Al principio quien me había secuestrado era una silueta de un color negro y muy grande, en la cual mi pequeño cuerpo cabía en la palma de su mano, pero al entrar en su mundo ambos teníamos el mismo tamaño. Agradecía por no estar atrapada alrededor de su oscuridad y ahora solo sostenía mi muñeca, de igual forma era molesto, me sentía atosigada, tanta oscuridad me ponía nerviosa. Mi mano que estaba sostenida por "él", era lo único de mí que no resplandecía, me dolía pero no podía hacer nada. Gracias a mi resplandor se lograba divisar el lugar, al parecer estaban acostumbrados a ello, a no ver.
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Casada con la oscuridad
Short StoryUna novela en pequeños párrafos donde la oscuridad y la luz contarán su versión de la historia, ¿pero por qué te lo estoy contando yo? Ellos mismos pueden contártelo. Narra Luz. ―La oscuridad, la oscuridad que me persigue, me he casado con la oscuri...