XXXIX

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-¿Qué desea señorita? -preguntó el señor.

-Lo más fuerte que tenga.

El señor asintió y fue a buscar lo que le pedí, me sentía débil y estúpida, las palabras de Ravi retumbaban una y otra vez en mis oídos, torturándome cada vez más.

-Aquí tiene.

-Gracias. -me lo tomé todo de una vez, sintiendo el ardor recorrer mi garganta-. Otro, por favor.

Mientras esperaba mi segundo trago, pensaba en todo lo que tuve que hacer para llegar hasta aquí y ser tratada de esta manera. Era de esperarse de los demás. No de Ravi.

Luego de unos cuantos tragos más, todo daba vueltas a mi alrededor, mi teléfono comenzó a sonar y como pude atendí.

-¿Hola? -dije.

-¿Alex? -dijo Christine- ¿Estás tomando?

-No.

-¿En dónde estás?

-No lo sé. -reí.

Dijo algo apenas audible y colgó yo me encogí de hombros y me tomé el siguiente trago que me había traído el señor.

Cuando estaba a punto de pedir el siguiente, siento que alguien me toma por los hombros y me baja del taburete, cuando me giro veo a Christine molesta. Al salir, veo a HakYeon recostado de la puerta del auto, ella abre la puerta del asiento trasero y me empuja dentro del auto, al mismo tiempo entran ella y HakYeon.

-¿Cómo se te ocurre hacerte esto? -preguntó Christine, claramente molesta.

-¿Acaso importa?

-¡Sí! -gritaron al unísono.

-Quiero vomitar.

Christine miró a HakYeon y él se alejó como pudo de la vía, Christine me tomó de nuevo por el brazo y agarró mi cabello, justo a tiempo.

-Ravi no me recuerda. -dije luego de todo.

-Ya lo hará, debes ser paciente. -Christine limpiaba mi boca mientras nos acercábamos al auto, me dio una botella de agua, di un sorbo y luego escupí.

-Pero si no me trata bien, ¿qué ganas me dan de insistirle?

-Eso lo hablamos en el hotel.

Entramos en el auto y nos encaminamos al hotel, las imágenes de Ravi y su mirada indiferente volvían a mi así como las ganas de seguir bebiendo pero cada vez que decía para devolvernos me ganaba un grito por parte de ambos. Los recuerdos se reproducían una y otra vez en mi cabeza, causando que termine llorando en asiento del auto.

Cuando llegamos, Christine me abrazó hasta que llegamos a la habitación y me sentó en el borde de la cama.

-Alex. -tomó mi barbilla y levantó mi rostro-. Todo estará bien, no debes preocuparte.

-¡Claro que debo! Hubieras estado ahí para que vieras lo indiferente que era.

-Si hubiera estado ahí te aseguro que lo dejo sin bolas. -dijo seria.

No pude evitar reír ante eso, cuando la conocí y le contaba mi vida amorosa, me decía ese tipo de cosas.

No sé cómo hizo para bañarme y meterme en la cama, quisiera poder recordar esto.

-Ahora debes dormir, peque.

Tenía muchos años que no me decía así, por lo que me alegró escucharlo, poco a poco sentí mis párpados más pesados hasta que caí profundamente dormida.

A Dream Come True (VIXX Ravi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora