Nuestra química

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-¿Qué pasa tía?

-Michael...¿qué?

-No lo sé, sólo me dijo que su nombre es Michael.

-¿Qué dices que hizo ese tipo?

-Pagó mi cuenta.

-Ah bueno, creí que era el tipo que me acosaba, el ahora prófugo.

-¿No los han encontrado?

-No, ¿qué me va a decir el jefe? -preocupada- se escaparon cuando yo me fui a comer y no pude darme cuenta de ellos, se supone que Octavio estaba atado al muro para que no volviera a escaparse y Michael...

-¿También el prófugo se llama Michael?

-Sí, por eso me preocupé por ti, pero lo bueno es que tu Michael te pagó la cuenta y no se dedicó a robar como el preso de aquí...por cierto, ¿a qué se dedica?

-Trabaja en una tienda de ropa de etiqueta para hombre.

-Oh! Nada mal

-Lo sé, sólo que pienso que gana para vivir, más no para mantener, sigo apenada por lo que hizo.

-No, al contrario, lo hizo por buenos modales y...porque le gustas -hizo mueca de pícara-

-¡Tía! -Dije, me ruboricé-

-Bueno, bueno, cambiando de tema; mañana tienes el día libre, puedes hacer lo que te plazca, aprovecha y disfruta.

-Gracias, enserio te lo agradezco tía.

-Mi niña no agradezcas, tu sueldo será igual, no te descontaremos el día.

-¿Cómo sabes que el jefe no me lo descontará? -curiosa-

-Porque...es mi novio.

Narra Cristall:

Las dos gritamos al mismo tiempo, no puedo creer que mi suerte empiece a cambiar, mi tía es novia del jefe de policía y por lo tanto me va a ir mucho mejor en el trabajo y me pagan muy bien, mi padre va a estar muy orgulloso de mí.
Salí del trabajo y me dirigí a mi casa; ésta vez estaba sola puesto que mi padre fue a ver a su otra esposa, mi madrastra e iba a quedarse unos días con ella después de que mi tía le informó a mi padre que todo estaba en orden.

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Narra Michael:

No he salido de mi mansión desde que la vi, no puedo resistirme a ella, la amo, no he dejado de pensar en esa bella chica con cabellos de oro.
Tengo que volverla a ver, pero ¿cómo? Si ni siquiera me dio su dirección o su número de teléfono...

Narradora:

Pasadas algunas horas, llegando casi la noche, Cristall decidió disfrutar un poco su día libre en un centro nocturno, pero no contaba con encontrarse de nuevo al chico de ojos marrón...

-¡Cristall!

-¿Michael?

-Sí, ¿cómo estás?

-Bien, gracias, ¿tú Michael?, ¿Qué te trajo por aquí? -Casi gritándo.

-Quería disfrutar un poco.

-Pues disfrutemos. ¿Mucho trabajo, no es cierto?

-Ss...sí...supongo-dijo en un tono normal, era mejor que si su subconsiente lo traicionara, hablara normal, su voz no era fuerte, era casi un susurró y no quería que Cristall escuchara la traición de sus palabras y su dificultad para mentir. La fortuna era que contaban con música a un volumen extremadamente alto que hacía que el lugar vibrara...

-¿Bailamos, preciosa?

-Sí Michael.

-Cuentame un poco de tí.

-Ya te conté, ahora es tu turno.

-le cayó como balde de agua, no fría ni tibia...helada- Este...¿Como qué te gustaría saber, nena?

-¿De dónde eres?

-Gary, Indiana -Estados Unidos

-¿Cuál es tu nombre completo?

-Michael...Michael Scruse.

-¿Desde cuándo trabajas en esa tienda?

-¿Cuál tienda? -la música cubrió sus palabras y habló más fuerte- Desde hace tres años. Te propongo algo y espero que ésta vez sí aceptes.

-Ajám! Dime.

-Vamos afuera, donde la música no se escucha y hay silencio para hablar mejor.

Salieron del centro nocturno para platicar más a gusto...

-Dame tu número de celular.

-¡Claro!, ¿Tienes dónde anotar?...

Narra Cristall:

Le di mi número y al llegar a mi casa recibo un mensaje de él...

Sólo quería asegurarme de que no me diste mal el número.
Te quiere: Michael.

Justamente estaba pensando en él, lo dejé unos minutos en espera mientras me ponía cómoda en mi recamara y le respondí.

Al parecer sí es el correcto y si quieres asegurarte, te invito a mi casa, mañana tengo el día libre y podemos vernos a la hora que quieras, te dejo la dirección abajo del mensaje.
Pd.: Me topé con un excelente bailarín. ;)

Me quedé dormida con una sonrisa en mi rostro, lo vi de nuevo y sin habernos puesto de acuerdo y me satisfajo con ese baile tan perfecto...Seguro, él estará en mis sueños...

El PrófugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora