Capitulo X: Música en la Oscuridad

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Sin duda alguna la nota escrita en tinta roja, cual sangre, había tenido mucho más impacto en mí de lo que me hubiera gustado imaginar. Ni siquiera me detuve a pensarlo dos veces, salí como un relámpago el teatro y corrí hacia mi dormitorio a esconderme en la seguridad de mi habitación hasta entrada la noche.

Las notas no llegan mágicamente a sus destinatarios. Las internas perdidas no regresan a las mochilas de sus dueños. Los juegos de llaves robados no deberían estar en poder de tu profesor de Filosofía. Y sin duda alguna, nada de aquello debió de haber sucedido. El reloj en mi mesa de noche marcaba las 8pm. Hora de inicio de la clase de ballet de Madame Giry; parte de mi mente quería obligarme a ir de vuelta al teatro aquella noche y así poder descifrar de una buena vez (y por todas) todas aquellas preguntas que atormentaban mi mente noche y día, dormida y despierta. Otra parte de mi, aunque en mucho menor proporción, me decía que me olvidara de todo y concentrara mi energía en cosas más importantes. Dentro de mi cabeza se desato una especie de guerrilla entre mi sentido común y mi sentido de aventura y estupidez.

Golpee con ambos puños la cama, donde me hallaba acostada desde hacía un buen par de horas, en gesto de frustración; no podía decidir qué era lo que debía hacer. Me levante del colchón y me dirigí al alfeizar de la ventana por la cual había escapado la noche anterior. En mi mente destellaron fragmentos de lo que vi cuando me introduje clandestinamente en el teatro; el espejo, el laberinto, las ratas de ojos rojos, el canto de sirena y la Mansión del Lago. Suspire. Una pequeña exhalación se atoro en mi garganta cuando una imagen que no había estado allí antes cruzo por mi mente. Una mano enguantada que me jalo del brazo y me regreso a la superficie. Moví mi cabeza de un lado a otro para intentar desaparecer aquello, abrí las cortinas de par en par para poder calmarme un poco. La fachada trasera del teatro capto mi atención de inmediato, ¿Qué tantos misterios escondía? Parte de mi subconsciente quería que el teatro me hablara y me dijera que era lo que debía hacer en esos instantes. Una mínima cantidad de luz lograba atravesar los vitrales el teatro, la puerta de entrada/salida de los actores se hallaba entreabierta. Todo alrededor parecía tan calmo como una noche en medio de la nada. Eleve mi mirada para poder apreciar el cielo nocturno sin saber con lo que iba a encontrarme.

Alla en lo mas alto de la cornisa del teatro había una figura ataviada en negro que parecía ondularse junto con la brisa. Me le quede mirando y aquello me sostenía la mirada como si me estuviera retando. Un sonido en el pasillo me hizo girar de sorpresa, rompiendo el contacto visual con aquello, asegurándome de que no había sido nada de lo que preocuparse regrese mi vista al techo del teatro, donde la misteriosa figura había desaparecido. Aquello me ponía todo mas que claro.

No tarde demasiado en reunir todo el valor que me fue posible para querer penetrar en el teatro nuevamente por segunda vez aquella semana. El reloj marcaba las 8:30pm, faltaba solo media hora para que el ensayo del ballet se diera por concluido. Salí a hurtadillas de la habitación asegurando que no hubiera nadie en el pasillo que pudiera llegar a verme. Baje por las escaleras tan rápido como me fue posible, al llegar al vestíbulo del edificio note que la puerta seguía abierta, seguramente esperando a que las bailarinas entraran para irse a dormir.

El trayecto hacia el teatro me pareció de lo más inconsciente, ya que no percate del rumbo que tome sino hasta estar en la puerta de entrada/salida. Eche un vistazo hacia adentro, Madame Giry corregía la postura de dos de sus bailarinas, las demás se hallaban formando pequeños grupos que cuchicheaban entre si, a lo lejos pude distinguir a la pequeña Meg, quien parecía una niña en comparación de sus compañeras, y a su lado como era de esperarse estaba la bella Christine Daae, mirando con ojos tímidos a su alrededor. Calcule las posibles formas de entrar sin que nadie llegara a verme.

Las luces que alumbraban el escenario no me ayudaban en lo más mínimo, proyectaban luminosidad en casi todos los rincones cercanos a la puerta en donde yo me hallaba. No había una sombra de suficiente tamaño que me ayudara a entrar a escondidas. Me aleje un poco de la puerta e intente encontrar otro medio para ingresar. Lo que no me tomo mas de 30 segundos encontrar. La caja de fusibles.

La caja de fusibles se hallaba a no más de 8 metros desde la puerta, solo debía de accionar el interruptor y cortar la electricidad por algunos minutos. Entrar y aprovechar la confusión de las chicas adentro para abrirme paso hacia los camerinos y esperar allí a mi misterioso anfitrión. No pasaría demasiado hasta que alguien volviera el interruptor a su posición original y la luz regresara. Era el plan perfecto.

Solo para asegurarme de que todo saldría bien, abrí la puerta metálica solo un poco más para poder entrar con mayor facilidad, me coloque frente a la caja de fusibles y aferre mi mano al interruptor.

‹‹Solo jala hacia abajo.›› me dije

Conté mentalmente hasta tres y con todas mis fuerzas jale de la palanca.

Los gritos que salieron del teatro fueron como música para mis oídos. Entre sin problemas, pero no logre llegar a los camerinos, ya que choque contra alguna de las bailarinas, sabia que debía recuperarme rápido, por lo que lo único que pude hacer fue dirigirme a una de las piernas del escenario. Me aferre con ambas manos a ella mientras escuchaba a Madame Giry tranquilizar a sus bailarinas.

No paso mucho cuando escuche la rasposa voz de Joseph Buquet, quien era encargado del mantenimiento del teatro.

- ... No puedo decirlo con facilidad – decía Madame Giry – de repente la luz se ha desvanecido

- Debe de haber algún problema con la caja de fusibles. – dijo el hombre de baba con forma de candado y el pelo grisáceo hasta los hombros. – Iré a checar que todo esté en orden.

- Está bien. – dijo Madame Giry

No paso mucho cuando Joseph regreso con malas noticias, la palanca se hallaba en su posición normal. La palanca había regresado a su posición original y la luz no había regresado. La palanca que yo jale, el interruptor que yo active estaba de nuevo en el modo de encendido.

- Tendré que cambiar los fusibles. – dijo Joseph. – Pero no tengo la llave. Se hallaba en la oficina y principal, y como sabrán a estas horas se encuentra cerrada.

Madame Giry suspiro antes de hablar.

- Bueno niñas, el ensayo se suspende por hoy. Salgan con cuidado.

Al instante escuche los pasos temerosos de las bailarinas, en no más de 5 minutos escuche como Buquet salía del teatro con pasos pesados, cerraba la puerta metaliza tras de sí y echaba cerrojo a la misma, mientras yo me quedaba adentro del teatro sumida en la mayor oscuridad que jamás había experimentado, al mismo tiempo que un órgano comenzaba a tocar una melodía desconocida y procedente de ningún lado.



Nota de la autora:

Una enorme disculpa por haber tardado tanto en actualizar pero el capitulo no quería ser terminado. Espero les guste este capitulo:)

pd. Les dejo una foto del teatro de la Academia Atenas, tomada desde los palcos:33

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