Subo la gran escalera, no sé si me podré acostumbrar a subir tantos escalones.
«Uf»
En realidad son unos 13 escalones, pero desde luego a mi me han parecido millones.
Llego al mini recibidor y vuelve a haber otro espejo. Sigo caminando y ojeando las habitaciones. Ninguna me llama la atención; todas son rectangulares y con una ventana al fondo. Cuando me aburro de tanto mirar, veo una habitación al final del pasillo y cruzo los dedos para que sea la definitiva.
-Vaaaya-digo en voz alta sin darme cuenta.
Es muchísimo más grande y más bonita que las demás. Decidido, es esta. La pared es morada y la ventana tiene un banco empotrado en ella y es preciosa. Parece hecha para mí.
Cotilleo un poco el resto de la casa. Arriba hay dos baños y abajo tres. No sé para qué queremos tantos pero bueno.
Bajo de dos en dos los escalones cuando en el último escalón tropiezo y caigo torpemente.
-¡Clara! ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?- la voz de mi madre parece angustiada así en vez de callarme digo algo para tranquilizarla.
-Sí mamá, estoy bien.-me levanto y con un tono muy alegre añado- Pues ya he estrenado la escalera-Ambas nos reímos hasta no poder más.
Por un momento me siento feliz en este lugar.
-Estaba pensando en que podríamos ir a cenar fuera, ¿Qué te parece?- me pregunta mi madre.
-Claro, por qué no...- añado y me lanza una mirada sonriendo.
-¡Genial!-dice medio gritando- Pero intenta no poner tanta alegría cada vez que te hable.-
Su ironía me hace gracia, así que suelto una carcajada y salgo del recibidor.
Subo a mi futuro cuarto. Parece que estuviera hecho específicamente para mí, tiene todos los detalles como el banco de la ventana y también el color... Parece perfecto.
-¡Clara! ¡Clara!-grita mi madre de tal manera que doy un brinco del banco y salgo corriendo. Casi vuelvo a tropezar pero me acuerdo y salto el último escalón. Llego a la cocina y está mirando por la ventana.
-¡Qué! ¿Qué pasa?-digo asustada y más alto de lo que quería.
-¡Mira! ¡Una chica de tu edad se acaba de mudar también a la casa de al lado! ¡Podríais ser amigas!
-¿Para esto me has llamado?-
Guarda silencio con una amplia sonrisa. Está orgullosa de haberme llamado.
«Yo la mato...»
-¡Creía que era una emergencia mamá!-decepcionada, me doy la vuelta y me limito a salir cuando me agarra del brazo.
-Sólo quería que hicieses amigas nuevas- dice en tono comprensivo.
Ya estoy harta. Siempre intenta hacer lo mismo. Planearme la vida. Por eso quiero cumplir dieciocho e irme a la universidad a independizarme.
-¡No me haría falta hacer nuevas amistades si no hubiéramos venido nunca aquí!-salgo de la cocina. Por el espejo del recibidor puedo ver cuando me voy, cómo agacha la cabeza y niega con ella.
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Changes
Teen FictionLos finales felices son sólo para esa clase de personas demasiado tristes como para no saber apreciar el resto de la historia. Quizás él sea mi final feliz, quizás por eso la vida ha programado esta mudanza, por encontrarlo a él, y que mi vida dé un...