Capitulo 53: Horda.

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Estoy tan nerviosa, que si vomitara en la cara de Rick, el me entendería.

Me siento tan mal que no soy capaz de inmutar ni una sola palabra.

Tengo la pesada e intimidante mirada de Rick Grimes clavada en mis ojos, esperando que yo diga algo después de lo que me acaba de decir, resumido; una locura.

Inhalo hondo y exhalo con cansancio.

Este me sigue observando, cuando escucho como unos familiares pasos son dirigidos en nuestra dirección.

— ¿Como está tu hijo? —la voz de Deanna suena en mi campo de audición, no levanto mi mirada, porque no quiero que me vea tan tensa como estoy en este momento.

— Creo que estará bien, gracias por preguntar —Rick habla y noto como ahora la vista de Deanna se ha clavado en mi, quien me encuentra sentada en el piso, con mi cabeza gacha.

— Maya, ¿podria hablar contigo unos minutos? —Deanna me pide para hablar.

Y tomo aire otra vez.

Estoy tan tensa.

La miro a los ojos, no doy ningún tipo de asentimiento o expresión hacia ella, esta me mira de una forma muy peculiar a la que siempre me observa, y me digno a responder su pregunta.

— No.. no es momento, solo quiero estar sola —una vez dicho esto, me levanto con cautela y me dirijo a mi casa actualmente.

Camino a paso rápido mientras noto como acabo de dejar plantados a Deanna y Rick.

Estoy reaccionando como una tonta, pero no quiero hablar con nadie; no ahora.

Llego a la casa y cierro la puerta, subo las escaleras y escucho unos ruidos provenientes de una de las habitaciones al final del pasillo.

Una de las habitaciones que nadie ocupa y que suele estar vacío; aunque ahora pareciera que no.

Camino hacia esta y abro la puerta con lentitud.. Jessie está de espaldas.. y esta gira con lentitud cuando nota mi presencia.

— Hola.. —dice y me dedica una corta sonrisa.

— ¿Que haces aquí? —mascullo confundida.

— Solo vine a traer ropa limpia.. —aunque ella me diga que vino a traer algo, no parece que así haya sido, ella está aquí por algo más. — ¿Cómo estás? —me dice.

— Bien.. —contesto y ésta sonríe nuevamente.

[...]

¿Qué es lo peor de todo?

Deanna mandó a Jessie a que me vigilara.

Piensa que yo quise hacerle daño a Carl.. ¡por el amor del mundo!

Papá ha venido hace unos minutos, solo me ha preguntado que fue lo que sucedió, y le conté cada detalle, ahora.. el quiere matar a Carl por la forma en que me tomó del brazo.

El no lo hizo intencionalmente, y lo sé, porque el.. no es así.

[...]

La noticia de Maggie me ha subido el ánimo completamente, y aunque solo sea un minuto, creo que estaré más que satisfecha.

Puedo ver a Carl.

Camino rápidamente buscando la ultima sala en el pasillo de la enfermería, mi corazón bombea con fuerza y solo quiero verlo.

Ya ha despertado.

Giro con lentitud la perilla de la puerta y entro lentamente, veo a Eugene dormido en uno de los sofás de la sala y veo a Carl recostado en una de las camillas.

Su mejilla izquierda tiene un gran raspón rojo y solo mira hacia cualquier lado, porque no ha notado mi presencia aún.

Cuando lo observo, este gira su cabeza lentamente y me observa por un largo plazo en el trayecto que hago al querer acercarme lo mas rápido posible hacia el.

Tomo su mano poniéndome a su lado, no sé qué decir.. no sé qué decir.

Me mira directamente a los ojos, sus ojos color mezclilla me trasmiten millones de sentimientos que me quieren hacer explotar en llanto.

Pero no debo llorar; no ahora.

— Lo siento.. —es todo lo que me puede decir y recuerdo todo lo que ha sucedido, otra vez, quiero llorar.

— No tienes que sentirlo.. todo está bien —logro decir con la voz rota.

— Lo siento mucho, no sé qué fue lo que me sucedió, Maya no quise lastimarte, jamás te lastimaria.. —noto como su voz se hace un hilo, y creo que va a llorar.

— Todo está bien.. todo está bien Carl.. —no lo dudo dos veces y me acerco a su cálido rostro.

Planto un dulce beso en sus labios y me recuesto a su lado.

Me abraza, y siento como me comienzo a derretir en sus brazos.

Me aferro a el como nunca antes, se aferra a mi como si este fuera el ultimo día.

Narra Rick

Avanzo hacia la enfermería con el propósito de ver a mi hijo.

Sigo pensando que todo esto acaba de ser una locura, sigo pensando que por un momento, Lori se hizo presente.

Pero eso en cierta forma me preocupó.

No quiero que Maya salga dañada, en todo sentido.

Lo desconoci a Carl cuando me contó aquella pelea que tuvieron, pero de inmediato, y luego de años, Lori volvió a mi cabeza.

Sé que el no lo hizo intencionalmente, se que fue una reacción tonta la que tuvo, pero.. me preocupa tanto.

Maggie aparece en mi campo de visión y me observa un tanto impresionada, y creanme, no me cuesta nada notarlo.

— ¡Rick! —dice esta y se acerca.

— ¿Qué sucede? —digo preocupado.

— A dónde vas.. —dice y suena mas rara aún.

— A ver a mi hijo.. ¿por qué la pregunta? —digo.

— No puedes entrar ahora —dice y me mira con un atisbo preocupación.

— ¿Por qué? ¿Cuál es el problema? ¿Qué pasa allí dentro?

Maggie no sabe qué decir.. y lo noto al instante.

[...]



Lo abrazo fuertemente.. y el me responde de la misma forma.

Escucho la puerta abrirse, pero estoy casi convencida de que se trata de Maggie..

— ¿Puedo hablar un minuto con Carl? —la voz de Rick penetra mis tímpanos con agresividad.

Mis ojos se abren tanto que temo a que salgan de órbita.

Pero aún así intento mantener la calma.

Muerdo la parte interna de mi mejilla y respiro profundo, Carl se mueve un poco a mi lado y decido levantarme lentamente de la camilla en donde me encuentro acostada junto a él.

Las palabras de Rick vuelven a resonar en mi mente, sus palabras diciéndome que lo mejor seria que nos separemos, pero eso no sucederá.

Antes de salir de la sala planto un casto beso en los labios de Carl, este suelta mi mano con lentitud y suavidad, luego sin mirar a Rick salgo de la sala.

Camino por el largo pasillo hasta llegar a la puerta principal y salgo del lugar.

Unos ruidos llaman mi atención y me acerco a uno de los muros de Alexandria.

Acerco mi oído a una de las grandes chapas, el olor a muerto penetra mis fosas nasales y enseguida la vibración de la chapa se siente en mis manos apoyadas en esta.

Una gran horda está pasando justo aquí.

Los gruñidos me golpean con brutalidad y un sentimiento de dolor se acongoja en mi pecho..

Ésto sería un caos si uno de los muros llegase a ceder.

Protegeme 2 [CarlGrimes] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora