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Unos momentos más tarde, Lila llamó desde el pie de la escalera.

Lila: ¡Sandra! ¡Teléfono!

Sandy: Di que más tarde los llamo.

Lila: Es el hotel. Han dicho que era importante.

Sandy: Maldición -dejó las gafas antes de mirarlo con ojos entrecerrados- Regresaré en unos minutos.

Fer: Es muy protectora -comentó al oír alejarse los pasos rápidos.

Lu: Nos apoyamos -comentó y dejó un papel sobre un montón sin tener ni idea de su contenido.

Fer: Eso he notado. Lu...

Lu: ¿Sí? -preparada para todo, lo miró con frialdad.

Fer: Quería asegurarme que te encontrabas bien.

Lu: De acuerdo. ¿En qué sentido?

Ella tenía la mejilla manchada de polvo. Tuvo unas ganas enormes de sonreírle e indicárselo. De oírla reír mientras se lo quitaba.

Fer: Después de lo sucedido anoche... sé lo irritada que estabas al marcharte de mi habitación.

Lu: Sí, estaba irritada -giró otro papel- Supongo que monté una escena.

Fer: No, no me refería a eso.

Lu: Yo sí -se obligó a sonreír- Supongo que esta vez me toca a mí ofrecer una disculpa. Todo lo que pasó durante la sesión se me subió a la cabeza -a mí corazón, se dijo-. Debí parecer y sonar como una ******* al ir a tu habitación.

Fer: No, desde luego que no -está demasiado indiferente, pensó. Lo desconcertaba verla tan serena- Dijiste que me amabas.

Lu: Sé lo que dije -su voz descendió otros diez grados, pero la sonrisa no se movió- ¿Por qué no lo achacamos al estado de ánimo del momento?

Él comprendió que resultaba razonable. Pero no supo por qué se sentía tan perdido.

Fer: Entonces, ¿no hablabas en serio?

Lu: Fer, apenas nos conocemos desde hace unos días -se preguntó si quería hacerla sufrir.

Fer: Pero parecías tan... devastada cuando te fuiste.

Lu: ¿Te lo parezco ahora? -enarcó una ceja.

Fer: No -respondió despacio-. No lo pareces.

Lu: Bueno, pues olvidemos el asunto -al hablar, el sol se perdió detrás de unas nubes- Eso sería lo mejor para los dos, ¿no?

Fer: Sí -era lo que había querido. Sin embargo, se sintió vacío al incorporarse- Quiero lo mejor para ti, Lu.

Lu: Perfecto -estudió el papel que tenía en la mano- Si bajas, pídele a Lila que traiga algo de café cuando suba.

Fer: De acuerdo.

Ella esperó hasta tener la certeza de que se había ido antes de cubrirse el rostro con las manos. Descubrió que se había equivocado. No había agotado todas las lágrimas.

Cortejando a Lucero #LCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora