respiración entrecortada y cabellos desordenados eran parte de la imagen que ahora tenia KyungSoo encima del menor, quien devoraba cada milímetro de su blanca piel. De adelante hacia atrás se fueron moviendo sus caderas en un vaivén sincronizado y placentero para sus cuerpos. Todo iba bien, la pasión y el deseo entre ambos deslumbraba por el cuarto de baño donde se encontraban, hasta que Do intento sacarle la camisa al contrario quien de inmediato lo detuvo.
—No —Murmuro apretando las muñecas del mas bajo
— Pero c..—No alcanzó a terminar la frase cuando ya se encontraba parado sólo y abandonado. Sus ojos ojos se encontraban abiertos de par en par y su barbilla temblaba levemente. Tomo su camisa y su delantal y salio indignado en busca de aquel chico que no había terminado con lo que había empezado.
—¡Kai! —Exclamo corriendo tras el nombrado quien ya se encontraba abriendo la puerta del local — ¡Kai! —Volvio a gritar hasta que lo alcanzó tomándolo fuertemente por el codo casi a mitad de cuadra.— Iba todo bien ¿Porque te detuviste? —Pregunto penetrándolo con sus grandes ojos los cuales estaban bañados en la incertidumbre y preocupación ¿Y si había hecho algo mal?
—No quiero que me veas —Murmuro el moreno intentando zafarse del agarre que no le permitía avanzar lejos de ahí
— ¿Porque? Yo no puse reclamos cuando me quitaste la camisa — Bien, ahora podía decir que se moría de la vergüenza y estaba seguro de que sus mejillas se encontraban a rojo vivo
—No lo entenderás, sólo tómalo como que no quería seguir y punto —Un solo tirón fue suficiente para empezar a retomar su camino. No podía creerlo ¿Porque? ¿porque una vez en su maldita vida no tenia la confianza suficiente como para mostrarse? ¿Porque tenia que ser el? Corrió lo suficientemente rápido como para llegar en un rato hacia el estacionamiento pudiendo subirse de lleno en su moto. Sus manos se aferraban fuertemente al manubrio dejando entrever sus huesos bajo la piel ahora blanca debido a la fuerza que ejercía. Iba a una velocidad luz, pero era lo único que podía lograr hacerlo olvidar toda la mierda que era, al menos hasta no llegar a su casa, donde lo esperaba la soga que iría a su cuello.
— ¿Quien eres? —Pregunto una mujer bastante adulta de cabellos castaños rasgos finos muy parecidos a los de Do.
— Kim Jongin, su vecino, el dueño de todo lo que ve —Respondio la actitud tomada por la contraria cuando abrió la reja ¿Que pensaba? ¿que era ladrón? Patrañas.
— ¿Er…eres el dueño? ¡Eres hombre! —Exclamo indicándolo de manera acusadora con su índice
— no ¿De verdad? No lo había notado, las pelotas no me crecieron arriba señora me crecieron abajo — No estaba de humor para tratar con viejas de tercera edad, asi que cerro con fuerza la reja y se metió casi corriendo a su casa. Lanzo las llaves encima del mueble y abrió el refrigerador encontrándose con mantequilla, jamón, leche y queso. Tomó una fuente y le vertió dos huevos, aceite, azúcar, saborizante de vainilla y lo mezcló con harina haciendo una masa. Mientras hacia un intento de galletas con su mano libre engullía un pan y un paquete de galletas. Su mente en blanco, se había perdido en el tiempo, solo concentrado en eso, en lo que después odiaría pero ahora le causaba un placer tranquilizador. Solo el sonido de su boca al masticar retumbaba en sus oídos y en toda la vacía casa.
— Puta comida —Jadeo mirando todo a su alrededor. Paquetes abiertos, migas, harina regada, cascaras de huevo tiradas, pedazos de galleta cruda bajo sus pies y una ruma de culpabilidad en sus espaldas. Dejo escapar un quejido y llevo sus manos hasta su cabeza donde apretó fuertemente, no podía ¿Era eso una vida? No, no ya no era siquiera vida, estaba muerto en vida y no podía hacer nada además de seguir tapando su miseria.
Daba un paso y volvía, daba otro paso y volviá hasta que entro de lleno en el baño y cerro con llave tras de si, sabia las consecuencias y ahora debería pagarlo— Salvenme…alguien que me salve por favor —Sollozaba después de cada desgarro de su garganta al momento de devolver su pecado.
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»¿Podemos hablar? « Decía la hoja que acaba de deslizar bajo la pared para el menor, necesita a saber como estaba, tenia un mal presentimiento y eso no se iría hasta saber en que condiciones estaba. Pasaron los minutos y nada, se levanto del suelo donde estaba instalado para enviar y responder mensajitos a través de hojas con su vecino y se encaminó a la ventana, estaba todo apagado a excepción de un cuarto que parecía ser el baño debido al vidrio rugoso que en el se encontraba. »Hey ¿Estas bien? Por favor responde« Volvió a enviar pero esta vez sintiendo una punzada en el pecho, las risas del moreno junto a otra manada resonaron en sus oídos, claro…¿como pudo pensar que ese chico arrogante iba a estar respondiéndole unos putos mensajes? Sus amigos eran mucho mas importantes ¿no? El no era nada… No…¿Que estaba diciendo? Después de lo que había pasado en el baño del restaurante no podía ser nada precisamente. Con este pensamiento el joven de piel clara y grandes ojos salio rumbo a la salida donde dejaría sus dudas fuera de su mente— Kai, ven—
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Save me •Kaisoo•
RomanceDos destinos son juntados en uno solo, él lo amará y él se salvará, pero ¿Sus demonios se irán? El infierno que dibujó, ahora, no lo puede borrar y está fotografiado en sus pupilas.