-¿Estás hablando en serio?-«Debe de estar de coña »
-Por supuesto Clara, con esto no bromeo -
-¿¡Pero a ti se te ha ido la pinza!?-
-¿Por qué? ¿Por quererte más que a ninguna otra chica?-
-Estás fatal-
Me tiro de los pelos.
-No Clara en serio-
-¿tú te estás escuchando en serio? Hace menos de 2 horas dejabas que la gente se riera de mí por contar lo que pasó, ¿y ahora me pides ser tu novia?-
-Sé que suena raro pero Clara no te estoy mintiendo-
-No te creo- suspiro- ¿cómo sé que mañana no me harás lo mismo?-
-Confía en mí, dame una oportunidad-
No sé qué decirle...yo...estoy confusa. A ver, estoy confusa, esta mañana han pasado muchas cosas, y la peor ha sido la humillación, pero esto...¿de verdad se arrepiente? ¿Me está hablando en serio?
-Jack yo...-
-No importa, de verdad, te doy el tiempo que necesites-
-Yo...no sé si lo que necesito es tiempo -
-Clara- me corta - ahora estás entre dolida y con ganas de matarme, piensalo y cuando lo tengas decidido, me lo dices. -
-Jack el problema no está en mí, el problema es que no sé qué va a pasar, me he dado cuenta de que no te conozco en absoluto, te he besado y no sé quien eres, o por lo que has o no pasado. -
Por un momento nos quedamos mirándonos fijamente en silencio.
-Está bien, te contaré todo sobre mí, te contaré mi historia. -
«Vaya»
-Pero debes prometerme varias cosas antes -.
-¿Cuáles? -
-Que no dirás nada hasta que termine del todo- asiento - que no me juzgarás sin saber mis razones. Prométemelo Clara. -
Está bien. Esto es importante para él, lo noto en su mirada y en su voz. Todo el mundo merece una segunda oportunidad. O al menos dar la oportunidad de explicarse.
-Te lo prometo.
Suspira y sonríe levemente.
-Está bien, empezaremos por cuando estaba en la primaria.
Estoy ansiosa por saber su pasado. Más bien por saber cosas de él, ya que nunca me dijo nada.
Coge mucho aire y empieza.
-Colegio: 5° de primaria fue un curso difícil. Llegué nuevo a la escuela y no tuve muchos amigos. En 6° de primaria todo el mundo se metía conmigo por ser un niño al que le gustase mucho internet, estar en casa o cosas así, fue con 12 años cuando comencé a fumar sólo por el hecho de ser "más guay" - joder- Grabe error, en fin. Cuando pasé al instituto ya fumaba y en ese primer año conocí a Augustus, con él empecé a beber. Salíamos todos los viernes con sus amigos. Nos limitábamos a fumar y beber. En el 2° año empezaron más problemas. A mis amigos les dio por robar, -ay por favor - era algo a lo que ya me había acostumbrado. Unos días íbamos al chino a conseguir alcohol, otros fumábamos hierba y otros simplemente robábamos por diversión. Era algo extraño pero que hacía por no quedar marginado. Un día, a Augustus le arrestaron. Le pillaron pasando droga. -abro los ojos como platos - Yo...no quería quedar como un cobarde que deja que encarcelen a su amigo, así que dije que la droga era mía -traga saliva- Después de decirle a la policía que la droga era mía, me metieron en un reformatorio. Desde aquel año no he vuelto a saber nada más de Augustus. Terminé la ESO en el reformatorio, todo más o menos normal. Cuando cumplí los dieciséis comencé 1° de Bachillerato en el High School de California. Donde conocí a Alex, el peor amigo, si se le puede llamar así, que he tenido jamás. Él fue el culpable de que a pesar de que dejé de fumar y beber en el reformatorio, él me incitó a volver. Y lo hice. Salíamos siempre de fiesta. Conocíamos chicas a las que dejábamos tiradas a la mañana siguiente. -siento una punzada de una flecha en mi pecho .- Con esto también añado que perdí la virginidad a los 16, justo en el verano que salí del internado -me acaba de clavar la flecha del todo- Pude haberla perdido antes, pero a pesar de que tampoco quería hacerlo a esa edad, ya llevaba varios años con la frase de Alex presentándome a la gente como "el virgen" y ya estaba harto. No me disgustó la primera, así que no paré de buscar chicas, pasar una noche increíble con ellas, y no acordarme de nada al día siguiente por el alcohol. No recuerdo ni sus nombres. Me convertí en el típico chico mujeriego. Bien, terminó el curso, y llegó el verano antes del temible año de 2° de Bachillerato. Ese verano fue el peor verano de la historia. Perdí a la persona más importante de mí vida, y no, no es ninguno de mis padres. Mi hermano falleció ese verano, a sus 21 años. -Su rostro se ha vuelto pálido y triste- Bien, allá voy -se aclara la garganta- Mi hermano murió por-
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Changes
Teen FictionLos finales felices son sólo para esa clase de personas demasiado tristes como para no saber apreciar el resto de la historia. Quizás él sea mi final feliz, quizás por eso la vida ha programado esta mudanza, por encontrarlo a él, y que mi vida dé un...