Capitulo. 8

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Hoy e despertado algo tarde, no quise levantarme para el desayuno, realmente no tengo nada de hambre.

Últimamente no me da hambre.

-¡Alice!- llamo la abuela desde abajo.

Suspiré.

-Mande- respondí bajando las escaleras.

-Necesito que plantes esto en el patio de enfrente- en sus manos sostenía algunas plantas, bonitas por cierto.

No es mucho trabajo así que las tome.

-No, no- me detuvo -Hazlo después de que alimentes a los animales- hablo mi abuela antes de que tomará las plantas.

¿Ese estupido cerdo otra vez? No por favor.

-Toma- dijo sacando un par de botas -Son para que no ensucies tus zapatos, como ayer.

Recordé como caí en el lodo, mi zapatilla hundiéndose en el excremento , mi ropa y cara llena de eso.

Ugh.

Tome rápidamente las botas, me las puse, tome el alimento y salí.

Inmediatamente al salir vi a William concentrado arreglando la camioneta del abuelo.

Wow wow esperen.

Esta solamente en playera interior.

Sus pronunciados brazos están a la vista, están muy marcados. Estoy parada como boba mirando sus brazos.

Giro su mirada hasta mi.

Joder.

Inmediatamente corrí mi mirada a otro lado haciéndome la distraída, fue inútil, se dio cuenta, no dijo nada solamente sonrío ladeado mirándome de reojo. Tampoco dije absolutamente nada, primeramente alimente a las gallinas, esta vez no pusieron ningún huevo, después alimente a los caballos y por ultimo entre al chiquero. Esta vez con mucho cuidado y sin agacharme alimente a los cerdos, con estas botas no me importa entrar aquí, bueno aunque ese asqueroso olor siempre estará.

Al ver al cerdo que hizo mi vida miserable ayer lo señale y dije.

-A ti no te toca comer por maldito.

Hasta acá escuche la risa que soltó William. Siempre les causa risa lo que digo, soy mala, digo cosas para hacer sentir mal y solo lo toman a broma. Continúe alimentándolos hasta terminar.

Salí con una mirada triunfante.

-Vaya, pensé que te volvería a ver llena le lodo- hablo William, limpiando sus manos llenas de aceite -Y excremento- terminó su diálogo.

-Ja ja ja- hice un gesto sarcástico

Soltó una risilla divertida.

No dije nada más, tome las plantas que había puesto en la acera, al igual que una pala, me acerque a las demás plantas y busque  lugares disponibles para plantarlas. La abuela tiene un gran y hermoso jardín, hay muchas plantas y flores diferentes por todos lados al parecer es lo único bonito de aquí.

Al encontrar lugar me incline, comencé a hacer un hoyo lo suficiente profundo para la primer planta.

No pueda ser, mis uñas, están llenas de tierra, es una de las cosas que mas cuido y también están estropeadas.

Nada que no se pueda retirar, vamos solo es tierra.

Llevo tres plantas de cinco, antes de continuar con la cuarta William se inclinó situándose a mi lado.

-Te ayudo- murmuro comenzando a hacer otro hoyo.

No dije nada, me parece buena idea que me ayude.

Mi lección [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora