Narra Jeff The Killer.
Jamás pensé que se animaría a venir, la veo en el horizonte, veo como se acerca la luz de su lámpara temblorosa, pero camina valientemente a mí, y se ve... Perfecta.
-¿...J-Jeff?- su voz era un murmullo tembloroso.
-Deja de balbucear.- le dije, y salí de entre las penumbras. Ella dio un respingo y yo sonreí. -Me alegra que vinieras, linda.
Se cruzó de brazos, tratando de verse impotente, y tratando de tener el mando de las cosas, y con un rostro desinteresado dijo. -¿Qué es lo que quieres?
-Cuida tu tono conmigo, linda, a menos que quieras que algo le pase al debilucho de tu novio.
-¡Tendrás que pasar por mi primero!- Dijo desafiante e impotente.
Reí. Me gusta su actitud. -Mortales.- Sacudí la cabeza, -Siempre creen que son capaces de vencerlo todo, con tan solo elevar la voz.
Me acerqué a ella lentamente y ella se tensó. Puse mi cuchillo bajo su barbilla. -No te voy a lastimar. Al menos, aun no.
Comenzó a temblar. -¿Qué es lo que quieres de mí, Jeff?
-¿Ya no quieres jugar?- Reí al ver que todo el color de su rostro se drenaba.
De pronto, empezó a correr. Dejo caer su lámpara y se dirigió hacia el bosque.
-Dios, me fascina cuando corren.- susurré con satisfacción.
Y entonces, me volví a desvanecer entre los árboles.
Narra Alejandra.
Soy una idiota.- Corría en la oscuridad sin ningún destino aparente. Escuchaba los arboles alrededor de mi crujiendo, y escuchaba voces susurrando que me detuviera, pero por obvias razones no aria caso y con más razones empezaba a correr.
Sabía que Jeff era más rápido que yo, así que fue una idiotez empezar a correr y tratar de escaparme de él, así que me escondí entre unos arbustos y trate de calmar mi respiración para que él no me encontrara-¡Sal, sal donde quiera que estés!- Lo escuche decir con voz cantarina y alegre.
Mi cuerpo estaba temblando como si tuviera demasiado frio, mi corazón estaba latiendo demasiado rápido y pensé que se saldría de mi pecho, todo estaba en silencio. De pronto...
Unos brazos me tomaron por la cintura, me asuste tanto que grite sin poder contenerme. -¡Te tengo, linda!- Dijo Jeff en mi oído, -Ya no tienes a donde ir.
Lagrimas empezaron a recorrer por mis mejillas. Siempre e odiado verme débil frente a las personas, pues pensaba que eso me aria ver demasiado débil, pero no podía resistir serlo frente a él.
-Cometiste un gran error al correr, cariño.- Dijo, girándome en sus brazos para que nos miráramos cara a cara. -Ahora tendré que encontrar la manera de castigarte por tus acciones- dijo riéndose de mi actitud.
-Por favor, no me lastimes.- Llore patéticamente.
¿Te gusto la marquita que te deje?- paso su dedo por encima de el corte, y luego procedió a hacer lo mismo que había hecho en mi abdomen. ¿Que se trae este chico con lamerme?- pensé
-Ya deja de temblar ¡MALDITA SEA! Te prometí que jamás te aria daño. -Pero nunca dije que no le haría nada a tu noviecito.
-Está bien, hazme lo que quieras. Pero por favor, deja a Raúl fuera de esto.
El maldito volvió a sonreír. -Está bien, pero bajo una condición.-dijo sonriéndome.
Lo mire pero no dije nada, esperando a que continuara. Sabía que lo que diría no me gustaría para nada.
-Tienes que hacer todo lo que te diga que hagas.
Era de esperarse. Y aunque no me gustara, sabía que era lo mejor era hacerlo.
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Espere pacientemente después de tocar el timbre por segunda vez. Ya no tenía escapatoria, sabía que él me observaba desde una distancia no muy lejana.
Por fin, Raúl abrió la puerta y me sonrió con dulzura. -Hola bonita,- Dijo, y se inclinó para besarme, pero yo me aparte. Me miro extrañado, -¿Qué pasa? ¿Acaso he hecho algo malo?
-Debemos hablar.- le dije con una voz monótona.- Sabía que no debía mostrar ninguna emoción o me rompería en llanto.
Se apartó de la puerta. -Pasa, por favor.- dijo amablemente.
-No, hablemos aquí.- Me cruce de brazos, -Mira, Raúl, las cosas entre nosotros no han estado muy bien últimamente y...
-¿Que no han estado bien? Tienes razón, ¡Las cosas van excelente!
Seguí con la misma expresión monótona, pero por dentro me quería lanzar en llanto y abrazarlo- últimamente he sentido que no nos amamos, y que estamos juntos ya solo por costumbre, -¡YA NO TE AMO!-dije con fuerza y volteándome hacia otro lado.
Tomo mi rostro entre sus manos, -Yo te amo, Alejandra, lo sabes muy bien.
Permanecí inmóvil, aunque sentí que una lágrima recorrió mi rostro. -Lo siento pero tengo que irme.
-¡Dame otra oportunidad, por favor! No me dejes....- empezó a llorar y Su grave voz se cortó cuando. Me abrazo hacia él, pero yo no lo abrase de vuelta. Esto era un desastre definitivamente.
-No soy yo, el destino así lo ha querido-dije con una voz cortante, aunque quería que su abrazo durara para siempre- lo ciento pero tengo que irme- le dije y me di la vuelta para alejarme- Se quedó mirándome mientras yo me alejaba de su casa. Al menos, no llego a ver mis lágrimas. Caminé hacia la entrada del bosque, sosteniéndome a mí misma con los brazos alrededor de mi abdomen.
Ahí, Jeff me sonrío con satisfacción y tomo mi rostro con sus manos. -Buena chica.- me dijo y yo rompí a llorar más fuerte. Todas mis esperanzas se comenzaban a desmoronar frente a mis ojos rápidamente pues Jeff estaba arruinando mi vida.
-ya deja de llorar MALDITASEA, no es para tanto, y apúrate por que ya es hora de irnos- dijo por sorpresa.
Eso me tomó por sorpresa. -¿Irnos? ¿A dónde?- pregunte interesada.
Su sonrisa lobuna se hizo más amplia. -Debemos alcanzar un vuelo.
Narra Jeff The Killer.
¿Qué tanto hace ahí adentro? Lleva toda una eternidad preparando su maleta.
Juro que si perdemos el vuelo yo....
Ah, ahí está. Alejandra salió de su casa arrastrando una maleta rosada claro. Salí de entre los árboles para ayudarla como todo un caballero...
Teníamos que llegar luego al aeropuerto, así que tomamos un taxi, pero en el transcurso del viaje en taxi, Alejandra no me dirigió la palabra, y bueno pues después de hacer lo que le dijo pues no la culpaba.
Al llegar al aeropuerto, me puse la capucha para evitar una conmoción en el vuelo, abordamos tan rápido como pudimos, estando en pleno vuelo, Alejandra se durmió, y a pesar de todas las cosas que paso, sus labios estaban en reposo completo, eran tan rojizos que asían que me preguntara ¿Cómo seria besarlos?.
Vamos, Jeff, contrólate. Acabas de terminar con Cherry Pau, y no te va a gustar esta mortal. Quédate enfocado en tu tarea.
Pero, maldita sea, esta chica sí que era hermosa, pero aun así tenía que tratar de apartarme de ella pues Cherry Pau es muy celosa y no quisiera ni imaginarme lo que le aria a Alejandra, un creepypasta es malo cuando se enoja, y mas cuando es una mujer, tomando en cuenta de que tiene el apoyo de eslenderman por ser su favorita entre todas las creepypastas.
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La sonrisa del Amor.
Fiksi UmumSeriamente, muchos creen que tras la sonrisa malévola de Jef The Killer no ay amor, sin embargo ay q entender que asta las Crepys tienen sentimientos.