- ¡¿Qué se ha ido?!.-
Odi se reclinó en el sillón de su despacho, y se masajeó una de las sienes. Tampoco podía creérselo, pero era verdad. Donovan se había ido. Normalmente hacía una gira por varios países para entrevistarse con potenciales clientes, pero nunca antes lo había hecho con tanta celeridad. Y esta vez había encadenado sus visitas para estar casi un mes fuera del país. Sí, evidentemente había huido.
- Lo que has oído.-
- Vaya.-
- Creo que se nos ha hundido todo el plan.-
- Bueno, es la primera vez que un hombre sale corriendo. Pero ¿qué es una cacería sin el aliciente de la persecución, acoso y derribo?.-
- Suena muy mal cuándo lo dices así.-
- Las cosas es mejor llamarlas por su nombre, y es lo que vamos a hacer. ¿O has olvidado que él es tu presa?.-
- No, no lo he olvidado. Pero quizás...-
- ¿Te estás echando a tras?.-
- No soy de las que se rinde, pero visto los resultados obtenidos...-
- Las mejores piezas, son siempre las más difíciles, créeme.-
- Pues esta debe ser de las mejores.-
- Bueno, tiene que serlo si tu lo has escogido.-
- Sí, tengo un gusto magnífico escogiendo hombres.-
- No te subestimes, Odi. Lo tienes. –
Odi se inclinó más sobre la mesa, y cuadró sus hombros.
- No voy a rendirme si me dices que aún es posible.-
La risa de Elsa retumbó en su oído.
- Oh, pues claro que es posible, solo hay que reajustar la ecuación. Tú mejor que nadie tendrías que saber de lo que hablo.-
- Este es tu campo, dime que tengo que hacer.-
- Bien. Así me gusta. Ummm, de momento vamos a trabajar un poco más en ti. Quiero que cuando regrese, lamente el haberse ido.-
- Eso suena retorcido y malvado.-
- La vida no es un cuento de Disney, los villanos no son tan malévolos, ni los buenos no son tan cándidos.-
- Así que según tú, ¿ahora quién voy a ser?.-
- Seguirás siendo la buena, tesoro, solo que... vas a ser un poco mala.-
- Ummm, suena travieso.-
- No te haces una idea.-
Donovan
23 puñeteros días, y lo primero que hago al pisar suelo australiano es pensar en Odette. Pero no es extraño que lo haga, porque es lo que he estado haciendo cada vez mi mente se despejaba del trabajo. Cada noche, era entrar en la habitación del hotel de turno, y ella bombardeaba mis pensamientos. ¿Habrá notado mi ausencia?. Seguramente no.
Caminé hasta la cinta transportadora para recoger mi equipaje, mientras intentaba sacar a Odette de mi cabeza, pero eso estaba resultando imposible. Había una chica a mi lado, ojeando una revista de esas de cotilleos, mientras esperaba su equipaje, igual que yo. Y no, no estaba imaginando que ella era Odette, mi mente no se iba por allí, no. Mi alocada imaginación, ponía su rostro a la explosiva mujer, que ese enorme tipo sostenía por la cintura, en la foto de la portada. Era Adam, "el muro de Gales", no tenía duda. El puñetero tipo había sido el novio de la amiga de Odette, Elsa Youngquest, y si de algo estaba convencido, era que tenía un increíble buen gusto. Lo habían visto con pocas mujeres, pero dejarse fotografiar tan atento con una de ellas, era algo poco habitual. Acerqué más mi vista y examiné la fotografía, hasta que la mujer se dio cuenta y me miró extrañada.
- Perdona, ¿podrías dejarme un minuto la revista?.-
Ella me tendió la publicación, no muy convencida, pero en cuanto le di mi sonrisa matadora, la tuve comiendo en mis manos.
- Claro.-
Busqué el artículo con rapidez, y recorrí la información buscando los datos importantes. ¡Mierda!, la prensa no podía confirmar quién era la nueva chica de Adam, pero yo no tenía ninguna duda, era Odette. Estuve a punto de destrozar el papel en mis manos, pero me contuve, y le devolví la revista a su dueña. Recogí mi equipaje, y salí del aeropuerto echando humo por la nariz. Cuando llegara a casa..., cuando llegara a casa, me metería en la WEB y buscaría toda la información sobre ellos dos, y después..., y después..., y después nada. Podría estar cabreado como el demonio porque ella me dio la patada, cabreado porque me largué sin presentar lucha y perseguirla, cabreado porque otro se adelantó a mí, y mucho más que cabreado porque el tipo era mucho mejor partido que yo, y ella se lo merecía. ¿Era justo?, sí, ¿iba a aceptarlo?, ni de broma. Y esta vez para mí no era una cuestión de merecerlo, era una cuestión de conseguir el premio, no importaba el precio. Total, ya había asumido que quería conseguir a Odette, y estaba dispuesto a jugar a su manera, aunque al final lo estropeara todo, pero al menos merecía el intento de cambiar.
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Una nueva cazadora 3
RomanceOdi lo tiene todo; inteligencia, un trabajo que la gusta, un buen sueldo, y el respeto y admiración de sus compañeros. Bueno, casi todo. Le falta él, Donovan. Ella es inteligente, demasiado, y aún así, no puede alcanzarlo, hasta que aparece un "Hada...