Cuando me desperté esta mañana pensé que era tarde, por lo que salí corriendo al baño y luego ir a vestirme, pero mientras desayunaba sonó la alarma que había puesto a las ocho.
—No puede ser.—dije riendo para después apagar la alarma.
Tanto es mi miedo por llegar tarde que me paré sola, esas cosas siempre me pasaban cuando me acostaba a dormir pensando que me tengo que despertar temprano al día siguiente, aunque no era algo en lo que confiaba mucho.
Dejé el teléfono en el mesón mientras iba a lavar los platos para subir a terminar de arreglarme, cuando el sonido de una llamada entrante hace que deje todo, me acerco al teléfono a ver quién era y no pude evitar sentir un poco de molestia al ver ese nombre en la pantalla. Era mi padre.
—¿Si? —contesté de mala gana, no quería atender pero debía hacerlo porque si no mi mamá me iba a reclamar.
—Hola hija.—respondió feliz—. ¿Cómo has estado?
—Excelente, ¿y tú?
Aún continuaba molesta con él, porque cuando a mí me encantaba el kpop le decía que me inscribiera en un curso de coreano —vivía con él en ese entonces— pero él siempre se negó y dijo que yo no tenía necesidad de aprender eso porque ni siquiera iba a ir a Corea.
—Me alegro, bien aquí trabajando.
—Mm, que bueno.—dije con poco interés—. Hablando de trabajo ya me tengo que ir, hablamos después, chao.
Colgué porque no aguanto hablar con él, no me gusta hablar con alguien que en algún momento trató de pisotear mis sueños.
Vi la hora, me quedaban cuarenta minutos, subí a terminar de arreglarme y terminé saliendo a veinte para las nueve, como la empresa quedaba cerca no me preocupé. Decidí probar mi carro nuevo, era muy bonito, un Toyota último modelo blanco, muy hermoso.
—Y es todo mío.—dije.
Llegué súper rápido a la empresa, fui a la oficina del señor Kim para agradecerle todo ya que ayer no lo había hecho, él aprovechó para entregarme un croquis de la empresa.
—Puede explorarla en los quince minutos que le quedan.—dijo.
Asentí y salí a explorar todo, el último lugar era donde yo iba a trabajar, estaba leyendo el mapa cuando choqué con alguien.
—Oh discúlpeme.—respondió el muchacho.
Esa voz se me hacía familiar.
—No se preocupe, yo era la que no veía por donde iba.—recogí mi mapa y cuando levanté la mirada me sorprendí.
Estoy paralizada, no puedo creer a quien tengo delante de mí, se ve mucho mejor que a través de la pantalla de una computadora, para ser sincera.
—Soy Lee Hong Bin.—dijo extendiendo su mano.
—Yo...—dije—. Ya lo conozco.
—¿En serio? —respondió sorprendido—. Pero yo no la conozco a usted, ¿cuál es su nombre?
—Soy Alex.—estreché su mano—. No me diga "usted" me hace sentir vieja.
Mi especie de chiste hizo que sonriera, siempre quise presenciar esa sonrisa personalmente, era perfecta.
—¿Y qué hace por aquí, señorita Alex?
—Soy la nueva estilista.—dije doblando la hoja y guardándola en el bolsito que había traído.
Hong Bin me miró sorprendido y me jaló por la muñeca, estuvimos caminando a lo largo del pasillo y luego abrió una puerta, decía VIXX en un papel.
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A Dream Come True (VIXX Ravi)
FanfictionAlex es una estilista de veinte años muy famosa de Venezuela gracias a su peluquería, a la que un día, mientras trabajaba, la visitaron diciéndole que estaba contratada para trabajar en la agencia de música coreana Jellyfish Entertainment. Lo que A...