A Dream Come True (VIXX Ravi)

XXXIII

Cuando llegamos a casa los niños vinieron corriendo hacia mi y me abrazaron con fuerza, hice lo mismo, tendré unos pocos días para disfrutarlos. Eso me entristece mucho.

-¿Cómo están mis pequeñines? -pregunté revolviendo el cabello de ambos.

-Bien mami. -respondieron al unísono sonriendo.

-Me alegra que estés bien. -dijo Erika abrazándome.

-Casi bien. -murmuró Ravi.

Nos despedimos de Erika, me di una ducha, acompañé a los niños a dormir, al salir de su habitación, vi a Ravi sentado en la sala, decidí acercarme a hablar con él.

-¿Qué sucede? -me senté a su lado poniendo la mano en su hombro.

-Aún no puedo creer que te hayan tocado.

«Ni yo» pensé.

-Ven, vamos a ponerte un poco de hielo. -tomó mi mano y me llevó a la cocina, donde me sentó en un taburete y se acercó a la nevera a buscar hielo para volver con una bolsa.

Apenas el frío hizo contacto con mi piel, un ardor recorrió todo mi rostro, tuve que apartarlo porque no aguanté.

-Alex...

-¿Por qué siempre me tienes que curar tu? -hice un puchero.

-Porque es mi deber cuidar de ti.

-Pero no es justo, yo también debería curarte a ti. -miré al suelo.

-Ten. -me dio la bolsa, la puso en mi mejilla y salió de la cocina.

No podía resistir ni siquiera un minuto con esa bolsa, por lo que me la quité y la mantuve en mis manos, al cabo de unos minutos vi a Ravi entrar de nuevo en la cocina.

-Alex, no te la quites.

Con esas palabras recordé aquella noche en la que Jong Hyun besaba a otra chica, mi pelea con ella, Ravi curándome de nuevo y luego, el beso.

Volví a la realidad cuando Ravi tomó la bolsa y la puso el mismo en mi mejilla, con ambas manos en mis rostro para asegurarse de que no lo aparte. Sentí el vendaje que había hecho en una de sus manos, quité la bolsa y cuando me iba a poner de pie, Ravi me detuvo.

-¿Pasó algo?

-Es mi turno de curarte. -sonreí.

Lo senté en el taburete y busqué algodones, algo para limpiar la herida y una venda, volví a la cocina y él vaciaba la bolsa llena de agua.

-Vamos, siéntate. -dije.

Quité la venda y la eché en la basura, tomé el algodón con el líquido especial para limpiar las heridas y comencé con mi «trabajo» limpiándola con el máximo cuidado, al terminar, le coloqué la venda y sonreí satisfecha.

-Listo.

-Gracias. -sonrió.

-No me agradezcas.

Tomé los algodones para botarlos pero Ravi me tomó de nuevo por la cintura y me atrajo hacia él, me abrazó y hundió su cara en mi cuello.

-Te extrañé tanto. -dijo dando un pequeño beso en mi cuello.

-Yo también. -imité su movimiento.

Estar así con él me encantaba, siempre me influía seguridad, la cual en estos momentos claramente no tenía. Apesar de eso, prefiero olvidarme de ese trato y disfrutar una semana más de Ravi, fueron solamente dos días, pero sentí como si fuera un año.

Nos separamos y Ravi fue a la habitación, boté los algodones y recibí un mensaje.

«Recuerda el trato»

Tae Min es insistente.

«Dame una semana más, yo te aviso»

Su mensaje hizo que ese hermoso momento que acababa de tener junto a mi marido, causara que la culpa me comiera por dentro. Traté de actuar normal cuando vi a Ravi entrar en la cocina por el rabillo del ojo.

-¿Cuándo te hicieron eso? -se puso a mi lado.

-¿Los golpes?

-No, lo otro.

-Ah -otra vez vuelven las perturbadoras imágenes a mi cabeza-, antes de que me dejaran tirada en la calle.

-¿Aún te duele?

-Un poco.

Ravi bajó la mirada y luego me abrazó, sabía por qué hizo las preguntas, quería aprovechar el tiempo perdido.

-Sé que hoy no podemos -comencé a acariciar su espalda-, pero no te preocupes, momentos como este son igual de valiosos y significativos.

-Concuerdo contigo. -me besó y aumentó la fuerza del abrazo.

Estuvimos unos minutos así, extrañaba estas cosas de él. Lamentablemente, no durará mucho.

-Las actividades de DESTINY están detenidas hasta nuevo aviso, mañana deberías llamar a Yordan y Juyeon para avisarles que ya estás aquí.

Asentí, fuimos a la habitación y nos volvimos a abrazar hasta quedar profundamente dormidos.