Save me •Kaisoo•

Capitulo 23: Cayendo.

Estaba sentado observando como su madre consumía un cigarro tras otro frente a él, la verdad que en esos momentos no podía evitar sentir odio hacia ella, ¿Cómo era posible que llegara a los extremos de mudarse solo porque el chico a quien amaba vivía a un lado? Era completamente estúpido, irracional y sin sentido. Dió un largo suspiro centrando su visión una vez mas entre sus dedos, ya era de medio día y no había podido salir de su casa porque la mujer de mayor edad se lo había prohibido ¿Como era que iría a trabajar? ¿Con ella a sus espaldas? Con solo pensar aquello lo hacia querer tirarse de un segundo piso, cosa que aquella cabaña de una pieza no tenia. Ladeo un poco su cabeza centrando ahora sus grandes ojos en la televisión, en una esquina marcaba las 14:42, hora que pasaba sumamente lenta. Entraba aquel día a las 15:30 por ser fin de semana, aun así, sentía que ni siquiera podría tener las fuerzas necesarias para salir o siquiera ver al moreno, ¿Que le diría? ¿Como se tomaría el hecho de que ya no podrían estar mas juntos? ¿Como podría decirle que su madre ahora lo odiaba?

- ¿A que hora tienes turno, hoy? - Hablo por fin su progenitora, quien enseguida hundió la colilla en una pequeña taza de mármol. El chico a su lado ni siquiera la miro, sabia porqué y sin duda alguna eso la hacia entristecer, aun así no lo dejaría verla en un mal estado, todo lo que estaba haciendo era por su bien y ese muchacho mal agradecido todo lo que hacia era darle malas miradas.-

- Ahora, en un rato mas. Supongo que al menos me dejaras asistir a mi trabajo ¿No? -Preguntó en un tono serio, no quería ser tan rudo con ella, de alguna extraña manera su corazón se ablandaba, mas que mal y por sobre todo, aquella persona era su madre, le había dado la vida, y en alguna instancia de su vida pensó que siempre la dejaría primero por sobre todo, siempre pensó que cuando esta le dijera algo, él lo aceptaría, se dijo mil y un veces que daría todo porque ella estuviera bien, incluso aceptaría que comenzara a salir con alguien...Incluso se separaría de ese alguien que a ella no le gustara, pero ¿Por que la contra sobre el muchacho de pieles oscuras? ¿Que le había hecho? ¿Solo por ser hombre? Ah, Dios, sentía que su cabeza pronto estallaría.

- Claro que puedes ir a trabajar, no me opondré a ello, pero te quiero aquí a penas salgas de allá. Si veo que demoras demasiado, llamare y yo misma me encargare de traerte a casa. - Soltó encendiendo de nueva cuenta otro cigarro, aquel olor tan fulminante de alguna manera logro solo traerle recuerdos de Jongin, mas de una vez habían logrado compartir besos con aquel aroma impregnado en sus labios, mas de alguna vez habían hecho el amor con ese humo rodeándolos alrededor, mas de alguna vez, lo había amado incluso con la muerte saliendo de sus labios.-

- Esta bien. - Solo dijo eso antes de levantarse y tomar sus cosas, necesitaba salir cuanto antes de ahí, creía que podría llegar a volverse loco de solo pensar que tendría que vivir encerrado sin poder disfrutar de los fuertes brazos de su pareja rodeándolo ¿Que haría sin él? ¿Que haría sin aquellas notas a media noche, diciéndose cuanto se extrañaban? ¿Que haría sin poder saber si el chico estaba bien? ¿Que haría ahora con la incertidumbre de si volvía a comer o si volvía a vomitar? ¿Que haría sin poder recorrer una vez mas cada una de las marcas de guerra contra su persona? ¿Qué? ¿Qué haría viviendo lejos de él? Estaba completamente acabado.

Tomó la primera linea que vio y pregunto si pasaba por algún lugar cerca del restaurante, al quinto transporte acertó, le dio gracias al cielo que este se cruzara por su camino y una vez mas noto un vacío en si mismo, ver aquellas calles sin sentir la cintura del joven, sentir aquel aire frío entrar por la ventana sin tener la sonrisa del muchacho bajo su casco...Era tan...Morboso, tan feo, tan nostálgico, por un momento en su vida juro que estar muerto era mil veces mejor.

- ¡Soo! Te estábamos esperando, nadie sabe como es que se hacia la salsa para la ensalada del menú tarde. - Comento un Xiumin con puchero y sus manos aferradas con fuerza a su delantal, una imagen demasiado empalagosa para él, aun así, no quito su mirada algo cansada del muchacho.

-Ustedes sin mi, realmente no son nada - Bromeo quitando su mochila antes de agacharse y comenzar a rebuscas un par de cosas en ella, ahí mantenía siempre un pequeño cuadernillo garabateado en la portada para indicarle en el centro con su titulo, que eran recetas, las había anotado el primer día en que había llegado a trabajar, sabia que le iban a servir, es mas, hasta ese día, aun las estudiaba por las noches, con el menor en brazos se acurrucaban para darse lecciones el uno al otro respecto a cada cosa, aunque solo él aprendía, puesto que el contrario terminaba durmiéndose sin siquiera recordar lo que habían leído.-

-¡No seas presumido! - Exclamó formando un gran mohin el chiquillo, que aunque nadie lo creyera, era el mayor de todos, pero parecía y actuaba como el menor. ¿Como entender a ese adorable hyung? -

-¡Hey! No presumo ni nada por el estilo, no me vengas a inventar cosas feas de mi, bollo.- Amenazo al nombrado mientras lo indicaba peligrosamente con el montón de papeles escritos hasta el final. - Ten, toma esto y lean. En la pagina treinta, esta lo que necesitan, anótenlo y peguenlo en sus frentes ¿Que hacen cuando no estoy en las tardes? -Pregunto alzando una de sus cejas cuando le arrebato el objeto de las manos, como si aquello fuera la llave hacia algún portal desconocido.-

-Solo decimos que no esta disponible.- Bien, aquello lo tomo por sorpresa, no mas que la voz que sonó a sus espaldas interrumpiéndolos y haciéndole un ''Puff'' al chico con el que había estado conversando. Había desaparecido tan solo ver a Kim.-

- Te esperé en la salida hoy ¿Donde andabas? - Interrumpió el moreno quien a penas había oído el nombre que tanto grito a las a fuera de su casa, salió corriendo casi a tropezones, cuando su pie derecho se encontró de cara contra la alfombra de entrada en mas de una ocasión -

- Sobre eso...Tenemos que hablar. -