11. Tomar una decisión.

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El lugar se encontraba lleno.
Lucius Malfoy estaba en el juzgado.

- Señor Malfoy. - El ministro, Kingsley, estaba sentado en un alto tribunal frente a él.
- S-Señor m-minis-stro. - Dijo el ahora delgado y pálido Lucius, sentado en una dura silla de hierro.
- Usted ha solicitado un traslado parcial de condena, ¿verdad?
- A-Asi es.
- Bien, creo que usted ya sabe lo que implica eso. Más años en Azkaban. ¿Está usted completamente seguro?
- L-Lo estoy.
El afroamericano suspiró. Se veía súplica en la mirada de aquél rubio. Miró a su alrededor y habló de nuevo con más fuerza.
- Lo haremos por votación. Levanten la mano si están de acuerdo.
A su alrededor, cincuenta personas levantaron la mano.
- Levanten la mano los que estén en contra.
El resto de personas, cincuenta, levantaron la mano.
- Bien, ya que las votaciones están por igual, la potestad me queda delegada y he decicido que transferiré 5 años más a su pena. Nada más.
Lucius se levantó de su asiento. Seis aurores colocaron sus varitas en su cuello.
- No tengo como agradecerle, señor ministro.
- No importa. ¡Llevenselo!
Los aurores tomaron al rubio platinado por los brazos y lo sacaron de allí.
Narcissa le miró desde su asiento con nostalgia al saber que estaría más tiempo lejos de ella. Suspiró resignada.
Todo sea por el bien de mi hijo.

A no mucho de allí, en una linda mansión situada en Hogsmeade, dormitaba en un sillón Joseph Greengrass cuando su esposa, Scarlett, entró a la sala de estar con una carta en la mano.
- Cariño... Despierta, esto es algo importante. - Dijo ella, mientras se sentaba elegantemente frente a él.
- Estoy cansado, estuve despierto toda la mañana. - Gruñó.
- Lo sé, y no te molestaría si esto no requiriera de toda tu atención.
El fornido hombre abrió los ojos y se sentó erguido, al tiempo que se ponía sus lentes.
- Vale. ¿Qué es?
Scarlett le pasó la carta y éste la abrió. Mientras la leía, su cara se transformó en una mueca de asombro. Miró a su esposa.
- ¿Ya la leíste? ¿Es esto cierto?
Ella le sonrió.
- Si y si. Al fin lo hemos encontrado.

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En Hogwarts, ese día era el partido Slytherin vs Gryffindor. Todos estaban muy emocionados ya que ese enfrentamiento era legendario.
Ron y Hermione iban de camino hacia el campo, cuando Astoria se unió a ellos.
- Hola, amores míos. - Dijo sonriente, mientras se posicionaba en la mitad de los dos y les pasaba las manos por los hombros.
- Hola Tori, te ves de muy buen ánimo. ¿Pasó algo? - Dijo Hermione, mientras le pasaba una mano por su cintura.
- Chicas, Dean me está llamando. ¡Nos vemos arriba! ¡Vivan los leones! - Ron, que estaba todo pintado de rojo, se despidió y salió corriendo de regreso.
Ellas rieron y siguieron su camino.
- Mione, hay algo que quiero contarte. - Dijo la castaña, poniéndose un poco más seria.
- Sabes que puedes contarme lo que sea, eres mi mejor amiga.
Astoria asintió.
- Bueno, pues... Tony me pidió que fuera con él al baile. Y le dije que sí.
Hermione rió y la abrazó.
- ¡Eso es asombroso! ¿Porqué tienes esa cara de aflicción? ¿Sabes cuantas chicas desearían ir con él? No es por nada, pero es increíblemente guapo.
- Lo sé, pero... - Repentinamente dejó de sonreír, y miró otro lado. - También me invitó Malfoy.
Hermione se detuvo en seco.
- No hablarás en serio. ¿Verdad? ¿Malfoy? Bueno, debo admitir que ha cambiado mucho desde la guerra pero... Dime que no le dijiste que sí.
Astoria le miró culpable.
- ¡Fue tan romántico! Me entregó su flor favorita... No pude negarme. No a él. Sabes que me gusta mucho. - Dijo, sonrojada.
- Sé que te gusta, pero no puedes ir con los dos.
Suspiró.
- Lo sé, pero... Tony es un amor conmigo, se preocupa por mi y es muy caballeroso. Malfoy me hace reír, me molesta, me hace enojar... Puede cambiar mis emociones en un segundo y me encanta. Merlín... No quiero romper el corazón de ninguno.
- Tori. - Hermione se paró frente a ella y le tomó las manos. - Si no escojes a uno, los lastimarás a los dos.
Ella tenía razón. Pero no podía escojer a uno sin perder al otro.
- P-Pero... No sé que hacer... Los quiero a los dos...
Hermione la miró fijamente.
- Sabes bien que no los quieres a los dos. Sé que solo quieres a uno pero eres demasiado noble como para dejar a alguien en la "friendzone". Eso no te llevará a nada bueno. Espero decidas, el baile es mañana.
Astoria asintió y subió a la tribuna de los leones a apoyar a Gryffindor. De nuevo, tuvo que soportar los gritos.
¡Traidora! ¡Las serpientes no andan con gatitos! ¡No mereces estar en nuestra casa!
Suspiró de nuevo.
Seguía sin saber qué hacer.

Invisible. (Drastoria) - TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora