CAPITULO 4

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Cuando veo que salimos poco a poco de la ciudad me acomodo bien en el asiento y voy cayendo en brazos de Morfeo.

–pequeña–dice una voz masculina, la oigo lejos–nena–dice y ya se quien es ¡Alan!

Me revuelvo un poco y abro un ojo. Lo veo sentado sonriendo y me incorporo bien, arreglo mi cabello y mi ropa, veo hacia afuera y veo que no hay automóviles, seguro hicieron una parada. Saco mi celular y envío un mensaje a Jake.

*¿Dónde están?*

Miro por el rabillo del ojo a Alan y veo que está tecleando en su teléfono, tal vez esté hablando con su novia o su esposa, la verdad no lo sé. Un timbre me saca de mis pensamientos y miro a mi teléfono

*en la ciudad, hay mucho trancón. Toma la llave debajo de la maseta y abre el candado, la llave de la casa está en otra maseta dentro de la finca. Llegamos en una hora. Te quiero*

Leo esto y sonrío.

*los esperamos y yo también te quiero*

Desabrocho mi cinturón y tomo la manija, cuando voy a abrirla tiene seguro.

–Desbloquea–digo pero sin mirarlo

– ¿para qué? –pregunta y esta vez sí me volteo y lo veo, me mira expectante a mi respuesta

–Que te importa, desbloquea–digo alzando mi tono de voz

–No, te quedas aquí–dice y la furia se inyecta en mi sangre. Este hombre cansa hasta la paciencia de un santo.

–abre la maldita puerta–espeto en voltea a mirarme y se acerca a mi oído

–no– susurra y yo tomo las llaves, presiono el botón de desbloquear y abro la puerta.

–nunca vuelvas a dejarme encerrada idiota–espeto y salgo

Me dirijo a las dos materas que están en la entrada y en la segunda encuentro la llave del cerrojo y abro las puertas para que la estúpida camioneta entre. Cuando entra, cierro la reja de madera y miro la casa.

La finca de los padres de Jake es grande, tiene piscina, sauna, un gran jacuzzi, la casa es hecha en piedra, es un poco rustica; pero a mí me encanta. Ventanas de madera, una terraza con mesas y bancas para tomar el sol; rodeada de plantas, flores y árboles, tiene 8 habitaciones con sus respectivos baños y armarios, una cocina gigante, una sala con chimenea y unas excelentes vistas.

Siempre me gusta venir aquí, mamá trabaja hasta tarde los fines de semana y yo quedo sola en casa. Los señores Moore son muy amables y nos dejan pasar la mayoría de fines de semana aquí.

Cuando Alan baja voltea a verme pero yo paso por su lado sin hablarle y tomo las llaves de la otra matera. Abro y veo que las chicas de limpieza han venido, huele a madera y la chimenea esta prendida, me doy la vuelta y veo que Alan esta sacando las maletas de la cajuela. Camino hasta el y tomo la mia.

–yo la llevo–digo y sin más entro a la casa, subo la escalera y me encuentro con la habitación en la que siempre duermo. El muy amplia con una cama King size con sabanas abanas, cojines cafés, lámparas con una luz tenue, un baño grande y un balcón que da una completa vista a las luces de la ciudad. Amaría tener una vista así todos los días.

–¿cuál es mi habitación? –pregunta Alan sacándome de mis pensamientos, volteo, lo miro y esta en el umbral de la puerta

–la de al lado es la de Jake y el resto están disponibles, elije la que quieras–digo y vuelvo a voltear

–¿Jake esta en la habitacion de al lado? –pregunta con un tono serio

–ajam–digo cerrando la puerta del baño

Dulce sabor de seducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora