Por fin llegó el día anhelado.
El baile de navidad.
Las chicas corrían de un lado a otro consiguiendo sus vestuarios a última hora, y los chicos que faltaban se apresuraban a conseguir pareja.
Normalmente, el baile de navidad sólo se celebraba en el torneo de los tres magos pero ese año, la directora había hecho una excepción.
En las mazmorras, Draco Malfoy terminaba de arreglarse frente al espejo. Era su última oportunidad, antes de que salieran a vacaciones de invierno. Se iría al día siguiente, y no volvería a ver a Astoria hasta dos semanas después de año nuevo. Suspiró. Últimamente ella se había convertido en todo. No era como las otras chicas. Si algo no le gustaba, lo decía. Peleaba con él y no importaba cuan seductor fuera, ella no caía.
Tras unos minutos más, resolvió que no podía verse más atractivo, y bajó elegantemente a la sala común. Al verlo, Pansy Parkinson, su ex-novia, se acercó a él. Iba en un lindo vestido verde esmeralda, en honor a su casa.
- ¡Hola Draqui! Te ves guapísimo esta noche.
- Ya lo sé, Pansy. ¿Crees que podría salir de mi habitación si no me viera perfecto?
Rieron juntos.
- Bien, ¿Quién tiene el privilegio de ir al baile con este apuesto rubio? - Dijo Pansy, mientras se acomodaba los pendientes frente a un pequeño cuadro que servía de espejo.
- Para un gran rey, una gran reina. - Contestó, esbozando una tierna sonrisa.
- Vale, ya deja eso, sólo dime con quien irás.
- Astoria Greengrass.
Ella dejó de sonreír.
- No juegues, ya dime con quien irás.
- Ya te dije, Pansy. Iré con Astoria. ¿Celos? - Sonrió burlón. - ¿Acaso me extrañas?
Ella fruncio el ceño.
- Claro que no, no es eso. Es que... Hoy en la tarde, Anthony, el prefecto de Ravenclaw, me contó que iría con Astoria.
Debía ser una confusión. Ella no iría con nadie que no fuera él.
- Pansy, ella aceptó ir conmigo al baile. Es imposible que le haya dicho que sí a los dos. De seguro el baboso está envidioso, y te inventó esa mentira.
Pansy se encogió de hombros.
- No lo sé, Draqui. Él parecía muy convencido.
Miró su reloj. Tan sólo faltaba media hora, y no pensaba quedarse con la duda.
Sin despedirse, salió de su sala común y se dirigió al Gran Comedor.
Apenas le vio, camino hacia él.
- Hey, Goldstein, tenemos que hablar.
Anthony achicó los ojos, confundido.
- Extrañamente yo también necesito hablar contigo.
Se miraron por unos segundos, y luego Draco inició la conversación.
- Pansy me dijo que tu irías al baile con Astoria.
Anthony retrocedió.
- Zabini me dijo que tu irías al baile con Astoria. Y bueno, lamento decirte que ella irá conmigo.
Él rubio platinado fruncio el ceño, y apretó los dientes.
- Deja de decir mentiras, baboso. Ella aceptó ir conmigo. Jamás iría con alguien de tan baja clase como tú.
- Mira. No quiero pelear, ¿Bien? Que te parece si vamos donde Astoria y aclaramos esto. de seguro tiene una respuesta.
Draco asintió y juntos, empezaron la búsqueda. Preguntaban a todos cuantos veían, pero no había señales de ella por ningún lado.
- De nuevo, nada. ¿Estará en su cuarto? - Dijo Anthony, jadeando.
- No lo sé, hace 45 minutos inició el baile. Supongo que sí. Vamos.
- Pero soy Ravenclaw, no puedo entrar a tu sala común.
- Nunca digas "no puedo". Esa palabra no data en mi diccionario. - Contestó, sonriendo.
Casi corriendo, los dos fueron a las mazmorras y tras entrar por la pared que ocultaba la sala común de Slytherin, la encontraron.
Astoria estaba en pijama, acurrucada en un sillón, leyendo uno de los libros que Draco le había regalado. Al verlos, se colocó de pie instantáneamente.
- ¿Qué diablos significa esto? - Draco fue el primero en hablar, muy enojado. Nadie le dejaba plantado.
La castaña se puso muy roja.
- Tori, sé que tienes alguna explicación, ¿verdad? - Dijo Anthony, con voz pasiva.
- ¿Qué hacen los dos aquí? Deberían estar disfrutando la fiesta. - Miró tristemente otro lado.
- Yo te invité, deberías estar conmigo. - Dijeron los dos, al mismo tiempo. Se miraron con odio, pero luego regresaron su atención a la chica.
- L-La verdad es que los dos me invitaron, y no pude negarme a ninguno... Así que decidí no ir, para no lastimarlos. - Dijo, rompiendo en llanto.
Verla así ablandó el corazón de Draco. Odiaba verla llorar. Por el contrario, Anthony estaba indignado de que la chica que amaba le hubiera hecho algo así. Sin más, le lanzó una última mirada de decepción y salió de allí, regresandose a su sala común, la torre de Ravenclaw.
- ¡T-Tony! - Alcanzó a proferir Astoria, antes de que este se fuera. Había hecho lo que más temía. Le había lastimado. Se tumbó sin aliento en el sillón cuando sintió que alguien se arrodillaba frente a ella y le secaba las lágrimas. Era Draco.
- D-Draco, yo... - la calló poniendo un dedo entre sus labios.
- No tienes que darme explicaciones. Ya no importa.
Ella se sonrojó aún más y le miró. No estaba enojado, pero tampoco estaba feliz.
Inexpresivo. El método de defensa que usa para hacerle creer a todos que no le interesa nada.
- Draco, no me veas así. Me hace pensar que no sientes nada por mi.
- Al contrario, As. Mi problema, es que no fui suficiente para ti. Pero eso es lo que menos importa en este momento. No llores, ¿bien? Sabes que lo odio. - Suspiró profundamente. - Que tengas una linda navidad.
El rubio se levantó y se fue a su cuarto, haciendo caso omiso de las llamadas de Astoria. Había fallado. Sabía que no merecía una chica así, pero tenía la ciega esperanza. Cerró con un hechizo la puerta de su cuarto y empezó a empacar. Mientras más rápido se fuera de allí, mejor. Para él, y para Astoria. Dejaría que fuera feliz con Anthony.Esto es a lo que Zabini se refería.
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Invisible. (Drastoria) - Terminado
FanfictionLa menor de los Greengrass. El heredero Malfoy. Familias "Poderosas" Mismo "nivel" Después de la guerra, todos regresan a Hogwarts. Quizás diferentes. Un extrañamente vulnerable Draco y una confiada Astoria se cruzan. Sentimientos irreconocibles se...