¡Bienvenida a "mí" hogar!

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Narración de Michael:

Le tuve tanta confianza a Cristall, que la traje a mi mansión robada; fue un impulso, no me percaté de su pregunta:

-¿Cómo conseguíste el dinero para pagar ésta cosa?

"¡Inventa algo Michael! De prisa. Ella no es ninguna idiota para tragarse tus mentiras" me dije.

-Oh! Mi trabajo. Te dije que ganaba bien -es cierto, gano bien en mi trabajo de ladrón.

-Por más que ganes bien Michael. En esto se te fueron como veinte millones de dólares, si no es que más. -Escaneaba cada rincón de mi mansión por fuera primero. Me puse nervioso. -Alguien te apoyó

-Ah sí, mis padres y mis hermanos. Todos aportamos dinero para pagarla.

-¿Entonces también es de ellos, no sólo tuya?, ¿O no es así?

-No. Fue un obsequio de cumpleaños.

-¡Vaya! No sabía que a los hombres les fuera tan bien en los cumpleaños.

-A algunos no nos va tan mal. Fue de mis diéciocho.

-"Tan mal" -hizo comillas con sus dedos- Bueno, espero que valga la pena para...tú sabes

-¿Amarnos?

-No tanto como amarnos. Ni si quiera somos novios.

-Pero sí, amigos con derechos.

*Al siguiente día*

Narra Cristall:

La mansión de Michael es todo un paraíso, no sé si estoy enamorada de él o de su mansión...Bueno, volviéndo al tema; sé que tienen el morbo, la curiosidad de saber si lo hicimos...pues la terrible realidad es que no. Michael me dio un tour por toda su hermosa mansión y la última sala a la que me llevó fue a la de cine:

-¡Woow Michael! No necesitas salir para divertirte.

-No, aquí lo tengo todo.

-Ya me di cuenta Mike...¿no te molesta?

-¿Qué?

-Que te llame "Mike"

-En lo absoluto nena, llámame como quieras.

Fui hacia su sala principal y me senté de golpe en su sillón, cubrí mi cara con mis manos. Michael me vio, me tomó del hombro preocupado y me dijo:

-Nena, ¿todo bien?

-No. Sigo sin creer lo que hice en ese restaurante. Ahora no va a haber paso para nosotros.

-Eso es lo de menos, tú trabajo.

-Exactamente, mi tía se hubiera enterado y junto con el jefe me hubieran despedido

-Pero no pasó nena, ni pasará -se sentó a mi lado, tomó mi hombro en señal de consuelo, descubrí mi rostro y volteé a verlo.

-¿Sabes algo Michael? -Negó con la cabeza- Te amo -me acerqué a él y le di un beso en la boca mientras enredaba su cabello en mis dedos.

*Mientras tanto con Octavio*

Seguro ese estúpido mocoso me dejó por su putita, creo que será hora de buscarme alguna chica con la cuál estar...

Planeo ir a un centro nocturno para ver a quién me ligo...

*Pasado un rato*

Me fue de la chingada, el transporte pasaba lento, no me dejaron entrar al centro nocturno, pero por suerte, vi a una chica que me iluminó el camino...literalmente. Iba rumbo a mi casa (la que robé hace tiempo) pero el camino estaba oscuro totalmente, entonces llegó una chica con buen trasero y buenos pechos, alumbrándo el camino con su linterna.

-¡Hola! -Me saludó

-Hola muñeca.

-¿Vas hacia Rusbelt? -nos dijimos al mismo tiempo. Esa calle estaba derecho a nosotros y era donde yo vivía y al parecer ella igual.

-Así es mi amor -me dijo.

-¿Puedo acompañárte a tu casa bella chica?

-rió- Claro.

*Al llegar a la calle*

-Es aquí, gracias. -me dijo amablemente.- ¿Quieres pasar?

-No, ya me voy a mi casa mamacita.

-Me tomó de la puta corbata que el mocoso me obligó a usar y me hizo pasar a la fuerza- ¿No necesitas alguien que te satisfaga, cariño?

-¿Yo? Siempre.

-Quédate conmigo, te haré feliz...
-se me acercó mucho a mi boca susurrándome la última frase.

*Con Michael y Cristall*

-¿Entonces no dejas entrar a nadie a tu jardín trasero?

-No, es privado.

-¿Y qué haces allí?, ¿Te vuelves malo y travieso?

-No, hago otro tipo de cosas.

-¿Cómo qué?

-Esto...

El PrófugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora