- ... Volverá arrastrándose, como hace siempre, pero esta vez tendrá que suplicarme de rodillas si quiere que lo acepte de nuevo. ¿Qué se ha creído esa mierdecilla de laboratorio?, ella no tiene mi categoría, no me llega ni a la suela de los zapatos. –
- Bueno, tal vez...-
- Ni tal vez ni nada. Si salta a simple vista. Sólo con el equipamiento le doy un buen repaso.-
Gloria deslizó la mano desde su pecho izquierdo hasta su cadera, acariciando sensualmente su curvilíneo perfil. Ella sabía que su aspecto no era normal, ya se encargaba de mantenerlo a base de sacrificio y trabajo exhaustivo en el gimnasio. Ya no recordaba a que sabía el chocolate, ni la carne roja, y mucho menos la pizza, pero todo sacrificio tenía su recompensa, y la suya era una silueta que hacía babear a los hombres como Donovan. Odette no era rival para ella, por mucho estilo que hubiese añadido a su vestuario, y que la ropa le quedara tan bien ahora, no era suficiente para quitarle su corona de reina. Todos en la empresa lo sabían, hombres y mujeres. Ellos la deseaban, y ellas... bueno, ellas, como su insignificante y ratonil secretaria, a la que tenía literalmente apabullada en aquel momento, sólo podían soñar con parecerse a ella. Pobre Dany, ya tres años a su servicio, y aún se escondía detrás de aquellas horribles gafas de pasta.
- Eh, yo ...-
- ¿Qué?, si es verdad. Ella no pasa de ser un bonito coche que aspira a ser deportivo, yo soy un Ferrari 488 rojo brillante. No hay comparación. Y a Donovan le gustan los coches rápidos, deportivos, con potencia. En definitiva, yo. Dejará a la mosquita muerta y cuando lo haga...-
Odi ya había escuchado suficiente. Ni el office para tomar el café era el lugar para soltar aquellas sandeces, ni la pobre muchacha era el auditorio para hacerlo. Aquella Gloria necesitaba que la bajaran los humos, de una vez por todas. Y estaba claro que siendo buena no iba a funcionar. Contra una Cobra Real es difícil de salir victorioso, a menos que fueras otra cobra, o una mangosta de la india.
- Así que lo de los labios y uñas de color rojo, es por idealización de marca. Porque siento decirte, que las uñas rojas no encajan con tu imagen de Barbie Malibú.-
- ¿Qué insinúas?.-
- No necesito insinuar nada, tu solita te vendes.-
Deslicé mi mano de arriba abajo, señalando el largo de su cuerpo, como si fuera obvio para todos a lo que me refería. Si la "reina Bruja" estaba orgullosa de su aspecto, había que dejarle bien claro que no era tan espectacular como se creía. Pero ella sonrió con arrogante suficiencia.
- No puedes menospreciar mi aspecto, sabes que es mejor que el tuyo.-
- Ah, sí, Ferrari 488, si no he oído mal.-
- No puedes competir con eso.-
- Ferrari 488, si, un coche deportivo recién salido del horno, como quien dice. Lo que pasa, es que el año que viene vendrá otro modelo nuevo, y ya nadie querrá un 488, como ocurrió con el Testarossa. Después del 96, puf, nadie los quería.-
- Lo dices porque tienes envidia. Tú nunca llegarás a ser un Ferrari.-
- No, tienes razón. Nunca seré un Ferrari, pero si un Ford Mustang.-
- ¿Un Mustang?.-
- Aparte de una raza de caballos, es una marca de coches. Y a diferencia del Ferrari, que ofrece un gran impacto visual. Un Mustang tiene un diseño un poco menos agresivo, pero es un cofre con un tesoro dentro. Y si no me crees, te sugiero que busques en internet Ford Mustang Shelby GT500 Super Snake fastback del 67.-
Dany, con toda la eficiencia que la caracterizaba, y seguramente con más motivo por su curiosidad, ya estaba tecleando la búsqueda en un Galaxy. Sus ojos se abrieron con sorpresa, si, sabía que lo había visto y sobre todo entendido.
- Y te diré, que quien compra un coche como ese, nunca presumiría de tener un Ferrari último modelo.-
- Todos los tíos sueñan con un Ferrari último modelo. No te engañes.-
- Una cosa es enseñar a los demás tu Ferrari para presumir de él, y otra cosa sentarse detrás del volante de un Shelby. Abre los ojos, Gloria, no es de lo que presumes, se trata de lo que te apasiona. –
Su rostro estaba inclinado sobre el teléfono de Dany.
- Di lo que quieras, pero esa mierda de coche no puede competir con un Ferrari 488.-
- Pregúntale a un hombre, Gloria.-
- Cualquiera me dará la razón.-
Ya me alejaba por la puerta, cuando le di mi última mirada maliciosa.
- He dicho hombre, Gloria, no niño grande, hay una diferencia.-
Escuché la risita de Dany. La chica era mucho más espabilada que su jefa, si, esa Dany iba a llegar lejos, su mente no estaba llena de ego sobrevalorado.
- ¡Un millón de dólares!.-
Sonreí, si, lo había visto. 1.07 millones de dólares para ser exacto. De ese modelo no se llegó a realizar la producción esperada por el elevado coste, por lo que sólo existía un único coche, el prototipo. Que gritara lo que quisiera, un hombre aprecia la potencia, la velocidad y un GT500 tiene 500 caballos para que empujes tu culo volando sobre el asfalto. ¿Especialista en coches?, no. Ión es uno de esos locos por la potencia, un fan de los Shelby. Tener un hermano babeando, sobre la foto de un coche, durante toda su vida, hace que pensar sobre el atractivo real de las cosas.
Escuché unos rápidos y pequeños pasos detrás de mí, y al girarme, encontré la mirada divertida de Dany. La pobre corría hacia el despacho de Gloria, seguro que para realizar una absurda tarea de última hora, que Gloria necesitaba para ya mismo. Inclinó su cabeza al pasar a mi lado, y me habló bajito y entre risitas.
- Mi padre ahorró toda su vida hasta comprarse un Ford Mustang Shelby GT500KR coupe 2008. Según él, se lo merecía.-
Bien. Y lo mejor de todo, es que a Donova le gustaban no solo los Ferrari. Ha debido probar Porche, Jaguar, Audi, mercedes, y seguro que algún que otro utilitario. Pero ahora había probado un Shelby, y había disfrutado conduciéndolo. Y estaba segura que podría admirar una deportivo con bonito diseño, demonios, yo lo hacía, pero lo que se dice meter en su garaje, solo iba a meter a su Shelby.
Caminé hacia su despacho, con una idea en mente. Podía hacerle sufrir, pero me moría por poner a ronronear ese motor de 500 caballos.
- ¿Odi, qué haces aquí?.-
Cuando pasé el pestillo a la puerta a mi espalda, su cara de sorpresa se convirtió rápidamente en una sonrisa lujuriosa e impaciente.
- He pensado, que un adelanto me ayudará a centrarme mejor en el trabajo.-
- Te he corrompido.-
- Totalmente.-
- Entonces tendré que darte lo que pides, antes de que...-
- Ah, cállate y bésame de una vez.-
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Una nueva cazadora 3
RomanceOdi lo tiene todo; inteligencia, un trabajo que la gusta, un buen sueldo, y el respeto y admiración de sus compañeros. Bueno, casi todo. Le falta él, Donovan. Ella es inteligente, demasiado, y aún así, no puede alcanzarlo, hasta que aparece un "Hada...