No lo soporto, no lo aguanto. Bueno, más bien lo que no aguanto es a ella. ¿Por qué se tiene que meter en mi vida? Podría quedarse a un lado como una madre normal y al final del día decir -¿qué tal el día hija?- pero no. Es demasiado para ella.
Llego a mi cuarto y al darme cuenta de que no tengo nada que hacer decido dar una vuelta y conocer la ciudad.
Al salir, mi primera reacción es mirar hacia los lados y me doy cuenta de que hay demasiada gente en una misma acera.
«Sí tienen dinero para rascacielos y esmoquins pero no para aceras más grandes, cómo no» .
Me decido a ir hacia la derecha que se ve un parque bastante bonito. Hay un estanque y una bonita fuente en él. Es precioso. Me decanto por ir a por un perrito caliente y sentarme.
Ya sentada me como el perrito.
«Qué frío está el banco»
-Disculpe señorita, ¿le importa si me siento?-
Es un chico de pelo marrón, joven, ojos negros, camiseta blanca y pantalón negro ceñido. Es increíblemente atractivo.
Creo que nota cómo lo estoy mirando ya que sonríe sonrojado y se sienta sin yo decir nada.
-Hace un día precioso ¿no crees?- me pregunta mirando hacia los árboles que nos cubren.
-Emm...yo...sí...no se está mal- tartamudeo.
Se ríe y me mira.
-Perdona, no me he presentado, me llamo Jack. -me dice con una sonrisa mientras me extiende la mano.
-Clara, encantada. -al fin consigo decir más tranquila.
Su mano es súper suave y está caliente, al contrario que la mía, que está helada.
-Vaya, bonito nombre Clara, ¿te has mudado hace poco?-pregunta.
«¿cómo lo sabe?»
-Eh...sí, esta mañana- odio decir eso de haberme mudado.
-¿Te apetece que te enseñe la ciudad un día?-me mira directamente a los ojos.
–Llevo aquí prácticamente desde que nací.-añade.
-Yo...tengo sólo dieciséis años, ¿lo sabes?-pregunto, ya que no me apetece que un extraño por muy atractivo que sea me lleve a donde él quiera.
Se empieza a reír muy fuerte. No lo entiendo. ¿He dicho algo gracioso?
-Oye, puedes tranquilizarte, tengo sólo dieciocho, cumplo diecinueve en enero- suspiro aliviada, pero no sé si fiarme aún.
-Clara - llama mi atención fijada en el suelo y le miro.-No voy a hacerte nada, lo juro- me extiende el meñique.
-Está bien, ¿mañana me la enseñas?- se sonroja y yo abro los ojos como platos al darme cuenta lo raro que ha sonado-Yo eh me refería a la ciudad perdona, no me he dado cuenta -intento arreglarlo con esta respuesta tan nerviosa y apartando la mirada de él.
Entonces él coge mi cara entre sus manos y me obliga a mirarle.
-Mañana a las 17:30 aquí, ¿vale?- sonríe.
-Vale- afirmo.
ESTÁS LEYENDO
Changes
Teen FictionLos finales felices son sólo para esa clase de personas demasiado tristes como para no saber apreciar el resto de la historia. Quizás él sea mi final feliz, quizás por eso la vida ha programado esta mudanza, por encontrarlo a él, y que mi vida dé un...