Vidas cruzadas

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Cristall llegó con su tía de oficial suplente, porque a Naomy le habían disparado una bala en la frente y la internaron en un hospital cercano a la prisión llamado "Angels from the hospital" ubicado al Norte de California.

-¡Hola tía!

-Hola Cristall, ¿lista para el arduo trabajo que te espera?

-Sí, lo que sea para ayudar a mi padre.

-Bien, pues mira, se han escapado de nuevo dos presos, ya los hemos buscado pero no hay rastro de ellos.

-¿Les ayudo a buscarlos?

-No, a ti te van a asignar un espacio para vigilar, de allí no tienes que moverte y cuando salgas a comer, encargarás a alguien para que ocupe tu lugar en lo que regresas, tiene que ser alguien que no tenga área.

-Está bien tía.

-Confío en ti mi niña.

Cristall mientras estaba al pendiente de lo que le avisaran respecto al área que le toca.

-¿Tú eres Cristall? -Dijo el jefe de policía después de 20 min. de espera.

-S...sí, soy yo-dijo tartamudeando, el jefe de policía no se veía muy agradable.

-Tu área será la del tutelar de menores, no tienes la suficiente experiencia como para vigilar casos mayores de delincuencia.

-Está bien...

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-Ríe- Jamás nos van a encontrar esos fracasados.

-Te digo, tengo muchísima experiencia y ahora, cuidadito con que nos encuentren, no sabes como son los mañosos policías. ¿Es tu primera vez en prisión, no es cierto?

-Sí.

-¿Por qué robaste ese banco? No pareces un preso cualquiera.

-Por diversión, quería ver que se sentía ser un preso y qué se sentía escapar de un lugar así.

-¿Y?

-¡Es genial! Lo disfruté muchísimo, es divertidísimo.

-¿Cuántos años tienes?

-Veinticinco

-¡Eres un niño!, ¿tú madre qué dijo cuando te arrestaron?

-Se decepcionó de mí.

-¿Ibas sólo?

-Iba con un amigo, pero él me dijo que no quería formar parte de un delito así.

-¡Que rajón!

-¿Que...qué?! -Dijo extrañado.

-Eres un chico muy educado, sigo sin entender tu comportamiento, se ve que vienes de buena familia.

-Gracias. Te invito a comer algo, muero de hambre.

-Te lo agradezco niño, pero a mi todos me conocen y no me arriesgaría a caer de nuevo en la prisión.

-Nos disfrazaríamos, ése chico que te digo es un experto en hacer disfraces. Nadie nos reconocerá.

-Ok, está bien niño, acepto tu oferta.

Michael y Octavio se dirigieron a casa de Christopher (el amigo de Michael)...

-¡Michael! -dijo sorprendido su amigo al abrir la puerta-

-Hola Christopher

-¿Co...co...cómo escapaste de prisión?

-Con ayuda de Octavio.

-¿El prófugo?! -Estaba espantado-

-Así es, no debes decir nada al respecto-Christopher negó con la cabeza- te vamos a dar trabajo y dinero, mucho, si prometes cerrar la boca. -Christopher asintió, se había quedado sin palabras ante esa noticia.

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-Tía, voy a comer

-¿Ya dejáste a cargo a alguien?

-Sí.

-Está bien, no tardes. Y si tardas, avisame para dejar a alguien a cargo y los cuide más tiempo.

-Lo haré tía, gracias. -Le dio un beso en la mejilla y salió a comer...

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-¡No inventes! Ya son las diez y siete horas, muero de hambre.

-Tranquilo, aún no son las diez y siete en punto, ¿quieres pasar desapercibido por algún policía?

-No pues sí, claro que quiero.

-Pues espérate, aún faltan algunos detalles.

Pasaron varios minutos y al llegar las diez y siete horas, Michael y Octavio decidieron ir por fin a comer.

-No es hora para comer

-Pero vamos a comer que es lo importante.

Lo que ninguno de ellos dos sabía, era que en aquél lugar se encontraba Cristall, la nueva o mejor dicho, suplente de Naomy.

-Ahora a no hablar respecto a prisión-le susurró Michael a Octavio-

-¿Cómo crees? No soy idiota.

-Espera, espera.

-¿Qué?

Michael se levantó de su asiento sin haberse terminado su comida y fue...¡fue hacia donde se encontraba Cristall! ¡Sorprendente! Bueno...no, ya que, ni Michael iba con ropa de preso ni Cristall con ropa de policía, sin duda ella es una chica muy guapa y por obvias razones Michael se sintió atraído por ella:

-¿Vienes sola? -se recargó en la mesa de la chica.

-¿Disculpa?-Dijo después de haberle dado un sorbo a su bebida.

-Soy Michael-extendió su mano y Cristall la tomó.

-Un gusto.

-¿No te vas a presentar?

-Soy...soy...mi nombre es Cristall.

Narración de Cristall:

Por una extraña razón, sentí nervios al percatarme de su presencia, y esa voz, ¡Dios! Esa voz que enamora, intimida y excita; su aliento mentolado, esos hermosos risos negros que cubrían un poco su rostro, esa tez blanca y esos ojos grandes marrón.

-¿Puedo acompañarte?

-Seguro.

-¿De dónde eres nena?

-Soy de Europa.

-¿Y qué haces en América?

-Me mudé para acá porque mi madre falleció hace siete años y mi tía trabaja aquí, vine a ayudarla y a sacar de la pobreza a mi padre.

-¿En qué ayudas a tu tía?

-Suplente de una oficial del FBI...

El PrófugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora