Capitulo. 4

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Abrí los ojos con la esperanza de que todo esto fuera un gran y terrible sueño, parpadee varias veces pero no había sido un sueño, de verdad viviré aquí. Me levante descalza y salí de la habitación.

Mmm eh de admitir que huele muy bien.

Baje las escaleras y me adentre a la pequeña y reducida cocina donde la abuela le servía el desayuno al abuelo.

-Buenos días- saludaron al unísono y muy alegres.

-Buenos días- murmure con cierto desagrado por su alegría y me senté en la mesa, tome uno de los panes que estaban en una canasta en el centro de la mesa y le di un mordisco.

Esto sabe realmente bien.

Cada mordisco que le daba lo saboreaba, esta relleno de queso.

-¿Te gustaron?- preguntó la abuela mirándome orgullosa.

-Si- conteste terminando de masticar el primer bocado -¿Los has hecho tu?

Ascendió con la cabeza.

-Te enseñare a hacerlos- me guiño un ojo mientras colocaba frente a mi el desayuno.

Mmm cocinar ¿yo? JA eso quiero verlo.

Por fin se sentó la abuela y comenzamos a desayunar en completo silencio.
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Al terminar el desayuno me levante y mire por la ventana. Salí al patio trasero y comencé a rondar por todo el lugar, mirando el establo unos segundos.

Definitivamente no entrare ahí, hay mucho excrementó de animales y eso es asqueroso.

Camine un buen rato por toda la cerca de madera, al seguir caminando me encontré con una otra cerca pero pequeña que separa un terreno de otro, no tome importancia así que cruce y seguí caminando hasta detenerme y recargarme en la de a lado donde el viento se encargó de despeinar mis rubios cabellos.

Suspiré.

-¡Ey!- gritó una voz masculina detrás de mi, una voz donde se puede saber que la persona esta molesta.

Voltee un poco alarmada y confundida a la vez.

Veo como un hombre en un caballo se va acercando con rapidez hasta donde me encuentro, al llegar hasta mi, inmediatamente nuestras miradas se encontraron pero ambos las apartamos.

Arquee una ceja esperando a que diga algo más.

Por un momento hizo que me sintiera pequeña con sus penetrantes ojos azules, lleva un sombrero café, sus facciones son demasiado varoniles, es tan...

-No puedes estar aquí- su expresión cambio, se volvió firme y a la vez intimidante.

Alice deja de bobear y pon en su lugar a este amargado que te esta gritando.

-¿Perdona?- alce una ceja, mi expresión también cambio.

-Que no puedes estar aquí- escupió cada palabra demostrando molestia.

Arquee de nuevo una ceja en forma de confusión.

-Primero; no me grites, estoy frente a ti, te puedo escuchar perfectamente y dos; el que no debería estar aquí, eres tu- estrelle mi dedo en su firme pecho y me miro con incredulidad -Estas es un terreno privado.

-Lo mismo digo- retiro mi dedo de su pecho y señaló un letrero detrás de mi, el que claramente dice...

"Propiedad Shields"

Alineó mis labios sin mas que decir, podría disculparme pero Alice Brown nunca se disculpa, sin más que decir me doy la vuelta y camino de regreso sintiendo como mi dignidad disminuye, al escuchar como se marcho comencé a correr regreso a casa de mis abuelos. Entre con la respiración demasiado agitada haciendo que la abuela me mire raro.

-¿Que paso?- cuestiono arqueando una ceja.

-No es nada- puse mi mano en mi estomago tratando de regular mi respiración.

Se dirigió a la cocina y me senté en los escalones de las escaleras.

-Ya esta lista la comida- anuncia la abuela asomándose por la cocina.

Me levante de donde me encontraba, lave mis manos y me senté. Justo cuando la abuela estaba sirviendo la comida llego el abuelo con una gran sonrisa.

-Me ha ido muy bien- su sonrisa esta llena de satisfacción.

-Que bueno- exclamo alegremente la abuela.

Mi abuelo hizo lo mismo, lavo sus manos y se sentó a comer al igual que la abuela.

Crema de zanahoria, bueno ya que.

Aun tengo grabado su rostro en mi mente, realmente tiene muy buenas facciones, muy varoniles. Lástima que su carácter arruine todo y sea un prepotente, gritón y amargado.

Alice tu no tienes mucho que decir sobre el buen carácter.

Cállate.

-Alice- escucho al fondo la voz de mi abuelo el cual me saca de mis pensamientos.

-Ah- dirigí mi vista hacia el -Mande.

-Estas muy...- guardo silencio pensando en lo que dirá -Pensativa- termino la oración.

-¿Yo?- me señale a mi misma.

Ascendió.

-Ah, no- negué con la cabeza.

-Mm bueno- dice no muy convencido.

Me levante del comedor y subí a... ¿mi habitación?. Entre cerré la puerta para seguidamente echarme una siesta.
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Escucho a lo lejos como alguien toca la puerta al abrir los ojos puedo notar que a oscurecido, me levante y abrí la puerta.

-Hija, ya esta la cena- sonríe mi abuela.

-No tengo hambre- digo y su expresión se vuelve desanimada.

Continuo parada en la puerta a lo que me volví a acostar en la cama dándole la espalda.

-Alice, se que estas molesta...

-No quiero sermones para hoy ¿si?- la interrumpí volteando a verla, se quedo callada y se marcho.

Una parte muy profunda de mi me dice que me he portado muy grosera sin embargo decido ignorarla.
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Holaaa, esta algo corto el capítulo, jeje lo siento, en multimedia esta la casa de los abuelos, bonita ¿no?, bueno Chao.

Besos.

Mi lección [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora