Parte 21

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-¡Eileen,Eileen,Eileen!- gritó Rigby mientras agitaba su brazo derecho y corría a una velocidad sobrehumana.
-Creo que quiere hablar conmigo- le dijo la chica de anteojos a su amiga Paloma,con quien caminaba a lo lejos- pero tengo esa necesidad de correr.
-¿Y si corremos solo para molestarlo?- preguntó su amiga con una sonrisa complice.
-Tú siempre sabes que hacer.
Y eso hicieron. Corrieron lo más rápido que sus piernas le permitian,sin mirar atras e ignorando lo que decia el moreno.
-¡Tiene que ver con mi vida sexual!- gritó Rigby,sin importarle que alguna persona lo escuchara,sin sentir un apice de verguenza. No le sorprendió ver que ellas llegaron en tan solo segundos,algo bastante escalofriante.
-Cuenta todo,sin saltearte detalle- ordenaron al mismo tiempo- ¿Hubo beso?
-Obviamente.
-¿De lengua?
-No somos niños.
-¿Te preparó?- preguntó Paloma apuntando su celular con grabadora hacia su amigo.
-Haz una pregunta más interesante,por favor.
-¿Contra la pared?
-Lamentablemente no.
-¿Te gustó?
-¡Si!
-¿Lo harias otra vez?
-¡Si!
-¿Solo lo haces con él porque extrañas a Mordecai?
-¡Por supuesto! ¡Digo no,esa fue una pregunta con trampa!- negó Rigby ofendido y con su rostro rojo. Jamás comprometería a Jeremy de esa forma,no para saciar sus estupidos caprichos. Sabía exactamente lo que sentía por ese apuesto chico con anteojos,lo amaba.
Tambien sabia que sentimientos eran dirigidos a Mordecai: ira,odio,placer... No,esperen,placer no.
-Lo extrañas,¿no es así?- Paloma puso una mano en su hombro cuando formuló la pregunta. No era solo su intuicion,si veia más alla de lo que sus ojos demostraban,podia darse cuenta.
-No,esto...No sé porque vine a hablarles- apretó sus labios,ajustó más su mochila a su hombro y se fue corriendo hacia la escuela para la que solo faltaban un par de cuadras.
Vió a Jeremy esperandolo en la entrada,a paso veloz fue hacia él y se tiró en sus brazos.
-Hola- dijo mientras hundía su cabeza en el fuerte pecho del mayor.- Te extrañé en este corto tiempo.
-Y yo a ti,Rigby- respondió mientras lo abrazaba un poco más fuerte (N/A: ¿Esta bien dicho? Corriganme en los comentarios),como si fuera un pequeño tesoro.
-Te amo- no pudo evitar decir mientras se ponia a su altura y lo besaba. Sin importarle que Mordecai lo haya visto,y que obviamente lo estaba haciendo a proposito.

-Más tarde-

El moreno suspiró feliz mientras dejaba sus cosas sobre el sillón. La casa estaba en silencio excepto por él,pero un ruido sospechoso en el piso de arriba interrumpió esa tranquilidad.
-¿Don?- llamó mientras subías las escaleras,pero aquellos sonidos provenian de la habitación de su madre. Por unos momentos tuvo miedo de que ella hubiese vuelto del hospital.
-¡Auch!
Esa voz,la conocia perfectamente. Sin dudarlo abrió la puerta para encontrarse a su peliazul menos preferido cargado con una mochila,al parecer habia entrado por la ventana.
-¡Vete de aqui!- gritó Rigby mientras empujaba a Mordecai de su habitación,aunque su fuerza era menor y debil,intento parecer indiferente.
El peliazul lo empujó contra la puerta,besandolo con pasión sin mencionar palabra alguna.
-¡No!- intentó resistirse a su encanto,no queria recordar el pasado- ¡No! ¡Por favor,no!- suplicó intentando evitarlo.
A medida que seguia el beso,las negaciones de Rigby bajaron el volumen hasta ser un susurro y luego un silencio lleno de gemidos.
Tumbó el cuerpo del menor sobre la cama,lo deseaba en ese mismo instante tan rápido y a la vez tan lento que creia que se volvería loco. Amaba tenerlo desnudo y a su merced,y hacer que se muerda el labio solo lo hacia ver más deseable.
Volvio a besarlo,disfrutando el sabor de su boca. Rigby puso sus brazos alredor de su cuello,profundizando el beso y haciendo un pequeño roce entre su cuerpo desnudo y el del contrario.
-Esta vez será a mi manera- dijo Mordecai con una sonrisa enigmatica- haré que ya no quieras separarte de mi.
No podia creer que hayan llegado a ese extremo. Pero al menos lo queria dentro una ultima vez.
Rigby solo deseaba no estar tan indefenso y le avegonzaba ligeramente el estar en cuatro sobre la cama. Sus ojos estaban vendados y sus muñecas amarradas,cuando sintió el azote de la fusta contra su trasero solo pudo gemir.
No solo así eso,habian momentos cuando deslizaba la fusta suavemente contra su cuerpo para luego propinar el golpe esperado.
-¡Ahh Mord...Mordecai!
El que sus ojos estuvieran vendados solo hacia que pudiera sentirlo aún más.
Sintió que algo se introducia en su entrada,no era algo que ya conociera antes,se sentía como pequeñas bolas de plastico (N/A: bolas chinas,para aquella persona inocente que no lo sepa ¡Lo buscas en google bajo tu propio riesgo!) que se metian dentro y fuera dilatando su entrada.
-Mor...Mordecai- jadeaba el menor- por favor,ha...hazmelo.
-Si dices que me deseas lo haré- susurró en su oido para luego morderlo suavemente.
-¡Te...Te deseo Mordecai!
La venda de sus ojos fue retirada,al parecer el peliazul queria que no solo sintiera,sino que tambien vea el momento. Cuando lo sintio dentro de él solo pudo gemir con fuerza y placer.
-¡Ahhh!

Mi enemigo,mi amante (Morby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora