XX. La Orden

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-¿Para qué me buscan? –pregunte curiosa

-Quieren hablar urgentemente contigo, -suspiro –...Sobre lo sucedido

-De acuerdo –acepte y regrese mi vista a Saphira -,...Solo dame unos minutos –continúe mi abrazo con ternura, adoración y con toda la fuerza que me quedaba en las manos para hacerlo

Repone tus fuerzas, descansa y no discutas mucho, ¿quieres?... Te será más fácil así salir del problema en el que te metiste –aconsejo Saphira, ciertamente en un buen apoyo.

-Lo tomare en cuenta –voltee para poder irme con Roger, pero antes de que lo hiciera Erick me detuvo, sin dirigirse a mi sino a Roger.

-Rogelio, debería hablar con el consejo sobre esto. –Habla firme, casi retándole con esa mirada seria –Yo acompañare a Anika en la charla

Roger asintió sin rechistar, eso me pareció extraño, él se auto nomina mi "guardián", pero en este momento... No quiere actuar como uno... ¿Qué es lo que está pasando?

¿Acaso el Consejo era tan temible para ir con refuerzos? Pronto lo descubriría.

Erick era un guerrero y muy bueno,... caminaba hacia una guerra. Me lo pregunte en el trayecto hasta estar dentro del edificio y en el ascensor me sentí extraña y algo incomoda, quería hablar...decir algo, pero no sabía por dónde empezar, antes de que pudiese formular algo Erick hablo

-Lo lamento –claro y conciso, lo mire.

-..Lamento lo que paso en... -empezó a decir

-Lo sé –lo interrumpí sin dejarlo seguir

-No quería que salieras lastimada, en serio que no... Si algo te hubiera pasado...Ah... Eh...Este lugar no era lo mismo sin ti, faltabas tu... -habla con melancolía y yo sigo viéndolo, ¿Qué es esto que oigo?

Callo de repente, encerrándose en su dolor y sin compartir la pena que lo martiriza. Llega a dolerme ver esa expresión en su rostro.

-Lo que trato de decir –arruga para de su rostro, como en un gemido -...es que yo... todo

-No te entiendo Erick –digo retrocediendo un paso por dentro del ascensor, la luz sobre nuestras cabezas está muy cercana, calentando el pequeño espacio mientras subimos

-Primero me ignoras y ni siquiera sé porque –La verdad que no tengo idea, antes de la misión por la que acabe presa mi único recuerdo suyo es de Erick sin dirigirme palabra... molesto conmigo por yo no sé qué... Y luego, el viene a rescatarme como si cumpliera mi sueño, un sueño muy imposible y ahora... ahora se disculpa, ¿Qué es esto? Erick está siendo muy cruel conmigo.

-...luego vienes con que me extrañaste –le sigo despertando mi molestia -...que mi presencia te hacía falta... ¿Por qué me dices todo esto? ¿Qué tratas de decirme? –Me pongo las manos en la cabeza -¿buscas torturarme al hacerme pensar que realmente te importo? ¡Cuando no es así! ¡¿Por qué me odias tanto Erick?!

Comienzo a llorar de la nada. Estoy enamorada de él, pero eso no le da derecho a jugar con mis sentimientos de esa forma.

-No te odio –oigo a mi espalda después de un momento de incredulidad tras oírme.

-¡Entonces! –me doy la vuelta de inmediato -¿Por qué me ignorabas así? –Pongo mis manos en su pecho reclamante -¿Qué debo pensar cuando vienes a rescatarme y me acompañas después de ser cruel conmigo? Si no te caigo bien ¡Dímelo! –esta mudo -... Si tanto me odias, ¡No tenías por qué venir a rescatarme!

Las lágrimas se desbordan uno por una cayendo al suelo y su pecho -...que esperabas matarme de···

Antes de que diga lo último se mueve más rápido de lo que por naturalidad usa en su locomoción y avanza el paso restante a mí. Termina abrazándome, apoyando su cabeza en mi hombro izquierdo al sujetarme en contra suyo, abrí los ojos exaltada por lo que se deslizaron las ultimas lágrimas de la impresión al verlo hacer estas cosas.

JINETES: La leyenda de la jineta Fénix'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora