Vientre Comprado {Justin Bieber}

Capítulo XLV: Sorpresa

Narra Amelia

— ¿Dónde mierda estas Bieber?—pregunté nada más al escucharlo responder el teléfono. No me había hecho gracia haberme despertado sola en la cama, él siempre esperaba por mi. De hecho, siempre que me levantaba, él ya estaba despierto esperándome con un gran desayuno. Pero hoy no y ya estaba harta. ¿Que le pasaba? ¿Porque llevaba toda la semana raro? Pensé que necesitaba tiempo para perdonarme por haber preferido hablar con Jeace antes que con el sobre como me sentía y el miedo que sentía por tener a mis princesas, pero sabía que había algo más. Algo que me preocupaba mucho porque ya ni siquiera quería hacerme el amor y se mantenía distante cuando quería darle cariñitos.

—Hola Nena, ¿Cómo amaneciste?—preguntó ignorándome. El siempre hacia eso y solo lograba que me molestara mas.

—Bien—espete— Ahora dime, ¿donde estas?—pregunté molesta.

— ¿Viste el sobre del desayunador?—preguntó y fruncí el ceño. ¿De qué estaba hablando?

—No—dije confundida. No estaba entendiendo nada de nada de lo que hablaba.

—Bueno, cuando lo veas, sabrás—dijo y bufé. No me gustaba el misterio.

— ¿Justin que pasa?—pregunté preocupada. Me preocupaba lo que esconde. —Desde hace dos días que estas raro y ni siquiera me haces el amor—me quejé haciéndolo reír, pero a mí no me daba nada de gracia. Me preocupaba su actitud. — ¿Qué pasa? ¿Es que ya no te gusto? ¿No soy atractiva?—pregunté con la voz quebrada. Maldita hormonas que me ponen sentimental y me hacen pensar cosas.

—Nena, no es eso—dijo—Te tengo una sorpresa, solo sigue las instrucciones—dijo y bufé. Otra de sus sorpresitas. —Te amo, princesa—dijo y sonreí. El sabía cómo hacer para que se me pasara el enojo.

—Yo también—sonreí secándome la cara mojada.

—Princesa debo irme, te veo luego, te amo—dijo antes de colgar. Me di una ducha y me puse ropa de hacer yoga ya que hago yoga para mantener a mis bebes en buena salud como me recomendó el doctor. Baje las escaleras y pare en el último escalón con la boca abierta. La sala y la cocina estaban llenas de ramos de rosas. ¿Justin hablaba de esto? Oh mi Dios, no puede ser. Con lágrimas en los ojos, me dirigí al desayunador en donde estaba el ramo más grande junto con un sobre. Además de que al lado de este, había un gran desayuno que daba para varias personas. Cogí el sobre y alce una ceja al ver que tenía una notita afuera. 

Desayuna primero Nena, luego lo abres y espero que te hayan gustado las rosas. Ninguna de ellas se compara con tu belleza, Preciosa.

Te Amo <3

Justin

Sonreí dejando el sobre a un lado y empecé a comerme el desayuno. Yo podía comerme todo esto y más, tenía dos bocas más que la mía, así que se me perdonaba. Luego de lavar los trastes, volví a sentarme en el desayunador y mire una vez más todas las rosas que me rodeaban. Eran tan hermosas, Justin sí que se había esmerado en esto.  Abrí el sobre y lo leí:

Antes que nada nena, todo esto te prepara para esta noche que será tu sorpresa. Tienes que seguir los pasos, uno por uno. Primero iras al centro de masajes del centro comercial donde dirás que vienes de parte mía y ellas sabrán que hacerte. Segundo, iras al salón de belleza y te aras lo que quieras en el pelo para que te pongas más guapas de lo que eres. Un chofer te llevara a esos sitios y al final el te entregara otro sobre.

Te veo luego nena.

Te Amo <3

Subí a la habitación cambiándome por un vestido suelto para embarazadas y le envié un mensaje a Justin dándole las gracias por las flores y el sobre. Salí de nuestra casa ya que Jaece nos dio permiso de poder volver a la casa ya que el está restaurando la parte del jardín.  Algo bueno porque quería privacidad con Justin. Encontré la Rang Rover de Justin aparcada afuera en donde había un chico recostado de esta. Me preguntó quién será ¿No?