XV. El Poder de Anika

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El enemigo nos superaba, los iban rodeaban y caían presos. Saphira gira su cuerpo para caer en picada, me sujeto con todas mis fuerzas de la silla ella trata de acelerar los más que puede para llegar con mis amigos y prevenir una tragedia. Sus alas tiemblan por la rapidez que emplea, a pocos metros del cielo abre las alas y gruñe para que noten que se acercan.

"Refuerzos" cita mi mente, y varias personas. Yo sonrió montada. Estábamos aquí para ayudarlos.

Saphira desciende lo suficiente para que el filo de mi espada corte por la mitad a una fila entera de soldados. Estaba por el cielo, la altura y el filo de mi espada eran mi ventaja. Mientras ellos combatieran en tierra, yo los protegería en el cielo.

-¡Eso es Anika! - Me alienta Mirian, para luego ir decapitando a otro soldado.

Aun así no es suficiente lo que hago, y esas cosas siguen levantándose del suelo.

-Esas cosas No mueren -digo con fastidio

No. Son magia negra... Títeres sin vida...

-¿Debemos hacer algo? -decía moviéndome en la silla, ella sobre volaba el lugar cuando recordé.

-El fuego los detuvo.-balbuceo al rememorar como el soldado se había derretido y muerto, cuando Saphira lo ataco.

¡Tú fuego, Saphira! ...Los derrotaste... ¡¿Cómo?! -reclamo apoyando parte de mis manos en su dorso

El fuego mío, es producto de la Magia que hay en mí.

¿Magia?

Sí. Magia blanca.

-Entonces quémalos ¡Quémalos a todos Saphira! -le grita al blandir la espada sobre su cabeza.

Con mucho gusto...-me responde al regresar al prado. Ya de lejos vemos como esos soldados continua alrededor de ellos.

-Ahora Saphira, ¡FUEGO! -grito al mismo tiempo que ella incendia el bosque con sus llamas. Estas van consumiendo a los soldados y les dan la ventaja a nuestros amigos.

Sonreí al otro lado del campo, aun montada en Saphira que continuaba aleteando las alas a mis costados.

-¡Tú! ¡Maldita Fenix's! -grita furioso el jinete, y el Dragón Oscuro que gruñe con la misma molestia.

Veo como mueve su mano en nuestra dirección, y de este se desprende una corriente negra que nos azota a un lado. Caigo de la montura pero Saphira me sujeta en su garra y caemos al otro costado del bosque, mientras el habla.

-Te voy a enseñar, chiquilla lo que un brujo con talento es capaz de hacer -me dice al poner la palma de su mano frente a él, luego a un costado señalando el campo de batalla. Luego la cierra en un puño.

Me retuerzo un poco en el pasto, entre el ala de Saphira y la garra que me envuelve. Observo el campo para ver qué es lo que había hecho. Me doy cuenta que las llamas alrededor de nuestros amigos, esas llamas los acompañaban y ayudan. No podían lastimarlos, porque estaban bajo el control de Saphira. Pero ahora se tornan de un color negro muerto, y su rojo en el control es remplazado por un azul, y un violeta intenso. Es ahora un arma en contra de mis amigos, los quema y los lastima.

-No... -grito al ponerme de pie como pueda, saliendo de entre sus garras y tratando de correr hacía ellos.

-¡¡Chicos!! -grito, pero a los dos pasos, soy detenida por la cola de Saphira que se atraviesa en mi abdomen e impide mi avancé.

No lo hagas. No vayas... Esas llamas son...

-¡Saphira Tengo que hacer algo! -proteste inmóvil a su delante.

JINETES: La leyenda de la jineta Fénix'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora