Capitulo. 7

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Lunes, recuerdo cuando odiaba los lunes de escuela, solían ser demasiado aburridos y por lo general habían más cosas que hacer pero bueno, esos tiempos ya pasaron. Aunque esto es mucho peor que un lunes de escuela.

Me levante pesadamente, me siento mal, los cólicos me están matando, casi nunca me dan tan fuerte pero esta vez si todo empeora a cada minuto que me encuentro aquí.

Me dí una ducha rápida, me puse ropa cómoda acompañado de unas flats y al terminar baje a desayunar.

-Buenos días- saludo mi abuela.

-Buenos días.

En todo el desayuno no dije absolutamente nada, ni tampoco la abuela. El abuelo salió desde temprano con William al pueblo a comprar unas piezas para arreglar la camioneta, y yo, bueno pues yo no haré absolutamente nada.

-Alice- me nombro la abuela saliendo de la sala después de atender una llamada -Era tu madre.

Gruñí.

-Que emoción- dije sarcástica con un gesto de -me vale- pegado al rostro.

-Quiere que te ponga a trabajar- hablo.

La mire con la boca abierta y un gesto de desagrado.

-¿Que?- dije ofendida y molesta a la vez.

Estoy dudando en ser su hija, ¿porque tanto odio?.

-Y eso es lo que haré, a partir de hoy empezaras a ayudar con los labores del rancho, no estarás aquí sin hacer nada.

-¿A caso no le basto con mandarme a vivir aquí?- solté con amargura -Es una tortura.

Me miro seria.

-Lo harás quieras oh no- dice comenzando a lavar algunos platos.

-Las mismas palabras de mi madre- mi tono tiene odio -¿Con qué inicio?- pregunte rodando los ojos.

-Empezaras alimentando a los animales, es decir, caballos, gallinas y cerdos- ordenó.

-Que fácil- hable convencida.

Esto no será difícil, si lo hago lograre que la abuela no siga molestando con eso de trabajar.

Después de que la abuela me diera el alimento de cada animal, lo tome y salí pero casualmente en cuanto puse un pie fuera la camioneta de William se detuvo frente.

Me hice la desentendida en cuanto llegaron. Entre por algunas cosas a la casa y salí con la esperanza de que William ya se haya ido pero no, ahí estaba checando la camioneta, intente pasar desapercibida aprovechando que esta de espaldas, así no me vera y me evitare una pelea absurda.

-Buenos días- saludo aun de espaldas.

Creo que me vio, ups.

-¿Que tiene de buenos?- lo mire mal.

Soltó una severa risa y continuo con su trabajo.

Empezaré con los cerdos, que asco.

-Yo que tu inicio por lo más fácil, las gallinas y hasta el final los cerdos- murmuro aun dándome la espalda.

-¿Como porque habría de seguir tus consejos?- enarqué una ceja.

-Porque tengo experiencia aquí, y tu- me miro de pies a cabeza -No creo que tengas experiencia en cosas de un rancho.

Tiene razón, tome el maíz sin saber que hacer.

-Toma un puño, acércate al gallinero y espárcelo por toda el área- explicó.

Mi lección [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora