El Prófugo

Amor peligroso

-¿Tra...trabajas en el FBI? -Intentó ocultar el miedo pero fue algo inevitable.

-Así es, ¿por qué?

-No, no, por nada. ¿Cuánto tiempo llevas trabajándo allí?

-Hoy fue mi primer día.

-¿Y qué tal?

-Tuve que cuidar niños y fue algo estresante.

-¿Por qué?

-Pues son muy...son muy...

-¿Igualados?, ¿Irrespetuosos?, ¿Groseros?, ¿Vulgares?...

-Jajajaja sí, exacto. -Respondió con una sutíl sonrisa junto con una sutíl y delicada risa.

Narra Michael:

Por fin logré sacarle una sonrisa. Hasta ahorita no se le ha desarrollado ninguna sospecha sobre mí, admito que fue complejo ocultar el miedo de que supiera que soy un preso, pero bueno, no especuló nada y espero seguir a este paso...

Narra Cristall:

Afirmó mi respuesta de mi empleo...¿Por qué? Lo noté nervioso y con miedo cuando escuchó de qué estoy trabajándo, pero...dudo mucho que sea un preso, su voz, sus facciones, su vestir y su forma de expresarse no parece de un preso...

-Te invito a dar un paseo.

-abrí los ojos sorprendida- ¿Ahora?, ¿Tan tarde?

-Sí, por supuesto.

-Señorita, ¿le traigo la cuenta? -Dijo el mesero y ambos volteamos a verlo-

-Por favor -Sonreí y el mesero se fue.

-¿Cuántos años tienes hermosa?

-me sonrojé- Veintitrés, ¿tú?

-Veinticinco.

-¿Enserio? -sorprendida- te ves...más chico.

-¿Quieres decir que mi físico es de niño y mi edad de anciano?

-Reí ahora más fuerte- No, no, para nada, digo que...

-Déjalo así-sonrió- me gusta cuando ríes.

-Gracias.

-Entonces...¿Aceptas?

El mesero dejó la cuenta en la mesa, yo la iba a tomar pero Michael la acercó hacia él en un acto más rápido que el mío y guardó dinero dentro de la carpeta...

-Listo, la cuenta ya está pagada.

-No, no, no lo puedo aceptar Michael, apenas te conozco y ¿ya quieres pagarme la cuenta?

-Sólo por esta vez.

-Pero si tú...¿en qué trabajas?

-¿Es necesario que lo sepas? -dijo en un susurró que no logré escuchar-Soy...trabajo...estoy en una tienda de ropa de etiqueta para hombre, nada especial.

-No has de ganar mucho, digo...prefiero pagar hoy yo la cuenta, gracias.

-No, déjame a mí, tú apenas estás empezándo a trabajar y yo ya llevo tiempo en mi empleo, sí me pagan bien, o al menos para pagarme mis cosas y pagar las de mis conquistas-me guiñó el ojo.

-Bueno, pues te lo agradezco.

-¿Entonces?

-No lo sé...

-Por favor, me gustaría poder pasar más tiempo contigo.

-miré mi reloj- ¡Dios santo!-posé mi mano derecha en mi frente- ¡Son las veinte horas!

-¿Y?

-Lo siento Michael, será en otra ocasión, tengo que trabajar, sino me descuentan mi sueldo-tom3 mi bolso, me levanté de mi asiento pero Michael me detuvo tomándome de la muñeca.

-Conozco oficiales que salen a comer y no regresan hasta el otro día- lo miré espantada.

-Enserio, no puedo quedarme, fue...un gusto haberte conocido-corrí hacia la salida del lugar.

Narradora:

-¿Mala suerte con su conquista señor? -Dijo el mesero tomando la cuenta.

-Uuummm!! -Michael torció la boca mientras miraba al mesero.

Al regresar con Octavio...

-¡Te pasas méndigo mocoso! Me dejas solo aquí y tú te vas a conquistar pirujas. Ahora vámonos, no traemos dinero para pagar tanta comida.

-¡Mira imbécil! Tú vas a pagar TÚ cuenta y te largas. Esa chica no es ninguna piruja como las que conquistas tú que muestran sus pezones a todo el mundo.

Michael salió del lugar y fue rumbo a su mansión...robada...

-¿Qué hice mal? Necesito a esa chica, la necesito...

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-Debí haber aceptado la oferta, por alguna extraña razón lo necesito, siento que algo me hace falta. -hablaba sola, mirándo hacia la nada

-¿Qué? ¿Una policía hablando sola?, deberías de estar en el manicomio, puta loca.

-Michael...Michael... -Le hizo caso omiso y seguía mirándo hacia el vacío

-¿Cristall?

-Tía, estoy enamorada, creo que fue amor a primera vista, yo también le gusto. -Habló tan rápido que a su tía le costó trabajo entender de lo que estaba hablándo

-¿A quién?

-A Michael

-¿Michael? -Gritó espantada posándo sus manos en su rostro...