Capítulo 16

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Donovan

- No, Scott, ya sabes lo que pienso, y no creo que cambie de opinión...Scott, no... está bien, en "Le Chateau" a las 8... Si, allí estaré.-

Genial, me armo de valor, busco una escusa perfecta, y me quedo en la puerta escuchando una conversación privada. Lo que faltaba, ahora era un cotilla de mierda. En fin, solté el aire, me enderecé y golpeé suavemente en la puerta entreabierta.

- Adelante.-

- Hola, Odette.-

- Hola, Donovan. ¿Qué tal tu viaje?.-

- Fructífero.-

Al final si se había dado cuenta de que me había ido, punto para mí.

- ¿Qué se te ofrece?.-

- Venía a invitarte a almorzar.-

- Sigo pensando lo mismo, Donovan.-

- Lo sé.-

Odette arrugó la naricilla de esa forma tan adorable que parecía un gatito.

- ¿Entonces?.-

- Puede que esté dispuesto a probar algo distinto contigo.-

- Yo no...-

- Sssshhhh, déjame intentarlo. Si no funciona, al menos habremos disfrutado de un rico postre.-

Ella sonrió mientras sacudía la cabeza.

- Sabes cómo sobornar a una chica.-

- ¿Vamos entonces?.-

- De acuerdo.-

Cuando se levantó de detrás de su despacho, mi corazón dio un salto mortal hacia atrás, con doble tirabuzón antes de caer en picado. ¿Qué demonios...?. Aquella falda tenía que ser catalogada con más potencia que un desfibrilador médico. Recordaba aquel culo y esas caderas, pero ¡maldita sea si no se veían aún mejor!. Verla inclinada mientras recogía su bolso, era un pecado. Pero cuando se acercó a él, su aroma embriagador no hizo nada por mejorar la cosa. ¿Y su escote?, no, eso no eran dos tetas, eso era, ¡joder!, y no se veía casi nada, solo era esa maldita tela, que se adhería a su piel como si hubiesen crecido juntas.

- Lista.-

No pude hablar, solo señalar la puerta y hacerle el gesto para que caminara delante. Necesitaba un par de segundos, lo que tardaría en colocar mis doloridas partes en una postura más cómoda, difícil, pero necesario. ¡Mierda!, iba a ser un laaaaaargo almuerzo, con bolas azules incluidas. Pero la tortura no había terminado, no. Su teléfono sonó.

- Disculpa, tengo que cogerlo.-

- Claro.-

- Hola Ión, ... Si, yo también tengo ganas de verte...¡pues claro que tengo tiempo para ti!,... vale, hasta el jueves entonces. –

No dije nada, me mordí la lengua y caminé a su lado. ¿Qué iba a decir?, "Vaya, ¿qué ha pasado con la chica que no jugaba con chicos?". La dejo sola un mes, y cambia su rumbo totalmente. Pero, entonces ¿a qué vino esa charla de "sigo pensando lo mismo". ¿Era sólo para mí?. ¡Mierda!, estaba más que confundido, pensar en lo que hacía o decía ella era demasiado complicado para mi "simple mente masculina". En fin, deja de pensar y actúa, me dije, y eso es lo que hice. Almorzamos, charlamos, y regresamos al trabajo. Cuando estuve en mi despacho, busqué el teléfono que quería y marqué.

- Le Chateau, buenos días.-

- Hola, quería hacer una reserva para hoy.-

- Lo siento señor, pero para hoy lo tenemos todo cubierto.-

- Ah, vaya. ¿Con cuanto tiempo tengo que llamar para conseguir una reserva?.-

- Una semana, pero sería mejor diez días si quiere asegurar la hora que quiere.-

- Gracias. Llamaré entonces.-

¡Mierda, mierda, mierda!. Tenía que meditar el abuso de esa palabra. Desde hacía un tiempo, la decía una de cada cinco palabras. Bueno, plan B, me pasaría por allí a tomar una copa en la barra.

Un par de golpecitos sonaron en mi puerta, y la rubia cabeza de Gloria asomó tras ella.

- Hola.-

- ¿Qué se te ofrece, Gloria?.-

Ella pasó dentro y cerró la puerta a su espalda.

- Me preguntaba si ahora que has vuelto de tu viaje, te gustaría ir a tomar una copa o algo este fin de semana.-

Casi me atraganto con el no a punto de salir de mi boca. No me tentaba para nada una noche de sexo desenfrenado y sin compromisos con ella, pero... era una más que buena escusa para presentarse en un determinado lugar a una determinada hora.

- ¿Te apetecería tomar una copa a eso de las 8, hoy?.-

- ¿Hoy?, ¿por qué no?. ¿Pasarás a recogerme?.-

- ¿Podemos quedar allí mejor?, tengo algunas cosas que cerrar antes de ir.-

- De acuerdo, ¿dónde siempre?.-

- Me gustaría quedar en Le Chateau, me han dicho que tienen una gran selección de vinos.-

- Tú no eres de vinos.-

- Pero tu si.-

- Oh, vaya, qué detalle. Bien, nos vemos allí entonces.-

- Sí.-

Una nueva cazadora 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora