Narra Justin:
—Vamos princesa, di papá—dije hablándole a Amalia que reía pataleando en el aire mientras me veía. Las gemelas acababan de cumplir hace poco su primer añito y no paraban de moverse de un lado a otro y hablar. Es por eso que le insisto a Amalia que diga papá. Es la única palabra que no ha dicho. Maya ha sido de las dos la más rápida para caminar y a decir palabras, es por eso que con Amalia vamos enseñándole poco a poco. No porque sea un problema, sino porque es una bebé muy dormilona. De las dos, Amalia era la más dormilona y la más vaga. Yo digo que salió a Amelia además de lo físico. Y Maya salió a mí porque esa niña nunca se queda quieta. Todo el tiempo esta correteando alrededor y hablando o más bien, balbuceando palabras. Eso sí, todos teníamos que tener cuidado con lo que decíamos. Maya todo lo que escuchaba lo decía y créeme, hemos tenido problemas por eso especialmente yo cuando Amelia me escucha decir una palabra mala.
—Papá—dijo Maya y sonreí. Ella siempre se pasaba diciendo papá a cada rato.
—Enséñale a tu hermana a decir papá princesa— le dije a Maya que caminó hacia mí con miedo aun. Apenas estaban aprendiendo a caminar sin el andador y aun les costaba.
—Papá—dijo Maya— ¡Papá!—gritó y reí negando. Sabía que Maya había salido en esa parte a Amelia. Siempre estaba gritando, incluso cuando reía gritaba.
—Tata—dijo Amalia y bufé. ¿Ven porque me frustró? Esa niña llama a todos menos a mí. ¿Tan difícil es decir papá? Al parecer para ella sí.
—Aquí tienen mi cielo—dijo Amelia dándole los biberones a las niñas que lo cogieron gustosamente. Eso era lo que tenían en común, comían mucho. — ¿Cómo vas?—preguntó sentándose detrás mi besando mi mejilla.
—Mal—dije y esta rio. Ella reía porque no tenía ningún problema porque ambas decían mamá. —No te burles, volvió a decir tata—bufé y esta volvió a reír mientras acariciaba mi cabello.
—Ya verás que pronto dirá papá Amor—dijo y cogí su mano donde estaba nuestro anillo de bodas. Por fin nos habíamos casado. Ya llevábamos casi un año de casados, debía admitir este tiempo ha sido el mejor de mi vida. Nos casamos antes de que las pequeñas cumplieran su primer año y había sido el mejor día para nosotros. Nunca olvidaría haber visto a Amelia entrar de la mano de su padre con ese largo vestido blanco mientras me miraba. Ahí, viéndola entrar con una sonrisa mientras nuestras hijas eran llevadas en una carretilla por Jazzy y Jaxón, supe que había hecho bien. Supe que había escogido a la persona indicada porque Amelia era y siempre será la mujer de mi vida.
—Inténtalo tú—dije y esta asintió con una sonrisa. Ella podría tener suerte. Amalia era la bebé de mamá, todo era mamá aunque habían veces que imitaba a Maya y todo era papá. Era muy pocas veces, pero amaba cuando ambas me preferían a mí. Amelia se volvía loca tratando de tener la atención de ambas y eso era realmente divertido.
—Hermosa—sonrió Amelia dándole un beso en la frente a Amalia que rio soltando el biberón. ¿Ven? Para ella, mamá era todo.
—Mamá—dijo Amalia moviendo sus piernitas al aire emocionada y bufe. Claro, con mamá se emociona, pero conmigo no.
—Cariño di papá—le dijo a Amalia que frunció el ceño. —Vamos di papá—la animó a decirlo y Amalia rio.
—Tata—dijo Amelia y rodeé los ojos. Tenía que acostumbrarme a eso.
— ¿Vez?—bufé y esta rio negando mientras le daba el biberón a Amalia que sonrió cogiéndolo.
— Mima—dijo Maya mirando para todos lados haciéndonos reír a Amelia y a mí. Era gracioso ver el puchero de Maya mientras llamaba a alguien. Es como si fuera a llorar a no ver a la persona que llama a su lado.
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Vientre Comprado {Justin Bieber}
Roman d'amour¿Cómo un simple anuncio podía cambiarte la vida de la noche a la mañana? Amelia Cowell se preguntaba eso mientras tomaba un vuelo a Los Ángeles. Jamás pensó que al inscribirse en una agencia de gestación subrogada para obtener una alta calificación...