Capitulo 1

4.1K 306 105
                                    

[Narra: Slender]

He estado solo toda mi vida.
No me importa estarlo, he tenido milenios de vida para acostumbrarme a la realidad de mi existencia.

Fui hecho para vivir en soledad, soy un monstruo que asusta a las personas, no puedo esperar más de eso.

Así debe ser. Las personas corren de mí y yo me mantengo solitario. No hay alternativas, no puedo pretender ser algo que no soy.

No soy humano, jamás lo seré.

Y, sobre todo, no soy bueno.

Pero...

Hasta en el infierno florecen algunas rosas.

Hace un tiempo que tengo mi mirada fija en un joven que llego a mudarse junto con su familia, pero de pronto desapareció y su familia fue asesinada. Pensé que él también había sido asesinado... recuperé la esperanza cuando me enteré que él los había asesinado.

Fué hace años, un segundo de mi tiempo, cuando conocí a ese niño.

Había algo en él, una chispa. Un punto y aparte que lo hacía diferente a los demás. ¿Un prospecto de proxy? No, no era eso.

Este chico emanaba un brillo sin igual, pero era rebelde e irresponsable, jamás podría ser un buen siervo. Su hermano, sin embargo, hubiese sido el sirviente perfecto.

Liu iba a ser uno de los mejores proxys de no ser porque está muerto. Al igual que los padres de Jeff y por un momento creí que el también estaba muerto.

Primero creí que habían asesinado a toda la familia, después al enterarme de que el había sido el responsable, creí que había acabado con su vida en un rincón solitario del mundo.

Jamás lo busqué más allá de este bosque. No entendía por qué me llamaba su presencia, pero el llamado no era suficientemente fuerte como para ir tras él.

Pero lo encontré.

No.

Él volvió a mí.

Encontré a un chico llorando en el bosque, era él. Tenía su aura luminosa aún presente, a pesar de lo magullada que estaba.

Ya no se veía como la última vez que lo ví, pero no tenía ninguna duda. Ese era Jeffrey Woods.

Estuve a punto de asesinarlo, creí que era otro adolescente curioso, pero me acerqué lo suficiente para que él me mirara y allí estaban... Esos ojos azules brillantes.

Sus ojos era lo único que no había cambiado. Su piel estaba más pálida que antes, parecía la piel de un cadáver, descuidada, llena de moretones, rasguños y quemaduras; su cabello ahora era negro, un negro intenso y opaco; lo que más contrastaba en su apariencia era el tono de sus labios. Un carmín sangriento que revelaba al mundo lo trastornado que estaba. Le gritaba al mundo entero cuál era su mayor pecado.
En sus mejillas había sangre seca cubriendo enormes cicatrices que pretendían formar una sonrisa.

A pesar de haber cambiado, este chico seguía siendo aquel niño lleno de luz que observé hace tiempo.

Allí estaba el foco, solo necesitaba encenderlo, porque a pesar de estar lleno de luz, ya no irradiaba. Estaba apagado.

Tan apagado, que no dudo en seguirme cuando se lo pedí a pesar de que en sus ojos podía ver su miedo.
Él estaba seguro de que yo lo iba a matar y aun así caminó a mi lado.

Me entregó su vida.

Y haré que no se arrepienta de hacerlo.

— Señor Slenderman ¿Quién es él? — preguntó Masky fijando su mirada en el chico detrás de mí.

No merezco ser amadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora