Whisper (Susurro)

Capítulo 37

Isabella

Abro mis ojos y dirijo la mirada hacia el reloj de la mesilla.Indica las seis y media.Pretendía despertarme a las ocho para poder estar puntual para lo de la custodia y testamento pero tras varios intentos de volver a quedarme dormida, son las siete y aún no lo he conseguido.Me levanto de la cama y camino hasta el baño donde me lavo la cara de cansada que llevo.Voy al salón y me encuentro a un Jason dormido en el sofá con la misma ropa de ayer.No lo despierto y vuelvo a la habitación para vestirme e ir a dar un paseo.

Camino por las calles paralelas a un parque infantil.Veo a un hombre sentado solo en un banco.Se le ve triste.Me acerco a él para hacerle compañía y me siento a su lado.Levanta el rostro para observarme y lo reconozco al instante.

-¿Papá?- le pregunto confundida.

Él no me contesta y desvía la mirada hacia el suelo.

-Papá, contéstame.- le toco el hombro para captar su atención pero ignorándome, se levanta y se aleja de mí.Intento alcanzarlo pero desaparece y me quedo sola.

Jason

Suena el despertador de mi móvil.Son las ocho en punto.Voy a mi habitación y me cambio de ropa.Vaqueros negros, camisa de cuadros roja y zapatillas oscuras.Nada demasiado formal.Me acerco a la puerta de la habitación donde duerme Bella y doy unos golpes para que me dé permiso para entrar.No recibo una respuesta y entro pero tras observar la habitación, no la encuentro.

La llamo pero no me contesta y salta el buzón de voz.Salgo de casa para buscarla

Recorro unas tres plazas y cuatro calles y acabo cerca de un parque infantil donde jugaba cuando era pequeño.Me acerco, desesperado por la situación y veo a una chica acostada en un banco, que parece estar inconsciente.Bella.

Corro hasta que llego a ella e intento despertarla.Suelta unos gemidos y poco a poco abre los ojos.

-Bella,¿qué haces aquí?

-Aquí,¿dónde?

-Joder, estás tirada en un banco a las ocho y cuarto de la mañana.¿En qué estabas pensando?

-Lo vi.

-¿A quién?

-Pasaba por aquí dando un paseo y me acerqué a un señor.Era él,Jase.En serio.Era mi padre.

-Bella...

-Créeme, me senté a su lado y pude verlo pero se fue.

-Necesitas descansar,estás muy agitada.- no me contesta.

La cojo por la cintura y la atraigo a mí, protegiéndola con mis brazos y dejando su cabeza depositada en mi pecho.Al momento, se queda dormida.

La llevo a casa y la meto en la cama.Se mueve un poco pero no se despierta.Dentro de poco se tendrá que levantar.Solo dieciséis años, cambia su vida y ni siquiera sabe con quien tendrá que vivir hasta su mayoría de edad.

Me recuesto a su lado, aunque no pienso dormirme.Queda media hora para las nueve.Paso ese tiempo mirando a Bella y acariciando su rostro de arriba a bajo con mis dedos,observando sus inevitables reacciones a mi tacto.Paso mi dedo índice por su labio inferior y sus manos atrapan las mías y las acercan hacia su pecho.

Giro un poco la muñeca y veo en el reloj la hora marcada para irnos.

Despierto a Bella susurrándole al oído que nos tenemos que ir y se levanta nerviosa.Se arregla un poco a pesar de que no le hace falta.

Cinco minutos más tarde, está sentada a mi lado en los asientos traseros del coche que conduce mi querida madre.Poso la mano en el asiento que me separa de ella y Bella pone la suya encima tras unos segundos de duda.Aún así, no me vuelve a mirar y fija su mirada en las calles que pasamos a gran velocidad.

Llegamos puntuales y nos dirigen a una sala donde hay una gran mesa y muchas sillas.Tenemos delante a un señor que debe de ser el que oficia la reunión, vestido de negro y con un maletín enfrente de él.

-Buenos días,usted es Isabella Campbell, hija de los fallecidos, ¿me equivoco?

-Sí, soy yo.- dice Bella con la voz cortada y tan bajito que casi no se puede escuchar.

-Pero...¿ustedes quiénes son?

Me lanzo a intervenir pero mi madre me adelanta.

-Yo soy Anne Clifford y este es mi hijo Jason.Somos los vecinos y amigos de la familia Campbell.

-¿Por qué cuento con su presencia?- pregunta ese hombre arrogante.

-Bella está viviendo en nuestra casa desde el accidente y mi hijo y ella mantienen una relación.- tras decir esto, el hombre adopta una actitud seria por lo que se me dibuja una sonrisa triunfadora ya que deja de observar a Bella como si fuera la única de la sala.

-Entiendo.Entonces...comencemos la lectura.- abre el maletín y saca un libro.-Este es el testamento de Jordan Campbell.- abre las tapaderas y comienza la lectura.-En este papel quedan reflejados mis bienes y sus nuevos dueños.Si alguien está leyendo esto es porque ha llegado mi muerte y con eso ahora me convertiré en un simple recuerdo para mis familiares y conocidos.- pasa una hoja y Bella suelta un sollozo.-Mi domicilio se lo cedo a mi esposa Mina, y en caso de su falta, a mi hija Isabella.Así como todas las cuentas bancarias y objetos de mi propiedad.Espero que mi pequeña sea mayor de edad cuando esté atendiendo a esta lectura pero en caso contrario y a falta de mi mujer, debo de ceder su custodia.Hasta su mayoría de edad, Bella estará a cargo de Aaron Clifford,un amigo de confianza, el cual la cuidará como si fuera su hija.- ¿A-aron Clifford?¿Mi padre tendrá la custodia de Bella?¿El padre que nunca estuvo para mi madre ni para mí?¿El que está desaparecido y del cual no sé nada?

Miro a mi madre y tiene la misma cara de sorpresa que yo.

-Perdone,¿ha dicho Aaron Clifford?- pregunta mi madre.

-Sí.- contesta brevemente el abogado o lo que sea.

-Ese es mi marido.Bueno, exmarido.¿Ha podido contactar con él?Hace años que no sabemos nada de él.

-Claro.Está en este edificio y mantendrá una charla con la señorita Isabella al final de esta reunión.Final que ya ha llegado.Muchas gracias por su atención y puntualidad y antes de irme, tome Isabella.- le entrega unos sobres.- Son escritos de su padre y también de Mina,su madre, la cual no ha dejado testamento pues era de mutuo acuerdo con el de Jordan.

Bella aprieta los sobres con sus manos sin llegar a arrugarlos y suelta unas pocas lágrimas que resbalan por su mejilla y le dejan un rostro triste y sin vida.

-¿Estás bien, pequeña?- le pregunto acercando mi silla a la suya.

-Sí, ahora, sácame de aquí.N-no puedo hablar ahora.- dice tras tragar saliva pero sin mirarme.

-Por supuesto.- atrapo su cara con las manos y deposito un beso en su frente.