocaba un mechón de su cabello detrás de su oreja.
—Creo que sí, es que no me he acostumbrado que en las mañanas me den vueltas y me hagan chillar—dijo burlonamente.
—Cada día será diferente, será especial junto a ti—murmure.
—Muy distinto cada día. Entonces que se supone ¿qué harás mañana?
—Eso no se dice. Pero al parecer alguien aquí le gusto las vueltas por el aire—dije y miramos a Tyler y Ash, que seguían demostrando su cariño al público.
—Demostrando su amor frente a todos. No coman pan delante de los pobres. —dijo Jessie; Ash y Tyler sonrieron juguetonamente. Algunos de los estudiantes nos quedaban observando.
—Somos jóvenes Jessie. Vivamos la vida al máximo, cada día disfrutemos de las pequeñas cosas que podemos hacer. —dijo Ash mientras que Tyler la tenía sostenida de la cintura. Como diciendo que Ash es suya. Y eso ya había quedado claro.
—Creo que aquí alguien tiene aire de poeta. —dijo Jessie y sonrió.
—No son aires de poeta, es la realidad Jessie. —dijo Ash y miro a Jessie, y ella la miro de vuelta. Ash clavo su mirada en Jessie, ella solo trato de sonreír y volvió su mirada a mí.
Luego de unos minutos que Ash y Tyler estuvieran conversando, besándose, y demostrando su amor. Jessie se fue a clases con Ash. Y yo hice lo mismo con Tyler.
Las clases transcurrieron con normalidad, profesores iban y venían. Estaba sentado escuchando al profesor de trigonometría que era un hombre alto de cabello negro con algunas canas, de cuerpo fornido a pesar de su edad; unos 40 años.
Cuando mi celular empezó a vibrar y era un mensaje. Me acomode en la silla saque mi celular de los bolsillos de mis jeans y era un número desconocido, así que abrí el mensaje y decía:

Algo raro tiene JCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora