Capítulo 10

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Capítulo 10

Alice POV'S

-¡Y ésta es tu habitación! -Exclamó algo emocionado mientras abría la puerta, se hizo a un lado para dejarme pasar y no pude dejar de observar aterrada la placa de la habitación 234-B así como tampoco podía dejar de ver la de al lado "234-A"

-Y justamente debía pasarme a mí... -Gruñí enojada mientras entraba a la habitación.-¿No tienen alguna regla sobre no permitir chicos y chicas en los mismos dormitorios?

-Comparten edificios, no camas ni habitaciones, así que no hay problema. -Dijo divertido encogiéndose de hombros.

Dejé caer mi mochila en la cama y me di cuenta de que mis maletas ya estaban en la habitación, fruncí el ceño, y supuse que el personal las había traído.

El recuerdo fugaz de la expresión de Joseph al verme por el pasillo y cómo cerró la puerta de golpe pasó por mi cabeza de repente, me sentí tan mal por aquello, de momento había sentido la terrible necesidad de correr a él y tomar de excusa lo de su sudadera sólo para cruzar por lo menos un par de palabras, pero él simplemente azotó la puerta, y eso me dolió más de lo que esperaba.

-... Eso es todo. Espero que te sientas cómoda. -Concluyó Evan lo que fuera que acabara de decir y me miró sonriente- ¿Alguna duda?

¿Podrías repetirme todo de nuevo? Quería preguntar, me había hundido en mis pensamientos ignorando a Evan por completo, no había escuchado nada de lo que había dicho y me sentía algo culpable por ello.

-No, todo está bien. -Mentí, lo que hizo que me sintiera aún peor.

-Oh, perfecto, volveré a la hora de la comida a entregarte tus nuevos libros, dejaré que arregles tus cosas, duermas, explores el hotel, o lo que gustes.

-Gracias. Evan.

Asintió regalándome una mirada algo extraña, como de ansiedad, reí por lo bajo y asentí.

-Grazie. -Su sonrisa se amplió y se acercó a mí para envolverme en sus brazos.

-De ahora en adelante el Grazie se volverá tu sello.

Reí entrecerrando los ojos mientras veía como Evan salía de la habitación y cerraba la puerta detrás de él.

Giré sobre mis talones y me dejé caer en la cama, subí mis piernas por completo y jalé la maleta más chica que había traído, de ahí saqué todos mis productos de belleza, desde cremas hasta el maquillaje, lo acomodé en el pequeño tocador que estaba frente a la cama, saqué los marcos con las fotografías de mi familia y las coloqué en los pequeños muebles junto a la cama.

Los observé por un momento sonriendo mientras pensaba en Marcelo. En el momento en el que saqué la fotografía en la que me encontraba con Ismael y Emma fruncí en ceño soltando un pequeño grito.

¡No se despidieron de mí! ¡Dijeron que lo harían!

Me levanté demasiado rápido y corrí por mi celular. Marqué el número de Emma desesperadamente.

Un tono... dos... tres...

-¡Eres la peor mejor amiga del mundo! -Grité con la voz quebrada al escuchar un tan tranquilo "Hola" del otro lado.

-¿Qué? ¿Quién habla?

-Deja de jugar Emma, no te librarás de esto ¡Dijiste que irían a despedirse!

-¿Alice? ¡Demonios! Tu voz se escucha rara en el teléfono.

-¡Emma!

-¡Lo siento! Ismael no despertaba y después un anciano loco estuvo discutiendo con nosotros en el estacionamiento. ¡Se enojó porque según le quitamos el lugar! ¡No nos dejaba ir y comenzó a gritar que su esposa estaba dando a luz ¿Puedes creerlo? ¡¿Qué clase de viejito de 85 o 90 años está por ser papá?! ¡Viejo hablador! Su esposa debería estar con él por dinero porque no creo que hablara de una señora de su edad, tal vez 30 años más joven que él. Además ¿Cómo pensaba que llegaría a tiempo? El vuelo lo retrasaría y en vez de buscar otro lugar y tratar de llegar lo antes posible. ¡Se puso a discutir con nosotros! Y lo peor...

Eres tú. © (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora