Capítulo 8; Verdad expuesta

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—Argh, duele— Se quejó el moreno cuando el mas bajo puso en una de sus heridas un algodón con alcohol, aquello podría desinfectar la herida y lo más probable es que sanara lo mas antes posibles.
— Deja de quejarte ya falta poco, estas imposible — Lo regaño dejando el algodón a un lado para después pasarle un poco de crema. Se levantó y lo miro fijamente, le daba rabia, pena, impotencia y odio ¿Como le podían a ver hecho aquello? ¡No era de Dios eso! Por primera vez en su vida deseó matar quien se había atrevido a tocarlo.
—No quiero tu lástima y te puedes ir a la mierda — gruñó kai pero antes de poder seguir maldiciendolo lo tomó por el brazo y lo levantó.
—.Cállate, soy el mayor, no quiero insolencias cuando esté presente ¿Entendido? —Recalco penetrando con su mirada al mas alto, quien no se había esperado aquello, ni siquiera sabia de aquella faceta de aquel chico de baja estatura y apariencia inocente y pura.
— Si, hyung — Sin decir una palabra fue bajando las escaleras con la ayuda del contrario quien lo sentó en una mesita del baño y le quitó la camisa, los zapatos, calcetines y pantalones. Con su diestra iba probando el agua a medida que la tina se llenaba de agua tibia, relajante a su parecer.
— Ven aq…— No alcanzó a decir palabra alguna ya que el menor se encontraba tapándose con una toalla a la vez que lloraba.
— Apaga las luces por favor — Murmuró mientras alzaba un poco la vista indicándole que encendiera una vela.
— ¿Donde guardas las esencias y piedras aromáticas —Pregunto el mas blanco mientras revisaba entre los muebles, solo se encontraba desodorantes, perfumes bastantes caros para su preferencia, también cosas básicas como papel higiénico y algodón.
— No compre este mes — El agua se escurría por sus manos al momento que la hundía y luego la sacaba a superficie, perdido en los movimientos del ahora que se mezclaba con espuma y jabón.
— A ver —Tomo una esponja y la paso por la espalda, de los hombros hasta mas abajo del limite del agua que lo cubría. — ¿Que te gustaría comer? Cocinare para ti ¿Algo calentito? Una sopa, fideos o tal vez un poco de ramen estaría bien — Refregaba y refregaba los brazos y el pecho, si bien no podía ver casi nada podría jurar que se iba  a derretir al sentir la dureza y los relieves de los abdominales y pectorales, pero extrañamente mas allá de tenerlo desnudo en sus manos no había un deseo de devorarlo parte por parte, solo quería cuidarlo y poder ver una sonrisa sincera en su rostro y uno una atrevida como siempre.
—Una sopa estará bien, gracias —No tenia ganas de nada, se sentía devastado sin energías sin nada, su cuerpo dolía y que decir de su rostro ahora completamente rojo por estar expuesto ante el ajeno, jamas había estado así frente a alguien, a penas se dejaba mirarse a si mismo, pero no tenia fuerzas para echarlo de casa.
—Como nuevo, ven aquí —lo ayudó a levantarse y a salir de la tina para enseguida envolverlo en una gran toalla. Cuando llegaron a la habitación del menor do lo sento sobre la cama y comenzó a buscarle una pijama , lo estaba cuidando como un bebé y así es como el lo veía, como un pequeño niño indefenso que intentaba darse a conocer como grande para protegerse.— Esta te quedara calentita, se ve gruesa— Comento sacando una prenda de dos piezas de polar celeste. Se paro frente a el, ya tenia la ropa interior puesta por lo que no tendría que pasar vergüenza mas de la que ya sentía. Tomó la toalla y la tironeo pero el moreno la apresó mas en su cuerpo.
— No hyung, me vestiré sólo —Murmuro fijando su mirada en el suelo, completamente tapado en hojas y en fotografías.
— ¿Porque no me dejas verte? Siempre me tapas la vista a tu cuerpo ¿y suficiente para mirar al gran Kai? ¿Es eso? De seguro lo que tienen el privilegio son solo barbies y ken ¿no? —Reclamo mirándolo fijamente con una expresión seria pero unos ojos tristes y sentidos.
—No…no quiero que te vayas esta noche, por eso no quiero que me veas. La vez pasada fue porque no quería tu rechazo, por eso preferí hacerlo hacerlo yo protegiéndonos. N…no quiero que se aleje —Murmuro levantando su mirada hasta dejarla en las rodillas del contrario
—No me iré, te lo prometo —Acerco sus manos hasta el cuerpo del menor y poco a poco fue bajando la toalla, pero cada vez que lo hacia sus manos temblaban mas y sus ojos se cristalizaban. Sus hombros cortados, sus brazos llenos de cicatrices, sus antebrazos con cortes recientes donde cerca de la muñeca había un "Hate"
No lo podía creer ¿Kai era un suicida? ¿era eso? Era tan difícil de creer eso, un chico que se veía fuerte, egocéntrico, autoritario, altanero y frío era tan débil, tan pequeño, tenia el mismo infierno en su mente. Con la yema de sus dedos acaricio las cicatrices horizontales en sus muslos para ir poco a poco subiendo hasta llegar al mentón el cual alzó — Gracias por dejarme ver mas allá de tu sonrisa decorativa. — Antes de que el muchacho pueda siquiera contestar se inclinó hacia adelante y lo besó, nada subido de tono, era un beso suave y lleno de cariño, aunque no lo quisiera aceptar en alto quería a ese niño, sentía la extraña necesidad de cuidarlo.

Save me •Kaisoo•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora