Capítulo 3. Complicidad.

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Mientras daba clases de inglés, Bryan consiguió ganar la confianza de sus alumnos quienes se volvieron sus cómplices y le ayudaron en una parte de su plan para realizar la venganza: consistía en tomar fotos y grabar videos con sus celulares de los malos tratos de la directora hacia los chicos y de los trabajos forzosos que debían realizar. Una vez reunido todo el material, Bryan tenía pruebas suficientes para denunciar a la Sra. Moore y hacerla ir presa, pero luego de pensar en todo lo que tuvo que sufrir a causa de ella, decidió que antes quería gozar con verla sufrir un poco... Mientras una sonrisa malvada se dibujaba en su rostro, imaginaba miles de maneras de humillarla y pisotearla, por todos los años que mantuvo -y sigue manteniendo- a sus alumnos como esclavos.

Recordó que en unos días sería el acto de San Bernardo, la directora tendría que subir al escenario y dar unas palabras en conmemoración al fundador de la escuela. Al pensar en esto una maligna idea se originaba poco a poco en su cabeza.

Al llegar a su casa lo primero que hizo fue llamar a Roy y a la hermana de este, Akemi Jenkins, para reunirlos y contarles sus últimos planes.

Akemi, dos años menor que Roy, rubia y con ojos verdes, era una chica muy amable y sencilla. También era fujoshi, toda una amante del yaoi. Años atrás Bryan le había contado todo lo que sentía por Roy, de inmediato ella quedó fascinada y le prometió que lo ayudaría a conquistarlo. Y así lo intentó por mucho tiempo, pero todo lo que hacía era en vano ya que Roy nunca notaba que Bryan estaba enamorado de él. Pero Akemi no se daría por vencida, haría todo lo posible para que los jóvenes estuvieran juntos, eso jamás se la borraría de la cabeza.

Siempre que los tres se encontraban solos en algún lugar, Akemi insistía en jugar a que los varones fueran novios y le guiñaba un ojo a Bryan, quien estaba agradecido de tener a una cómplice como ella. Pero por desgracia Roy nunca accedía a ese tipo de juegos, le parecía que no era normal, que no era correcto. Entonces al pobre Bryan se le iban las ilusiones, mientras que Akemi levantaba una ceja y bufaba mirando con decepción a su hermano, quien por supuesto no tenía idea de aquel plan secreto entre los dos.

Pero en lo que si estaban todos de acuerdo, era en ayudar a Bryan a derrotar a la maldita directora. Una vez reunidos en la casa del chico, luego de largas charlas y risas malvadas, los tres jóvenes ya tenían todo preparado.

-¿Entonces vas a conseguir el vestido?- Preguntó Bryan.

-Claro, mañana temprano te lo traeré ya descocido a los costados- Contestó Akemi.

-Genial, tú Roy te encargarás del gancho.

-Ok.

-Muajajaja- Rieron todos a la vez.

Pronto los hermanos se fueron a su casa y Bryan se acostó a dormir.



Sorpréndeme (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora