CHICAS ESTA PARTE ES LA HISTORIA DE LA FAMILIA DE LU
"Esa noche se celebraba una fiesta. Me pareció que sería bueno para mí que llenara la casa con gente, luces y flores. Sé que Fergus se sentía complacido de que hubiera supervisado todos los detalles con tanta meticulosidad. Me había preguntado si él habría notado mi estado de distracción, o lo a menudo que paseaba por los riscos por las tardes, o las muchas horas que había empezado a pasar en la torre, soñando. Pero no lo parece.
Habían asistido los Greenbaum, y los McAllister y los Prentise. Estaban todos los que pasan el verano en la isla y que Fergus considera que debíamos ver. La sala de baile se hallaba rodeada de gardenias y rosas rojas. Fergus había contratado una orquesta de Nueva York y la música era vivaz y agradable. Creo que Sarah McAllister bebió mucho champán, ya que su risa comenzó a crisparme mucho antes de que se sirviera la cena.
Creo que mi nuevo vestido dorado encajaba perfectamente con la ocasión, porque recibió muchos cumplidos. Sin embargo, cuando bailé con Ira Greenbaum, sus ojos se posaron en las esmeraldas. Colgaban como un grillete de mi cuello.
¡Qué injusta soy! Son hermosas, y solo mías porque Ethan es mío.
Durante la velada, subí a la habitación de los niños para comprobar cómo estaban, aunque sé lo cariñosa que es la niñera con todos ellos. Ethan se despertó y adormilado me preguntó si le había llevado un poco de tarta.
Todos mis pequeños parecen ángeles mientras duermen. Mi amor por ellos es tan rico, tan profundo, que me pregunto por qué mi corazón no puede transferir nada de ese dulce sentimiento al hombre que los hizo nacer
Quizá la culpa está en mí. Sin duda debe ser así. Al besarlos y darles las buenas noches para volver a salir al pasillo, con desesperación deseé que en vez de tener que regresar al salón para bailar y reír, pudiera correr a los riscos para erguirme allí con el viento en mi cabello, rodeada por doquier por el sonido y los olores del mar.
¿Vendría entonces él a mí, si yo me atreviera a algo así? ¿ Vendría para erguimos allí juntos, en las sombras, a la espera de algo que no debemos desear, mucho menos tomar?
No fui a los riscos. Mi deber es mi esposo, y hacia él me dirigí. Al bailar con él mi corazón se sintió tan frío como las joyas que rodean mi cuello. Sin embargo, sonreí cuando alabó mi habilidad como anfitriona. La mano que ceñía mi cintura era distante pero al mismo tiempo posesiva. Mientras nos movíamos con la música, sus ojos estudiaban el salón, aprobando lo que era suyo, escudriñando a sus invitados, convencido de que estaban impresionados.
Cuánto sé lo que representa para el hombre con el que me casé el rango y la opinión de los demás. Y lo poco que al parecer han llegado a significar para mí.
Quería gritarle. «Fergus, por el amor de Dios, mírame. Mírame y ve. Haz que te ame, ya que el miedo y el respeto no pueden ser suficientes para ninguno de los dos. Haz que te ame para que nunca más gire mis pasos hacia los riscos y lo que allí me aguarda».
Pero no grité. Cuando con impaciencia me dijo que era necesario que bailara con Cecil Barkley, musité mi asentimiento.
Ahora la música ha terminado y las lámparas están apagadas. Me pregunto cuándo volveré a ver a Christian. Me pregunto qué será de mí."