CAPITULO 12

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Lucy

Cuando llegamos a la ciudad cada uno decide ir a sus casas. Así que Alan y yo partimos a mi casa.

–pequeña, vamos a comer–pongo pucheros y niego con la cabeza

–solo quiero dormir, estoy cansada–respondo y el niega

Cuando llegamos a casa Alan hace unos sándwiches y comemos viendo mi serie favorita the vampire diaries, poco después llega el sueño a mi mundo y me recuesto más en el pecho de Alan.

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–pequeña–susurra cerca de mi oído–levántate– Alan. Gruño y me volteo, el toma la sabana y me la quita; mierda que frio.

–Alan déjame dormir– gruño sin abrir los ojos. Estoy muy enojada, odio levantarme temprano.

–nena, levántate nos tenemos que ir–responde y se acerca, empieza a dejar besos por toda mi cara y yo sonrío– disculpa si te levante de la peor forma posible

–disculpa si soy muy gruñona–respondo y abro los ojos, el se separa un poco y lo veo. Tiene una bermuda Polo azul, con una camisa blanca manga corta, su cabello revuelto y su típica sonrisa torcida. Esta guapísimo.

«GUAPISIMO»

–vamos, levántate– yo pongo los ojos en blanco y me levanto

Miro mi reloj nuevo - que puso mamá antes de irse- y son las 5am

–¿¡para que me levantas a esta hora!? –grito furiosa, me voy a tirar a la cama pero sus brazos fuertes me atrapan antes de caer en ella

–no señorita a la ducha–responde y me monta en su hombro

–¿sabes que te odio por levantarme tan temprano? –pregunto con la sangre de mi sistema en la cabeza.

–¿sabes que te vuelves muy gruñona en las mañanas? –el me baja en el baño y yo cierro la puerta

–te odio–grito y me meto a la ducha.

Minutos después estoy mas tranquila, me cepillo los dientes, salgo del baño y allí esta Alan, sentado en mi cama con su teléfono en la mano.

–¿Qué me pongo? –pregunto. El levanta la vista y sonríe

–lo que quieras nena– se levanta y se dirige a mi– donde iremos hará mucho calor

–Dime el lugar–ruego pero el solo se limita a besar mis labios, yo enredo mis manos en su cabello y el me arrincona contra la pared. La excitación sube a otro nivel. Ya no soporto tenerlo cerca y que no pasemos de los besos. Empiezo a frotarme en su bulto y lo siento como una roca. Gimo en sus labios pero el se separa muy rápido.

–todo a su tiempo–murmura agitado. Sale de mi cuarto y yo me dedico a pensar si el no quiere que pase nada mas entre nosotros. Decido ponerme un vestido blanco cola de pato, unas sandalias planas color habano, me pongo un poco de brillo labial, mis aretes dorados y recojo mis rizos en un moño alto. Cuando término recojo mi celular, mi billetera y las meto en un bolso del mismo color de las sandalias. Cuando bajo veo a Alan tecleando en su teléfono. Que mierda, ¿así va estar todo el día?

¿y si esta hablando con julia?.

«no digas tonterías»

No es una tontería. Ya estoy de mal humor otra vez.

–ejem–el alza la mirada y sonríe.

–que hermosa es mi novia– dice, pero allí suena su teléfono, lo mira, sonríe y teclea algo.

Dulce sabor de seducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora