XLI

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Llegamos al hotel y lo primero que hice fue buscar vuelos para Venezuela, no puedo seguir soportando todo esto.

—¿Qué me dices de los niños? —preguntó Christine.

—Se irán conmigo.

Ella asintió y no dijo más nada, conseguí mi vuelo, dentro de dos días, compré los pasajes y cerré mi laptop, mañana debía buscar a los niños en la tarde.

Fui a la ducha y las palabras de Ravi volvieron a mi cabeza, causando que las lágrimas comiencen a salir. ¿Por qué tuve que haberme encontrado con TaeMin aquella noche? Nada de esto hubiera pasado y Ravi y yo siguiéramos felices. Pero como dicen, las cosas pasan por algo y, si esto pasó seguramente es porque no es mi destino estar junto a Ravi. Salí de la ducha, me coloqué mi pijama y me acosté en mi cama.

A la tarde del día siguiente, tal como acordé con Erika, fui a buscar a los niños, pensaba explicarles que nos vamos a ir de Corea cuando llegáramos al hotel. Cuando toqué el timbre, volvió a abrir Erika.

—Hola. —dije tratando de sonar animada.

—¿Sucedió algo? —preguntó sin rodeos.

—¿Por qué lo preguntas?

—Tienes cara de no haber dormido nada.

No dormí nada.

—El cambio de horario, eso es todo. —me encogí de hombros.

—Si tu dices... —suspiró y llamó a los niños, quienes vinieron corriendo y detrás de ellos venía Leo con todas sus cosas.

—Me duele decirles adiós... —dijo Leo entregándome todo.

—Los seguirás viendo. —mentí.

—Obviamente que si, si no íbamos a tener problemas. —dijo Erika.

Reí y me despedí de ellos, los niños me ayudaron un poco con sus cosas y las llevamos al hotel, cuando entré en la habitación me sorprendió que Christine no estaba. Encontré una nota en la habitación que decía:

«Me he ido a pasear un poco, nos vemos al rato.
—Christine»

Guardé la nota y me quedé un rato jugando y hablando con los niños, tratando de recuperar el tiempo perdido. Aunque sé que jamás recuperaré esos dos años que no estuve para ellos.

—¿Qué les parece si vamos por un poco de helado? —pregunté, es hora de contarles.

—¡Sí! —dijeron al unísono.

Fuimos a la heladería más cercana, cada uno pidió su helado y nos sentamos en una mesa del lugar.

—Oigan... —dije llamando la atención de ambos—. Mami debe decirles algo.

Esto será difícil.

—¿Si mami? —dijo SunHee.

—Bueno... —carraspeé—. Mami debe volver a Venezuela... y ustedes se vienen conmigo...

—¿Qué? —HyunSik abrió mucho los ojos.

—¡Pero no sabemos mucho español mami! Aparte, voy a extrañar Corea.

—No quiero estar otra vez lejos de ustedes...

—Ni nosotros de ti, pero ¿y nuestros amigos? —a HyunSik parecía afectarle esto.

—Allá harán muchos más amigos, les gustará. —sonreí.

Luego de un rato, logré convencerlos y aceptaron irse conmigo a Venezuela, cosa que me alegró mucho.

Por fin pasaron los dos días y yo comenzaba a arreglar las cosas que había sacado en mis pocos días en Corea, Christine me ayudaba en silencio, luego de tantos años anhelando estar juntas, volvemos a separarnos.

—Lo siento... —le dije—. Debo hacerlo.

Ella asintió y luego me abrazó y lloró en mi hombro, la abracé con más fuerza y también lloré, me hará demasiada falta.

—Vendremos a visitarte, ¿vale?

—Volver a lo mismo de antes...

—Todo estará bien... sabes que estoy a un mensaje o una llamada de Skype si me necesitas.

—Lo sé pero... no quiero que te vayas. ¡Todo por el maldito de Ravi!

Menos mal que nosotras hablamos en español, no hubiera querido que los niños escucharan eso.

—A lo mejor no es nuestro destino estar juntos y debo permanecer en Venezuela... quien sabe.

Ella no respondió y terminamos de recoger las cosas para luego dirigirnos al aeropuerto.

Narra Ravi

Han pasado tres días desde aquella salida al cine que le dije a Alex que se alejara de mi, no soporto más y me voy a visitar a JaeHwan. Al llegar, me sorprende que su puerta esté medio abierta y paso con cuidado, encontrándomelo hablando por teléfono.

—¡¿Cómo te atreves a irte sin decirme?! —lo veo bastante furioso—. Repito, ¡¿cómo te vas sin decirle a tu mejor amigo?! —luego de eso se percata que estoy ahí y se calma para luego susurrar algo que apenas escucho y colgar a los minutos.

—¿Quién era?

—Alex.

¿Otra vez esa molesta?

—¿Qué quería ahora?

—Se va de Corea, por tu culpa. —me miró mal.

—¿Por mi?

¿Se está poniendo de su lado?

—¡Si! ¡Y todo porque no te controlas y la trataste mal! ¡Si tan sólo tuvieras la mínima idea de quién es te estuvieras arrepintiendo!

Cuando dijo esas palabras comenzó a darme un dolor horrible en la cabeza y caí en el sofá, los recuerdos estaban volviendo y en esos recuerdos estaba... Alex.

—JaeHwan... —dije sentado con la respiración entrecortada y una mano en mi sien—. ¿Qué hice?

—Hiciste que Alex se fuera.

Tomé el teléfono de JaeHwan como pude e intenté llamarla, pero no contestaba.

—¡Ya la recuerdo! —dije— ¡A ella y a los niños! ¡Hay que ir al aeropuerto!

JaeHwan y yo fuimos lo más rápido que pudimos al aeropuerto, pero cuando vi la pantalla, su vuelo ya había salido.

La perdí.

Posiblemente para siempre.


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Último capítulo señoritas.
Nos vemos en el epílogo.
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A Dream Come True (VIXX Ravi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora