A Dream Come True (VIXX Ravi)

XVI

Narra Alex

Me desperté como era lo habitual para ir a la empresa, tengo que fingir que no se nada sobre la suspensión de Ravi.

Desperté a Yordan para llevarla al café y me fui a «trabajar. Tal y como lo sospeché, me dijeron que no iba a trabajar en dos días debido a la suspensión de Ravi; me fui a mi casa para limpiarla y organizarla un poco.

Dejo de limpiar cuando mi teléfono suena, me había llegado un mensaje de Ravi.

«¿Puedo ir a tu casa?»

«No, la estoy acomodando» respondí.

«Lo dices muy tarde, ya estoy afuera, ábreme»

Abrí los ojos como platos, ¿cómo va a venir así sin avisar? estoy en pánico.

-Ravi, ¿y eso que viniste? ¿no deberías estar en el departamento con los chicos?

-Debería.

Se acerca a mi y cierra la puerta mirandome.

-No puedo estar sin ti. -acercó mi cara a la suya juntando nuestros labios.

Me pierdo en los besos de este hombre, pero no debería estar aquí, podrían haber paparazzis por cualquier parte siguiéndolo.

-Ravi -dije entre el beso-, estás corriendo peligro, podrían estar siguiéndote.

-Claro que no, no te preocupes.-comenzó a besar mi cuello mientras profundizaba el beso.

Narra Tae Min

Estoy muy molesto con Ravi, me arruinó mis planes con Alex, así que luego de un día de tanto pensar lo que haría decidí vengarme por eso.

¿Qué haré? Contarle todo al CEO.

Me di un baño, me vestí, tomé mis cosas y me dirigí a Jellyfish, algo dentro de mi hace que me sienta un poco mal, pero me quitó a la que sería mi chica, tiene que pagar.

-Buenas tardes señor.-hice una reverencia mientras entraba a la oficina.

-Buenas tardes Tae Min.

-Tengo que confesarle algo con respecto a la pelea que tuve con Ravi en el Myeongdong.

-Leí la noticia, no entiendo que quieres confesarme con respecto a eso.

-La verdadera razón de la pelea.

El CEO levantó las cejas y luego colocó sus manos en frente de su rostro en posición pensativa.

-¿Cuál fue la razón?

Ahora un miedo invadió mi mente, Alex, ¿qué sucederá con ella cuando le cuente todo al CEO?

-Una chica...-dije bajando la mirada a mis manos, con las que jugaba con nerviosismo.

-¿Y conoces a esa chica?

-Sí -levanté la mirada-, es Alex, la estilista.

Se levantó de su silla dándole un golpe a la mesa y murmurando palabras inaudibles.

-Tenía mis sospechas -dijo-, pero nunca me imaginé que fuera cierto.

-Solamente venía a confesarle eso señor...

-¿Sabes algo más sobre lo que ha pasado entre ellos?

-No.

-Perfecto -buscó entre sus cosas una cámara y me la entregó-, quiero que los sigas y le tomes las fotos necesarias para tener suficiente evidencia.