Eres tú. © (EN EDICIÓN)

Capítulo 20.

Capítulo 20.

Alice POV'S

Después de haber sido ignorada por Joseph me quedé inmóvil en el pasillo, "¿Y si nunca me has amado realmente?" Trague saliva, qué estúpida fui. ¡Yo sé que me amó!

Eres tan estúpida, Alice.

—¡Al! ¿Por qué te saliste así de la clase? —Preguntó Erin agitada mientras trotaba hacia mí.

—Necesitaba ir al baño.

Sus ojos marrones me escanearon el rostro y arqueó una ceja. —¿Para llorar?

—Andando, tenemos Filosofía a esta hora. —Ignoré su pregunta girándome en dirección al pasillo que nos llevaría a nuestra siguiente clase.

Al llegar al aula me hice a un lado para que Erin pasara primero, toqué su hombro y señalé a mis espaldas.

—Necesito buscar a Evan.

—Uhm... —Hizo un mohín con los labios mirando el reloj en su muñeca—. Date prisa, tienes... cuatro minutos.

Asentí alejándome del salón y suspiré con la mirada al frente mirando en todas direcciones con la esperanza de encontrar a Evan.

¿Ya viste el tamaño de la escuela?

Gruñí mentalmente y una voz ronca se escuchó a mis espaldas.

—¿Buscas a alguien, nena? La escuela es algo grande, ¿no crees? —Rodee los ojos y me giré para encontrarme de frente al maldito pelinegro. Connor.

—Eso es asunto mío, ¿no crees? —Su frente se arrugó fulminándome con la mirada.

—¿Buscas a tu novio?

—¿Quién?

—Ya sabes, el chico.

Resoplé fastidiada y respiré profundo.

—Cuando dices, el chico, te refieres a...

—¿Joseph? Creo que se llama así, no tardarás en encontrarlo, parece que a ese chico le encanta dar espectáculos.

—Él no es... ¿A qué te refieres con espectáculos?

—¡Por Dios, mujer! ¿No conoces el significado de las palabras?

—¿Dónde está Joseph?

Me miró victorioso cruzando los brazos en su pecho y me sonrió falsamente.

—Creo haberte escuchado decir que era asunto tuyo.

Revolvió mi cabello con una mano de manera brusca y se alejó riendo a carcajadas. Gruñí dando un pisotón en suelo y giré sobre mis talones con el propósito de encontrar a Joseph, ¿a qué se refería Connor con eso de los espectáculos? Suspiré entrando al gimnasio tan desprevenida que mi cara chocó con el pecho de algún chico, me quejé dejando escapar un gemido de dolor y levanté la vista.

—¡Evan! —Exclamé riendo. Sonrió de medio lado sobando su pecho, abrió la boca para hablar pero lo interrumpí—. ¿Has visto a Joseph? —Pregunté olvidando por completo de que a quien buscaba era a él.

Su rostro se mostró confundido y suspiró negando con la cabeza. —No, Alice. No he visto a Joseph.

—Me dijeron que se ha metido en problemas.

—Ah... escucha... yo... tengo clase. —Murmuró dudoso rascando su nuca, y pasó a mi lado sin decir nada más, fruncí el ceño, ¿qué le pasaba?

Volví a gruñir sentándome en las gradas recargando los codos en mis rodillas, apreté los ojos y me relajé, todo estaba tan... silencioso...

Estaba.