Entre letras y caricias.

Te pedí que te quedaras.

Te miro y veo la verdad en el brillo de tus ojos; ya no soy tu sol, tu alegría, tu luz en la oscuridad. Miro tus ojos y veo colores, matices y brillos que nunca vi y sé, cariño, que eso no lo provoque yo. Siento como poco a poco mi respiración se vuelve más lenta y como mi corazón late menos, duele tanto como si me estuvieran desgarrando por dentro al comprender esta verdad.

Quiero pensar que estoy loca pero ya no se puede negar. Quédate conmigo un poco más, no me dejes; no te vayas, no sigas rompiéndome como si fuera el más simple papel... Necesito regresar el tiempo atrás y ver qué hice mal, en qué momento tu amor paso a ser de alguien más. Y lo sé, sé que ya no soy tu final, sé que ahora perteneces a alguien más aún siendo que mi corazón no deja de gritar tu nombre.

¿Qué hice mal? Cariño, no sabes el daño que estás haciendo. Quiero llorar, pero es tanto el dolor que ya nada puedo hacer. Soy como un robot, estoy sin corazón, sin alma porque te has llevado todo; dejándome con las migajas de los recuerdos.

¿Y dónde ha quedado el para siempre? me hiere como si un puñal estuviera rajando mi corazón al compás de tus engaños.  Dices que no es verdad, me miras y sonríes diciendo que soy la única pero tus ojos te delatan, perteneces a alguien y lo comprendo aunque no deseo asumir que tendré que dejarte atrás.

Tuve dudas durante meses, negaba todo lo que mis ojos, mis sentidos, mi cuerpo me advertían: ya no soy la única en tu corazón y quizá ya no tengo un refugio en él.

Me acuesto en el frío suelo, llorando, gritando, mi respiración va desapareciendo y escucho la puerta cerrase y sé que te vas a encontrar con la nueva dueña de tu corazón. Mis ojos se cierran y el dolor no cesa inclusive aumenta pero de pronto ya no está, simplemente hay lágrimas cayendo de un cuerpo vacío y sin vida. Te pedí que te quedarás, cariño.

Escrito por: Fernanda Parada. (Azuul_Achenback)