CAPITULO 19

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Cuando Alan para en una reja negra, frunzo el ceño. El unde un botón en su camioneta y las puertas se abren; entramos por unos bonitos campos. arboles, flores, naturaleza...

–no sabia que vivias con tu padre...–digo mirando por la ventanilla. Parquea en la entrada y observo una gran mansión.

–no lo hago–responde y baja del automóvil. como siempre abre mi puerta y me da la mano– esta es mi casa–flipo y sonrie– ahora también será la tuya– sonrío y le doy un casto beso en sus labios.

La verdad es muy grende; es una Casa estilo veraniego; paredes en roca y hermosos ventanales. Alan abre y me encuentro un maravilloso vestíbulo, escaleras de roble y unas lámparas de araña colgando. Cuenta con 6 habitaciones, una piscina, jacuzzi, sala de estar, salón de entretenimiento, salón, bar, dos amplios jardines y 5 baños. Hasta tiene una Cocina y comedor climatizados. La gran biblioteca... que contiene el estudio es lo que más me llama la atencion pues más de la mitad de los libros son muy buenos. Y cuando digo muy es MUY.

–vaya...–murmuro cuando hemos acabado el recorrido. El voltea a verme sonrie

–¿te gusta? –pregunta mirándome preocupado– puedes decirme que cosas no te gustan, las cambiaremos– yo me acerco a el y le rodeo el cuello con mis brazos

–Me encanta...– beso sus labios y sonrie

–eso espero mi niña– responde y vuelve a besarme– dentro de 5 dias veremos a mi padre, sigue en Alemania– avisa y abro mis ojos. Esta evaluando mi expresión.

–esta bien...–sonrío y lo sigo besando. Enreda sus brazos en mi cintura y me alza– vamos a tu habitación...– digo sin separar mis labios de los suyos y enredando mis piernas a su cintura.

–nuestra...–susurra y empieza a caminar, sube los escalones y siento la mullida cama en mi espalda. Empieza a desvestirme y segundos después los dos estamos desnudos.

Nos ponemos en posición de misionero y el se introduce en mi de una manera lenta pero firme.

–te deseo tanto...

Empieza sus embestidas y lo único que consigo es gemir de pacer. Había extrañado esta sensación. Los gemidos suben de tono y el frio que sentía antes es cambiado por calor, su cuerpo chocando con el mio y su boca tomando todo lo que soy son una combinación muy embriagante...

Me despierto con pequeños rayos de luz que se filtran por las cortinas. Tengo la cabeza apoyada en el pecho de un Alan desnudo, con mi pierna entrelazada con la suya y su brazo sobre mi vientre.

Levanto un poco la cabeza con miedo a despertarle y miro sus labios entre abiertos, sus ojos cerrados, su respiración...

Alargo mi mano para tocarle el torso y va bajando, mas abajo..., sus ojos se abren cuando llego a su erección.

–hola...–saludo culpable

–hola, ¿Qué crees que haces? –pregunta llevando su mirada a donde mi mano permanece quieta.

–te miraba– sonrío y su sonrisa malévola aprece.

De pronto estoy debajo de el y apoya mi espalda en el colchón. Clava su erección en mi a modo de advertencia y me toma las manos a cada lado de mi cabeza.

–señorita Hart... ¿se ha levantado curiosa hoy? –pregunta acusatoriamente pero sin perder la sonrisa

–puede ser...–muerdo mi labio y besa dulcemente mis labios.

–¿sexo o desayuno? –pregunta y yo levanto mis caderas a modo de respuesta– gran elección

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Dulce sabor de seducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora