Hoy era el día, hoy liberaban a la Sra. Moore. Solo había estado unos meses en la cárcel, ya que al perdonarla, Bryan no la había denunciado por lo de los maltratos.
-¿A dónde vas?- Preguntó Roy medio dormido, aún no se había levantado.
-Voy a recibir a la Señora Moore, la liberan hoy temprano.- Explicó Bryan mientras se vestía después de haberse bañado.
-Bueno, que te valla bien.
-Gracias. Adiós amor.- Se acercó a Roy y le dio un beso, para luego irse y dejarlo durmiendo nuevamente.
Llegó al lugar, no pasaron ni diez minutos y la Sra. Moore ya había salido. Se encontraron en un fuerte abrazo. Habían llegado a crear un lazo de amistad, ahora que tenían confianza, Bryan le había contado de su futuro casamiento con Roy, el mismo se realizaría en dos semanas y ella estaba invitada. Al parecer la ex directora estaba muy contenta por ellos y quería concurrir a la fiesta.
La señora le había pedido en el camino a Bryan que la acompañara hasta su casa, este aceptó y se fueron caminando hasta el lugar. Llegaron hasta una casucha de madera, toda mal construida y a punto de caerse. No tenía ventanas y en vez de puerta tenía una bolsa de plástico. Una pobre gatita desnutrida que salía de la "casa" se acercó a acariciarse con la Sra. Moore.
-Al fin en casa.- Suspiró la señora.
Bryan no podía creer lo que veía.
-Esta... ¿Esta es tú casa?
-Sí- Respondió ella con un poco de tristeza.
-¿P-pero cómo? ¿Por qué?- Preguntaba él sin comprender como podía vivir en esa situación.
-Te contaré, tengo una hermana mayor y desde que éramos pequeñas mis padres siempre la han preferido más a ella que a mí. Antes de morir, ellos le dijeron que dejarían toda la herencia y la casa para ella, y a mi nada. Nunca intenté luchar contra mi hermana, su marido es muy buen abogado y yo nunca podría ganarle en un juicio. Ya no tenía donde ir, entonces fue cuando me vine a vivir aquí. Y por más que haya sido directora, el dinero nunca ha sido suficiente como para poder hacerme una casa digna. La única compañía que tengo aquí es mi gatita, pobre, en estos meses solo debe haber comido algunas pocas ratas que andan por ahí.
A Bryan se le partía el corazón de solo pensar en la vida que había llevado todo este tiempo la Sra. Moore. Se dio cuenta de que ella utilizaba su carácter prepotente por fuera como una máscara, para ocultar lo débil que era y el sufrimiento que llevaba por dentro.
Luego de pensarlo un poco Bryan se decidió.
-Puedes vivir en mi casa si quieres.
-¿Qué? ¿De verdad? No quiero ser un estorbo en la vida de ustedes dos.- La mujer se notaba esperanzada, pero a la vez no quería incomodar.
-Tranquila, no serás un estorbo, ven empaca tus cosas y vámonos.
-Por Dios, no lo puedo creer, en verdad eres un chico muy bueno. Gracias.- Lo abrazó y de inmediato se fue adentro.
No tardó en salir con unas pocas bolsas con ropa y algunas otras cosas. Mientras tanto, Bryan que se había encariñado con la gatita que se mimaba en sus brazos, decidió llevarla con él también.
-¿Tiene nombre?- Preguntó él refiriéndose a la gata.
-No, la verdad es que no he tenido tiempo de ponerle un nombre.
-Oh bien, entonces la llamaré... Yuki.
Llegaron a casa y Roy se sorprendió al ver a la Sra. Moore llegando con equipaje, de inmediato Bryan le explicó la situación. Roy estuvo de acuerdo y dijo que no le molestaría.
Pronto la gatita Yuki se adaptó al nuevo hogar y a la deliciosa comida que le preparaban.
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Sorpréndeme (Yaoi/Gay)
RomanceBryan era un alumno de la escuela San Bernardo en donde había una directora malvada, la Señora Moore, quien maltrataba y castigaba severamente a sus alumnos. Tras años de castigos y abusos por parte de la directora, Bryan planea vengarse, pero en el...