Epílogo.

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Al final, nuestro principal protagonista Bryan, aprendió muchas cosas: entendió que cada persona es como es por alguna razón. Muchas veces uno siente deseos de vengarse por algo que le han hecho, pero esa no es la mejor solución, una cosa no quita la otra. Descubrió también que nadie es tan bueno, pero tampoco nadie es tan malo. Quizá hay que dejar al otro explicar el porqué de sus actitudes, quizá sólo hizo cosas malas para satisfacerse a sí mismo porque se sentía incomprendido. Algunas veces es necesario saber perdonar y dar una segunda oportunidad a quienes realmente la merezcan.

Su vida continuó, siguió siendo el profesor y director más querido de la escuela San Bernardo. A pesar de que ese trabajo sólo lo había tomado para una venganza, ahora se había convertido en lo que más le gustaba hacer.


Nuestro querido Roy también aprendió algo; que muchas veces las personas que más nos quieren pueden están a nuestro lado y no darnos cuenta, comprendió cuales eran sus verdaderos sentimientos y que es lo que quería para su vida.

Junto con Bryan, continuaron criando al pequeño Santi. Dejó el trabajo de bibliotecario de la escuela y estudió para ser chef, se graduó y comenzó a trabajar en lo que realmente le gustaba.


La Señora Moore reflexionó mucho sobre lo que hizo con su vida, se dio cuenta de que sólo les estaba causando daño a personas que no tenían la culpa de su sufrimiento durante la niñez. Se propuso convertirse en una persona mejor, y gracias al apoyo de Bryan y a su buena voluntad lo logró.

Ahora le encanta estar rodeada de niños, tanto que a pesar de su edad decidió ser maestra de un jardín de infantes.


Augusto, el bebé de Akemi y Kevin, nació fuerte y saludable.


¡Yuki se enamoró de un gato vecino y tuvo cuatro gatitos!


Y así siguieron sus caminos estos personajes, siempre con el dicho "¡Que la vida nos sorprenda!"


Sorpréndeme (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora