Capítulo 9

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--lucero me queda clarísimo que esta tarde huiste porque tienes miedo a volver a sufrir pero yo no quiero verte sufrir sino verte feliz jamás podría hacerte daño para mi eres todo, mi vida no se cuando ni como pero me enamore de ti yo.. yoo te amo como a nadie en esta vida

Lucero se quedo impactada con su confesión y sus ojos se llenaron de lagrimas si ella quería a Fernando su corazón lo gritaba pero no sabia si un día podría decirle te amo o simplemente no sabia si esa noche podría ceder a sus encantos, ella se quedo callada mientras el la miraba y hablaba acariciando su rostro.

--Fernando continuo- quiero ayudarte a sanar esas heridas mis intenciones no son pasar la noche e irme sino estar aquí contigo apoyándote, cuidándote y sobre todo amándote -dijo dulcemente

Fernando solo se limito a mirarla para ver que le respondió ella, pero al ver que no decía nada decidió levantarse e irse no la obligaría a nada por mas que estuviera deseando acariciarla, besarla hacerla suya, cuando se levanto sintió como la mano de lucero lo detenía y le dice.

--no te vayas, no quiero que te vayas -dijo sentándolo de nuevo en el sofá - acepto que siento algo muy especial por ti y que al igual desde el dia que nos tropezamos no pude sacarte de mi cabeza, y también tienes razón cuando dices que me han hecho mucho daño -las lagrimas empezaron a rodar por el rostro de lucero.

Fernando quizo decir algo pero lucero no lo dejo coloco y dedo en la boca de fer...

--déjame terminar... trate de luchar con este sentimiento pero no pude cada vez se hacia mas fuerte -lucero acaricio suavemente la mejilla de Fernando y dijo- ahorita no puedo decirte que te amo, pero si que te quiero con todo mi corazón...

Ambos se deseaban las miradas que cruzaban decían todo, eran de deseo y pasión al mismo tiempo. Fernando le sonrió y con sus manos grandes y fuertes tomo su cara entre ellas y comenzó a besar su rostro frente, mejillas hasta llegar a sus labios, el la beso tierna pero apasionadamente un beso profundo que desato aun mas el deseo que había en ellos, Fernando empezó a besar su cuello, ella lo rodeo con sus brazos colocándolos sobre sus hombros el continuo besándola y desabrochando su vestido al mismo tiempo, lucero empezó a desabotonar la camisa de fer y quedo impresionada con aquel derroche de físico enormes músculos grandes hombros y cadera fina, se besaron de nuevo y el la tomo en sus brazos para llevarla a su habitación lo único que tenia era su ropa interior, con dirección a la habitación fer le dice

-no me mires así que pierdo los sentidos -ella solo sonrió-

Fernando entro con ella en brazos y la recostó en la cama con fragilidad, le quito la poca ropa que le quedaba; el se quito sus pantalones y comenzó a besarla estaban envueltos en un beso intenso y apasionado hizo que sus labios se abrieran y el beso se hizo aun mas profundo, lucero mordió los labios de Fernando despertando aun mas el deseo, el empezó a deslizar su mano por sus piernas y lucero a respirar aceleradamente al sentir como sus dedos la rosaban con aquella suavidad, la pasión fue creciendo con cada caricia con cada beso sentían que el tiempo se detenía y únicamente existían ellos dos, Fernando se hundió en su cuello besándola lentamente, siguió bajando hasta sus pechos quedo hipnotizado al verla nunca había visto algo tan perfecto y tentador, siguió besándola mientras tocaba unos de sus pechos lucero soltó un gemido.

Fernando se encontraba a un lado de su cama y bajo la mano para separar sus piernas y antes de poder controlar su deseo se encontró entre sus muslos entrando en ella, soltando un gemido al notar como la carne de ella abrazaba la suya, lucero se aferro a Fernando colocando su cabeza en su hombro enterrando sus uñas a su espalda pero al mismo tiempo recorriéndolo con suavidad, ella movió sus piernas alrededor de la cintura de Fernando logrando que el estuviera mas hondo, empezó a moverse ligeramente dentro y fuera de ella logrando que lucero soltara un gemido de placer el susurro a su oído

--te amo -dijo con la respiración acelerada

Lucero tomo una de las manos de Fernando y la apretó fuerte estaba llegando al punto máximo del clímax; de repente soltó un fuerte gemido a causa del dolor pero al mismo tiempo placer que estaba sintiendo, Fernando en ese momento pensó que le estaba haciendo daño con su fuerza e intento detenerse pero justo ahí lucero le dijo.

--no... no te detengas -dijo sin casi poder respirar

--pero te estoy haciendo daño

--no... me lo haces -dijo agitada

--segura? -pregunto fer

--si continua

El continúo con sus movimientos hasta que ambos llegaron al éxtasis, sus cuerpos cayeron agotados, ella estaba recostada sobre el pecho de el, mientras sus manos median una a la otra, nada absolutamente nada se sentía mejor que estar uno entre los brazos del otro. Lucero rompe el silencio.

--fue maravilloso

--ya lo creo mi amor

--de verdad me quieres tanto como dices -dijo dudosa

--yo no te quiero

Ella volteo rápidamente sorprendida para verlo cuando el le sonríe y le dice.

--yo no te quiero, te amo, te adoro -dándole besos

Lucero alzo la mirada para verlo fijamente y le dijo.

--no me traiciones nunca

--no podría, eres mi todo

Sus labios se unieron en un beso apasionado... y siguieron abrazados, luego lucero hizo un movimiento para levantarse y Fernando la enredo entre sus brazos y le pregunta.

--a donde vas mi amor -dijo con una sonrisa

--a darme un baño - lucero le planto un pequeño beso y se levanto de la cama

Ella entro al baño y abrió la llave de la regadera dejando caer el agua por su cuerpo, Fernando podía escuchar el sonido del agua caer no resistió y entro al baño, al ver a lucero no pudo contenerse y se acerco a ella; esa mujer lo hechizaba, tanto que hacia que perdiera la razón, lucero le dijo.

--que viniste a bañarme -dijo con sarcasmo

--y eso tendría algo de malo -dijo con una sonrisa picara y jugueteando con su cabello

Fernando la atrajo hacia el dándole un beso, lleno de intensidad y dulzura quería sentir de nuevo el calor de sus manos y su cuerpo la puso contra la pared sin dejar de besarla acariciándola recorriendo los valles de su cuerpo y volvieron hacer el amor...

Sanando las heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora